Capítulo Veintidos

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Shuhua:

Había pasado media hora y aún me encontraba en mi despacho pensando e intentando atar cabos sueltos en completo silencio. De por sí todo en mi cabeza estaba hecho un lío debido a mis sentimientos por Soojin, pero ahora se había agregado otro problema a la lista: El apellido Wintour.

¿Por qué a veces me trata como si quisiera cuidarme?

¿Por qué me concedió una oportunidad tan rápido?

¿Por qué obtengo tantísimos beneficios por terminar este artículo?

Sin duda algo raro estaba pasando. Si intentaba mandar a alguien a averiguarlo probablemente ella se enteraría a los pocos minutos, y si le preguntaba a sus asistentes ellas le informarían directamente sobre mis dudas.

¿Qué debo hacer? ¿Esperar?

No era mala idea, quizás al terminar el artículo descubriría la verdad de manera automática.

¿Por qué no serle directa a Wintour y preguntarle?

Eso ni siquiera debía replanteármelo, de seguro me echaría, o peor, hundiría mi imagen en la industria del periodismo por meterme donde no debía, dejándome sin trabajo por el resto de mi vida.

En conclusión, no tenía más remedio que esperar a que las posibles respuestas llegasen a mí, ya fuera poco a poco o de golpe.

El sonido del intercomunicador interrumpió mis pensamientos, como ya estaba acostumbrada a que sucediera. Presioné el botón adecuado y esperé a que Minnie hablase.

—Me aburro.

—Nicha.

—Shuhua.

—¿Me has llamado solo para decirme que te aburres?

—Por supuesto que no, tienes una llamada en la línea uno. —Observé los botones blancos situados en el centro del intercomunicador, especialmente aquel que había mencionado —¿Shu?

—¿Quién quiere hablar conmigo? —Suspiré.

—Soojin, ¿quién si no? —Sonreí, al parecer mi deducción no había fallado —Quita esa estúpida sonrisa de enamorada presumida y contéstale.

—¿Cómo sabes que estoy sonriendo?

—Te conozco muy bien.

—Bien, bien, voy a ello. —Reí, dejé de presionar el botón rojo y presioné el número uno —Hey.

—Dijiste que si te llamaba me contestarías, pero te he llamado al móvil y, vaya, nadie me lo ha cogido. —Hizo una pausa —No prometas cosas que no cumplirás.

—Soojin, no tengo el móvil a mano, por eso no contesté. Pero aquí me tienes, te estoy atendiendo ahora. —Reí —¿Qué pasa?

—¿Estás bien? Cuando te fuiste parecías alterada y hasta ahora he estado realmente preocupada.

—No tienes nada de lo que preocuparte, todo está bien. ¿Ya resolviste las cosas con tu novio?

—Sí, se enfadó un poco porque no me quedé con él a dormir, y los rumores lo pusieron un tanto celoso... Pero le expliqué el motivo y se relajó.

—¿Le dijiste que dormimos juntas, abrazadas?

—No fue precisamente esa parte la que le conté...

—Bien. —Suspiré pesadamente.

—Lo siento. —Simplemente por el tono de su voz sabía que estaba arrepentida.

¿De qué te arrepientes? ¿De no decirle la verdad a Hui o de herirme?

—Tampoco tienes que disculparte por nada. —Giré mi vista hacia el ventanal, presenciando el inicio del anochecer —Me han dicho que vas a volver ya a Los Ángeles.

—Sí. —Susurró —Tengo que asistir a los AMAS, ¿tú iras? —Preguntó con un tono ahora esperanzado.

—Sí, yo debo ir como representante de Oh Boy!

—Ya veo. —Ambas quedamos en silencio, pero no era uno de esos silencios incómodos, escuchar su leve respiración tras la línea me hacía sentir una paz increíble —Yo... No sé qué más decir. —Rió contagiándome su hermosa risa.

—¿Qué te parece si salimos por última vez antes de que te vayas?

—Me encantaría... ¿Ahora? —Escuché algunos sonidos de fondo, como si ya se estuviera preparando.

—Sí, avisa a tu novio. Mandaré un coche a recogeros enseguida.

—¿A mi...? ¿Cómo?

—¿Querías estar conmigo a solas, Soojin?

—Y-Yo no... Yo...

—Tranquila, será una salida en parejas.

—¿Parejas? ¿Llevarás a alguien? —Preguntó confundida.

—Sí, llevaré a alguien. Estad preparados, el coche estará allí dentro de... —Miré la hora en mi portátil —Unos cuarenta minutos.

—Nos vemos. —Otra vez aquel silencio, era como si esperara que dijera algo más antes de cortar la llamada.

—Hasta luego.

—Adiós. —Antes de finalizar se escuchó un suspiro por su parte.

Toqué el botón rojo del intercomunicador, llamando a Minnie para que viniera a mi despacho lo antes posible. Cuando cruzó la puerta, me levanté de mi asiento y me acerqué al ventanal.

—Busca una modelo, cualquiera de las que estén aún por aquí valdrá. Solo asegúrate de escoger a la más preciosa.

—¿Para qué la quieres?

—Tú hazlo.

—Como ordene su majestad la señorita Wintour. —Dijo irónica.

La ignoré y solo continué observando las vistas de la fría noche mientras esperaba a quien sería mi acompañante.

30 Días Para Enamorarla [SooShu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora