Mentiras
Mamá se encontraba sentada al pie de mí cama con sus ojos tristes observándome como si fuera a morir esa misma mañana. En su mano tenía su teléfono, su agenda y su lapicera favorita.
-Hola cielo ¿Cómo te sientes?
-Volviste- dije sentándome en la cama - Estoy bien
-Sam hablo conmigo anoche. Oliver ¿Por qué les has mentido a tus amigos? Yo no sabía nada del asunto de las drogas ¿Por qué lo haces amor? - se acercó a mí dulcemente y derramó una lágrima -Quiero ayudarte hijo
-Estoy cansado ¿Podemos hablar después?
-No Oliver debemos hablarlo ahora, no puedes seguir así. He llamado a un terapeuta tienes tu primera cita en una hora así que duchate.
-Ah es eso- dije riéndome - No soportas que no sea el hijo perfecto que siempre fui, entonces me mandas a arreglar
-Se que piensas eso, pero no es así, eres mí hijo y no voy a perderte. Jamás te pedí que fueras perfecto, te amo tal como eres y tus amigos también. Sam es una chica muy linda
-¿De verdad lo crees?
-Claro que si y ¿Sabes que me gusta? Cómo se iluminan tus ojos cuando la menciono. Nunca te brillaron de esa manera, Oliver es importante que entiendas que con la terapia puedes salir adelante pero es importante de las personas de las que te rodeas y lo que pueden ofrecerte ellas también: Alan, Gabin y Samantha te quieren y darían todo por verte bien. Debes luchar hijo.
Abrace a mamá con todas mis fuerzas y me derrumbe llore demasiado como si mí vida dependiese de ello, sus brazos eran mí lugar seguro, debía dejar las pastillas y volver a ser quien era sin la exigencia personal que me imponía día tras día, era mí propio verdugo, mí propio juez y mí peor enemigo pero ya no más.
Conduje hasta la mansión Dellisario, tenía un sobre abultado de dinero era mí liquidación ya no trabajaría más con ellos y solo me quedaba romper vínculos con Carlos y James y todo se acabaría ahí mismo recuperaría mí libertad, le diría a Sam cuanto la quería y que estaría a su lado para enfrentar lo que sea y si me olvidaba estaría ahí para recordarle que me gustan las hamburguesas sin tomate, que soy feliz bailando Lucky con ella y Clara, que amo verla reír como aquella vez que me disfrace de Banana en Pijama, le recordaría lo mucho que le gusta balancearse sobre la soga del gran sauce antes de caer al lago con el que vamos con amigos. Estaría ahí para decirle que Victoria es una gran chica y que es la primera que le ha tendido una mano en la escuela.
-Te amo Sam- dije susurrando mientras tocaba la puerta de los Dellisario -Ya quiero decírtelo
***
-Debe ser una broma- dijo James mirándome serio -¿Que te hace pensar que puedes salirte de esto tan fácil?
-Al DJ no le gustará esto, nos has costado plata Oliver- Carlos se acercó a mí estaba enfurecido- ¿Crees que las pastillas con las que te drogas son gratis? - Carlos saco un frasco lleno de ellas -¿No quieres un poco más?
-Eres un imbecil- dijo James riendo sinicamente -En la próxima fiesta conocerias al DJ, teníamos grandes planes para ti
-¿Cómo evitaremos que hable? Sabe demasiado
-Por favor, no diré nada. Solo quiero salirme de esto
-Recuerdas a la chica del sótano? Solo te recuerda a ti ¿Quieres pasar el resto de tu vida en la cárcel? Te mantendremos vigilado, solo por qué me agradas te dejaremos ir pero si vemos algo extraño no dudes en qué tendrás un oficial de policia en la puerta para llevarte.
James y Carlos me empujaron contra la puerta y la abrieron, empezaron a gritarme cosas amables como si fuéramos amigos de toda la vida, seguramente para aparentar frente a los vecinos.
-Te esperamos mañana amigo- grito alto Carlos. Camine unos metros hasta que me congelé, Sam estaba parada al lado de unos arbustos, llevaba unos jeans y una campera con capucha negra, al quitarse la capucha pude ver qué unas lágrimas rodeaban débilmente sus mejillas.
-No puedo creerlo- dijo dándome la espalda y desactivando la alarma de su auto
- Sam, espera de verdad no es lo que crees
-¿De verdad Oliver? Ahora entiendo todo, por qué te acercaste a mí, por qué fingiste que te importaba lo que me había pasado ¡Ahora entiendo! Eres... Eres parte de esto- dijo girando sobre si misma mientras las lágrimas no paraban de brotarle y sus manos temblaban frenéticamente
-No soy parte de esto Samantha, yo los conozco por qué...
-No no quiero escucharte. Carlos te despidió como si fuera tu amigo ¿Eres el DJ verdad? Si, claro que lo eres ¿Sabes cuánto tiempo pase obsesionada con descubrir la identidad del maldito que me envió al infierno? Y todo el tiempo lo tuve al lado mío y Dios- dijo llorando desconsoladamente- Me enamoré de ti imbécil
-Sam- dije sorprendido al saber que ella correspondía mis sentimientos- Yo también te quiero
-Callate- dijo mientras me golpeaba una cacheteda - Te odio jamas vuelvas a acercarte a mí y será mejor que te entregues a la policía para que ninguna chica más pase por lo que yo, y no se te ocurra lastimar a Boe
-¿Que tiene que ver ella en esto?
-La he cruzado con Carlos en el parque y los seguí hasta aquí, ella lo dejo en la puerta y te descubri. No la harán a ella esto, no lo permitiré
-Sam- grite al ver qué se subía a su auto, corrí hacia la puerta del acompañante y me subí con ella- ¡Yo no soy el DJ! Entre en toda esta basura por ti y solo por ti
-¿Esperas que te crea? Bajate de mí auto
-Lo hice por ti Samantha debes creerme yo solo quería averiguar qué es lo que te había pasado, lo hice solo por ti, por qué te amo y quiero saber que te paso para poder ayudarte, pero jamás te haría algo malo.
-Por eso te volviste adicto a las drogas, fue Carlos ¿Verdad?- dijo mientras arrancaba el auto y empezó a conducir -Ese maldito imbécil sigue siendo el mismo
-¿A dónde vamos?
-¿Quieres saber lo que me pasó? Bueno vas a saber lo que me pasó
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El Dilema de Oliver
Roman pour AdolescentsOliver Banks está en el último año de preparatoria pero sus planes, peligrosamente estudiados, se desvían cuando conoce a Sam una paciente del Instituto Mental de Wallenfort de pronto se encuentra en el dilema de rescatar a Sam de su propio infierno...