David
Vaya que sí se le veía con ganas esa tarde, nada comparado con el día anterior. Con su mirada azulada calculaba la dirección del balón, y se lanzaba a él sin vacilar, para acabar siempre entre sus dos manos, enfundadas con dos viejos guantes color púrpura. En su rostro destacaba la seguridad y la confianza, y sus ojos añiles resplandecían de felicidad con cada disparo que lograba detener.
Las clases habían terminado por ese día y nos encontrábamos entrenando. Como en verano no había partidos y el instituto estaba cerrado, el equipo dejaba de entrenar con todos sus miembros, y la descoordinación reinaba los primeros días de curso. Era taera mía, el capitán, hacer que el equipo regresara a su orden de siempre y se mantuviera todo en su sitio.
No era lo que mejor se me daba, pero desde que Jude se fue al Raimon me tocó a mi hacer de organizador y "líder" del equipo. Según Joe lo hacía bien, que solo era cuestión de tiempo que me acostumbrara y lograra sacar todo mi potencial. Él era una persona sagaz, así que tenía total fe en sus palabras y hacía mis mejores esfuerzos para que todo saliera según lo planeado.
El entrenador me pidió que dirigiera yo el primer entrenamiento. Pensé en no comenzar de lleno y hacer algo suave. Decidí que los delanteros practicaran el tiro a puerta, a la vez que Joe los intentaba detener, y los centrocampistas jugaran contra los defensas, para practicar tanto el regate como el bloqueo. Y así fue, todo el mundo realizó el ejercicio que le tocaba. Ni siquiera Caleb opuso algún tipo de resistencia.
La mayoría del equipo había mejorado considerablemente, pero sin duda, el que más lo había hecho había sido Joe. No se dejaba intimidar, y ni un solo tiro logró entrar dentro de la portería, ni uno solo. Se le veía en plena forma y con más ganas que nunca. La verdad es que me alegré mucho.
-Joe está que no para - le comenté a Hatch, el otro delantero titular aparte de mi.
-¿Esque no te has enterado? - me dijo, causando que le mirara confuso.
-¿Enterado de qué? - le pregunté.
-Desde que el Inazuma Japón venció al Neo Japón, Joe se ha estado entrenando día sí y día también. No sabemos cual ha sido su motivación, pero salta a la vista que el entrenamiento ha dado sus frutos.
Me fijé bien en él con asombro. Sí que se le veía ligeramente más delgado, y con unos brazos fuertes. Joe tenía muy buen aspecto, y esque aparte de entrenar duro se había cuidado muy bien. Esbocé una sonrisa en mi rostro, preparándome para chutar el balón hacia él.
Lo paró sin problemas, y mi alegría se le contagió, logrando que las comisuras de sus labios se levantaran un poco.De vez en cuando iba desviando la mirada hacia los defensas y centrocampistas, para asegurarme de que todo estuviera en orden. Todo marchó bien, fue un primer entrenamiento muy agradable y recomfortante, todos se veían con ánimos.
-Venga chicos, vamos a hacer un pequeño descanso - anuncié elevando la voz - En el banquillo hay agua, toallas y demás.
Todos fueron rápidamente hacia allí, estaban bastante cansados. Yo también tenía la frente algo húmeda, pues aún hacía calor suficiente como para sudar facilmente.
-¿Ves como lo haces bien? - Joe se me acercó - Eres un buen capitán.
-Supongo que todos nos hemos acostumbrado ya - subí los hombros - Tú también has estado genial, has mejorado un montón.
-No creas, tampoco es para tanto - se excusó.
-Venga, deja de hacerte el modesto - me reí - No pasa nada porque te halaguen.

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Sonrisas Falsas [Inazuma Eleven]
De TodoPara Joe, la vida siempre ha sido algo más complicada que para la mayoría de los demás adolescentes de su edad. En su casa la familia está rota y sufre a diario por ello, pero ese es su gran secreto. Nadie puede saberlo, sobrerodo David, quién sería...