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David

-¿Qué le pasa? - Caleb me indicó con la cabeza a Joe - A duras penas se mantiene despierto.

Efectivamente. El portero se encontraba sentado en su silla, con la cabeza apoyada en la mesa y rodeada con sus brazos. Se le veía cansado no, agotado.

-No estoy seguro - respondí - Solo espero que no le haya pasado nada grave.

-Una mala noche quizás - me miró.

-Joe no es dramático, no estaría así solo por haber dormido poco. ¿Deberíamos ir a preguntarle?

-Pues quiz-

-Venga chicos, sentaros todos, vamos a comenzar - la profesora interrumpió nuestra conversación.

Tuvimos que obedecer, y nos sentamos cada uno en su sitio. Joe levantó la cabeza, y pude ver entonces sus ojos hundidos y apagados. Su color que tanto los caracterizaban no brillaba con la misma luz que lo hacía normalmente, ese no era el Joe de siempre. Algo había sucedido, no había duda de ello.

Sí que era cierto que había días en los que estaba más decaído de lo normal, pero no era tan exagerado como lo era entonces. Jamás antes le había visto de esa forma, y debo admitirlo, me preocupaba.

«¿Qué te pasa Joe?» pensé, como si fuera a contestarme por telepatía. No podía evitar sentirme mal por él, estaba con una cara de tristeza y sueño que me dolía solo de verle. Quería abrazarle, decirle que todo estaba bien, que podía contarme todos sus problemas y preocupaciones, y que siempre iba a estar a su lado para apoyarle.

La idea de que su característica sonrisa dulce fuera remplazada por una expresión de cansancio y pesadumbre me hacía sentir impotente ante lo que fuera que le estuviera haciendo daño. Quisiera poder haber entrado en su mente y saber lo que pensaba, saber qué le atormentaba.

Quizás le estuviera dando demasiadas vueltas al asunto, y quizas no fuera nada, pero tenía ese típico presentimiento en el que tu instinto te advertía de que algo no andaba bien.

Joe observaba y escuchaba las explicaciones de la profesora, seguramente quería estar al día a pesar de no encontrarse bien. Es algo que yo también debería de estar haciendo en ese momento, pero no podía quitarme todos esos pensamientos de la cabeza. Debía de hacer algo.

Decidí mostrar atención yo también, pero cuando estaba en ello algo me interrumpió. Un papelito arrugado fue a parar a mi mesa. Lo desdoblé para leer el mensaje que contenía en él.

No puedo dejar de pensar en Joe, me he imaginado que tú tampoco, no dejas de mirarle. En el recreo hablamos con él, así que no te vayas y espérame cuando terminen las clases.

Miré hacia mi izquierda, encontrándome con la mirada esmeralda de Caleb. Le asentí, y él a mi, creando ese pequeño acuerdo.

Entonces miré hacia delante. Comencé a tomar apuntes de la clase de lengua. Esa asignatura sí que se me daba bien, pero tampoco quería que llegara la fecha del examen y yo no tuviera nada con lo que estudiar.

El tiempo transcurrió con exagerada lentitud, haciendo que mi angustia augmentara. Necesitaba hablar ya con él.

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Sonrisas Falsas [Inazuma Eleven] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora