30 Días Para Enamorarla [SooShu]

Capítulo Veintiocho

Shuhua:

El jet comenzaba a descender y miré por la pequeña ventanilla observando como aterrizábamos lentamente en el gran aeropuerto de John F. Kennedy. Sentí la mano de Soojin entrelazándose con la mía y volteé para verla, encontrándome con una gran sonrisa que no pudo causarme otra cosa más que felicidad.

—A ver enamoradas, tenéis dos minutos para prepararos. Nosotras vamos a bajar antes para ver si los guardaespaldas están esperándoos. —Explicó Minnie.

Antes de que se levantara de su asiento, le respondí. —No veo la necesidad de ir con guardaespaldas, podemos bajar y evadir a la gente.

—Shushu. —Soojin me cogió de la mano, haciendo que la mirase de nuevo —Los periodistas se abalanzarán sobre ti, y desde luego sobre mí también, es cuestión de seguridad.

—Deberías escuchar a tu novia. En fin, voy saliendo.

Una vez dicho esto, Minnie se alejó con las demás. Antes de abandonar el jet, Yuqi me miró sonriendo y despidiéndose con un movimiento de mano, al que yo correspondí de la misma manera.

—¿Ves muy seguido a esa chica? —Preguntó Soojin con un tono molesto.

—Sí, ¿te incomoda?

—No, solo quería saber si os veíais mucho. —Giró su cabeza al lado contrario.

Me acerqué un poco más a ella, sosteniendo su mentón y girando su cabeza para depositar un pequeño beso en sus labios.

—Hey, no te preocupes por ella, ¿vale? Solo es una amiga. —Estaba por soltar su mano, pero ella no me lo permitió.

—Shu, lo que Minnie ha dicho... —Murmuró agachando la cabeza.

—¿Hm?

—¿Somos pareja? —Preguntó alzándola nuevamente.

—Que yo sepa no me lo has pedido. —Dije en tono burlesco.

—Oh, ¿y por qué no me lo pides tú a mí?

Sonreí. —Desde luego no te lo voy a pedir dentro de un jet que ni siquiera es mío. Tenemos tiempo de sobra para hablar sobre eso, ¿no te parece?

—Tienes razón... —Respondió mostrándome la más dulce de sus sonrisas —¿Podemos bajar así, cogidas de la mano?

—Me encantaría ir contigo así todo el día, pero no quiero que te incomoden con un montón de preguntas y acabes pensando que fue mala idea.

—Contigo nada es mala idea... —Susurró cerca de mis labios.

Cerré los ojos por inercia, dejándome llevar ante el roce de sus delicados labios que comenzaban a sincronizarse con el movimiento de los míos.

Si tan solo pudiera decirte quién soy en realidad...

[...]

Estaba furiosa, todas las cosas que minutos antes había sobre mi escritorio ahora se encontraban en el suelo, necesitaba sacar todo el enfado que estaba ocupando por completo mi interior.

No entendía cómo los periodistas tenían información sobre mí tan errónea, cómo podían hacerme esas preguntas sin una pizca de... No sé, no tengo ni idea de cómo definir tal falta de profesionalidad.

Mi mente se limitaba a repetir en bucle todas aquellas estúpidas preguntas.

"¿Qué hacen la señorita Seo y usted ahora que son amantes?"

"¿Es cierto que usted golpeó al novio de la señorita Seo?

"Se rumorea que ambas mantienen una relación con Hui como una pareja poliamorosa, ¿es esto cierto?"