Capítulo Once

669 95 28
                                    

Shuhua:

Seleccioné las fotos de Soojin que más me gustaron, algo que sin duda me llevó mi tiempo, pues salía fantástica en todas. Los empleados que tenía frente a mí me dieron una media sonrisa, parecían asustados, como si esperasen que los tratara mal.

—¿Algo más? —Pregunté.

Uno de ellos me miró tímidamente. —Nada más, señorita Wintour. —Dio media vuelta y desapareció.

—Te tiene miedo. —Dijo Minnie entre risas.

—Ni siquiera me conoce, ¿cómo puede llegar a tenerme miedo?

—Deben creer que eres igual a Anna, después de todo eres su sobrina...

—Como sea... Mejor vayamos junto a Seo, ¿a dónde ha ido?

—Está en su vestuario. —Giré para mirarla y ella me sonrió mostrándome la tablet. Aprovechaba cada momento para restregarme la existencia de ese aparato.

—Sí, sí, esa tablet es como la biblia y tú eres Dios, lo capto. —Rodé los ojos —¿En qué piso está eso?

—En el segundo.

Nos dirigimos hacia el ascensor, las puertas se abrieron y entramos. De alguna forma pasamos por cada parte del vestuario, era como un gran armario gigante, con distintas marcas y estilos de ropa. No podía evitar observar cada prenda, cosas tan caras no se veían todos los días y debía aprovechar para ojearlas.

—¿Estás persiguiéndome? —Di media vuelta, ella estaba junto a Soyeon.

—Sé que te gusta que te persiga.

—Hola, yo también estoy aquí. —Se quejó Soyeon, haciendo un puchero.

—Hola a ti también, Soyeon. —Se acercó y me dio un beso en la mejilla —Esta es Minnie, mi amiga. —Apunté a mi derecha.

—También es su asistente. —Añadió Seo.

—Me encanta tu color de cabello. —Soyeon se acercó a Minnie, ellas se saludaron y comenzaron a hablar.

—Y así comienza una nueva amistad. —Comenté divertida, acercándome a Seo.

—Sí. —Me miró con una sonrisa —¿Tienes mi móvil?

Saqué el móvil de mi bolsillo. —¿Este? —Asintió e intentó cogerlo, pero lo aparté de su alcance.

—¿No me lo darás? —Alzó una ceja.

—Con una condición. —Me lanzó una mirada confusa —Ya te lo dije, sal conmigo a cenar, o a comer, si lo prefieres.

—¿Y por qué tendría que aceptar eso?

—Solo quiero pasar un rato agradable contigo y conocerte mejor. —Me crucé de brazos —A menos que no te caiga bien... —Hice un pequeño puchero.

—Bueno, está bien... —Sonreí —¿Por qué tan alegre?

—Porque me gustas. —Ella apartó su mirada, pero noté que sonrió también.

Parece que funcionará.

—¿De qué habláis?

Volteé a ver a la castaña. —Saldré a comer con Soojin.

—Entonces voy con vosotras. —Sonó segura. Seo la tomó del brazo y se alejaron para hablar.

—¿Qué te dijo? —Me preguntó Minnie.

—Ha aceptado. —La miré —Además, le he dicho que me gusta.

—Vas muy rápido, ¿no? —Parecía sorprendida.

—Lo sé, pero siento que funcionará. Saldré a menudo con ella, intenta buscar lugares bonitos a los que pueda llevarla.

—Bien, bien. —Apoyó su mano en mi hombro.

—¿Algún restaurante que me recomiendes?

—Hablando de eso, abajo hay un coche esperándonos, Miyeon dijo que te mantuvieras cerca de Soojin, aparecerán dos camarógrafos de incógnito y os sacarán fotos.

—¿Ya quieren empezar con eso de que la personas piensen que estamos juntas?

—No, en realidad guardarán las fotos para tu artículo.

—Ya veo. —Suspiré, escuchando los pasos de las mejores amigas acercándose a nosotras —¿Nos vamos? —Les pregunté.

—Yo me quedaré explorando el edificio, id vosotras. —Contestó Soyeon.

—¿Segura? —La miré.

—Sí, segurísima. Pasadlo muy bien. —Me guiñó un ojo y luego miró a Minnie.

—¿Pasa algo? —Preguntó mi amiga.

—Enséñame el lugar, quiero conocerlo todo. —Minnie me miró y asentí para que hiciera lo que Soyeon pedía. Ambas se alejaron de nosotras.

La atmósfera se tornó silenciosa. Miré a Seo y sonreí. —El chófer nos está esperando.

—Perfecto. —Me sonrió y comenzamos a caminar juntas.

Llegamos a la planta baja. Todos los empleados nos observaban, debía parecerles raro que saliésemos juntas del edificio. No muy lejos de la entrada había una serie de periodistas reunidos y preparados para captarnos. No eran demasiados, pero sí los suficientes para hacerme sentir cierta incomodidad.

—Veo que ya saben que estas aquí.

—Siempre lo saben todo, al final te acabas acostumbrando. —Sonrió —Aunque tú de segura ya estás acostumbrada también.

—A decir verdad, no. —Respondí sincera.

—¿Y eso por qué? —Preguntó con cierta curiosidad.

—Es la primera vez que soy vista por los periodistas. —Seo parecía mucho más que confundida —Nunca he dejado que sepan quién soy. Por ejemplo, a tu fiesta fui porque no había medios, nadie preguntaría quién soy ni qué hago. Pero ahora sacarán fotos de nosotras, y de seguro querrán saberlo todo de mí.

—¿Y ya no te importa? No lo entiendo.

—No me importa si se trata de ti, de tener una oportunidad contigo. —Noté cómo se sonrojó —Siento ser tan directa.

—No sé por qué, pero me gusta que lo seas.

Cuando ya estábamos cerca del coche, sentí los flashes de las cámaras sobre nosotras y, sin pedir permiso, tomé a Seo de la cintura hasta que nos subimos al vehículo.

—Si quieres golpearme por sujetarte así, te dejo hacerlo.

Escuché una risa por su parte. —Mejor dime a dónde iremos a comer.

—Donde nos lleve el chófer. —El coche comenzó a moverse —Será como una sorpresa para ambas.

—Bien... quiero saber cosas de ti, yo también quiero conocerte mejor. —La miré, esperando que prosiguiera con las preguntas que de seguro tenía en mente —¿Puedo preguntar?

—Claro, te responderé a todo.

30 Días Para Enamorarla [SooShu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora