Soy Oliver Banks, no una banana en pijama
-Es la idea mas estupida que has tenido- comente riendome a carcajas mientras el disfraz me daba un poco de calor- ¿Porqué nos dejamos convencer por Alan para ser los bananas en pijama? Además ellos son solo dos y nosotros tres
-Por que somos geniales- Alan nos abrazó a ambos- Y no se me ocurria otro disfraz de a tres, y no podiamos repetir el disfraz de los Tres Mosqueteros del año pasado
Era Halloween y estabamos en el cuarto de Gabin con disfraces ridiculos de los banana en pijama, era la noche de salir a pedir caramelos, actividad que hacían usualmente pero como broma personal nosotros también lo haciamos.
-¿La razon por la que nos cambiamos aqui es porque vivo cerca de la avenida 273? - preguntó Gabin mientras bebia una soda
-Si- afirme serio
-¿Qué le dirás? Cuando abra la puerta, no sería mejor que te presentaras como una persona normal
-Vamos chicos, soy Oliver Banks, no una banana en pijama
-El espejo no dice lo mismo- Alan comenzó a reirse y luego nosotros también
Caminamos por la avenida 273 con unas canastas en forma de calabazas que nos habia prestado la mamá de Gabin, increiblemente ya las teniamos llenas y eso significaba una sola cosa, que debía ir a la casa de Samanta y poder hablar con ella. Después de tocar puertas y no obtener el resultado esperado solo quedaba una casa, la de ella.
La casa de Samanta era de color durazno con ventanales blancos y macetas con petuñas de varios colores y la reconocí porque en la foto habia un adorno de piedras de fantasia colgando en la entrada, Gabin y Alan se sentaron en la vereda de la casa vecina a esperarme, me acerque a la puerta y me arme de valor para tocar el timbre, esperaba que me atendiera Sam y no tener que inventar una excusa con su padre.
Se me corto el aire una vez que presione el timbre y me abrió la puerta un vaso de cerveza gigante, era un chico unos cuantos años mayor que yo, de cabello castaño como el de Sam y al verme fruncio el seño.
-¿Eres reportero?- me dijo
-No, soy amigo de Sam de Wallenfort yo queria...
-Ah estas con salidas transitorias ¡Sam!- gritó -Te buscan, yo me voy, papá te dejo la cena en el microondas. Oye amigo- dijo mirándome no bebas alcohol si estás tomando tus medicamentos cuida esas salidas que te otorga el hospital.- El vaso de cerveza gigante se fue, pasaron unos segundos y Sam se apareció en la puerta se petrifico al verme y solo se limitó a observarme de pies a cabeza
-¿Eres un banana en pijama?
-Hola- le dije regalandole mi mejor sonrisa- Perdona que haya venido a tu casa
-¿Cómo supiste donde vivo? ¿Porqué viniste?
-Necesitaba saber de ti, quería ver que estuvieras bien Sam, la enfermera de Wallenfort me dio esta foto- dije entregandosela- ¿Cómo estas?
Pero Sam fue demasiado rápida tomo mi mano y me metio rápido en su casa, caminamos hacia su patio que estaba adornado con unas luces tenues estilo navidad, habia una mesa de madera y unas sillas junto a la piscina y muchas pero muchas petuñas.
-No quiero estar afuera no se si hay reporteros viendome, no todos saben que ya me dieron el alta en Wallenfort
¿Te ofrezco algo de tomar?
-Estoy bien- dije sentandome al ver que ella también lo hizo -Se que debe ser muy raro para ti que haya venido, pero no puedo no sentirme algo conmovido porque tenemos la misma edad y me agradaste mucho
-Gracias- dijo en un intento por acomodarse la remera ancha que llevaba puesto y sus pantalones con conejos también ancho -Es muy lindo de tu parte tomarte la molestia de venir hasta aquí. Todo esto es un desastre
-Todos somos un desastre, tenemos errores pero ¿Porqué no volverlo a intentar?
-Tengo miedo de salir lastimada, hice muchas cosas y cometí muchos errores, sobre todo lastime a muchas personas
Y con eso me daba la pauta que ella sentia remordimiento por cosas de su pasado, entonces ¿Que era falso? Era algo contradictorio, no la juzgaba porque no era nadie para juzgarla pero si quería saber la verdad para poder ayudarla.
-No voy a juzgarte yo solo quiero ayudarte, podemos ser amigos Samanta
-Solo Sam- dijo sonriendome- Oliver no es buena idea no soy como todas las chicas yo debo continuar mí tratamiento, asistir a mis terapias muchas veces prefiero quedarme en casa y escuchar musica o leer
- Pero no todo tiene que ser como antes. No quiero presionarte a ser amigos- Y por un momento me sonroje ¿Que estaba haciendo? ¿Porqué demandaba algo a una persona que recién estaba conociendo? Me levanté para irme pero ella tomo mí mano y me observo directamente a los ojos, sus ojos marrones y tristes estaban allí mirándome
-Acepto, no puedo resistirme si viene un banana en pijama a buscarme a mi casa- y empezó a reir y yo también, nos reimos a carcajadas juntos y hacia mucho tiempo que no me sentía tan bien, hacia mucho tiempo que no me reía hasta que me doliera la panza y estabamos ahi, dos chicos que recien empezaban a conocerse sentados en la noche de Halloween en un patio bellísimo una en pijama y yo con mi disfraz totalmente ridículo elegido por Alan.
-¿Esas son monedas de chocolate?- dijo señalando mi calabaza -Mi padre siempre me compraba unas cuando me buscaba de la escuela
-Ten- dije obsequiandoselas- Si te trae recuerdos tan lindos debes comerlas. Debo irme
Caminé hasta la puerta, y voltie a ver a Sam ella estaba parada observandome agarraba de manera tierna sus monedas, como cuando agarraba las galletas que le lleve al Instituto.
-Gracias por venir- dijo Sam sonriendome y de un momento a otro me abrazó me rodeo con sus brazos y yo la abrace muy fuerte también, una vez que sentí que cerró la puerta caminé hacia mis amigos, como si flotara en una nube, el viento fresco me movió el cabello Alan y Gabin me esperaron sonrientes, seguramente habían visto lo que pasó y al llegar a ellos nos abrazamos los tres y empezamos a saltar formando un círculo y volví a reir, era una escena icónica y digna de ver, tres bananas saltando en medio de la calle en una noche de Halloween.
-Bien es hora de festejar yendo a una gran fiesta- dijo Alan convencido
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El Dilema de Oliver
Teen FictionOliver Banks está en el último año de preparatoria pero sus planes, peligrosamente estudiados, se desvían cuando conoce a Sam una paciente del Instituto Mental de Wallenfort de pronto se encuentra en el dilema de rescatar a Sam de su propio infierno...