- ¿Cayó? - Preguntó el doctor Miller.
Jake botó la jeringa en el tacho de basura y se acercó con una linterna para verificar el estado de sus pupilas. - Sí, ya está dormida.
- Perfecto, necesito que la lleves a la habitación 136, Márquez suele estar en ese piso, pero creo que podré distraerla. - Al decirlo, el enfermero levantó el cuerpo de Billie y lo recostó sobre una camilla que se encontraba en la oficina.
- ¿Qué hago si alguien pregunta por qué la llevo así?
- Dices que la sesión de hoy le causó un ataque nervioso y que tuvimos que sedarla para que se tranquilice.
- De acuerdo, doctor. - Con un asentimiento de despedida, se dirigió a su destino.
26 de febrero del 2020
Ariana
- Quédate quieta, no puedo hacer bien la trenza si te mueves tanto. - Ordenó Ariana, mientras recogía nuevamente las mechas de cabello que se habían zafado del peinado.
- Lo siento. - Billie intentó mantenerse en inmóvil, pero falló al instante, girándose. - Vamos más de una hora y media sentadas aquí y Luke todavía no llega, me aburro.
La morena finalmente se rindió y desarmó la trenza del cabello de la chica. - Ahora que lo mencionas, es bastante raro, Luke siempre suele ser puntual.
- ¿Crees que esté bien?
- No lo sé, debió haber tenido algún tipo de inconveniente en el camino hacia acá.
- Quizás deberías llamarlo para confirmar.
- Tienes razón. - Cuando Ariana prendió su celular y sus ojos se enfocaron en la fecha de ese día, sintió el color de sus mejillas desaparecer.
Al observar el cambio en el temple de Ariana, cuestionó - ¿Qué pasó?
- Ya sé por qué no está aquí. - Entró en un estado de agitación. - Yo misma le pedí que no viniera, hoy es veintiséis.
- ¿Y qué pasa con que sea veintiséis? - A la mitad de la pregunta, Billie cayó en cuenta de cuál era el problema. - Lo olvidaste.
Los hombros de Ariana cayeron con preocupación. - Lo olvidé.
- ¿Pero no puedes hacer nada al respecto? ¿No hablaste con Hayley?
- No, para nada, apenas comenzamos con la canción, mi mente no ha tenido espacio para más, pero... - Recuperó su calma al recordar la hora del evento. - Pero todavía hay tiempo. - Rápidamente se levantó del asiento en el que se encontraba. - Necesito que me acompañes al restaurante Rosings, ahora.
- ¿Los vas a detener? - Inquirió mientras se levantaba del piso.
- Tengo que hacerlo.
Debido a que el restaurante Rosings se encontraba en las afueras de la ciudad, les tomaría bastante tiempo acercarse.
Faltaban pocos minutos para llegar y a Ariana la estaban comiendo sus nervios.
- Billie, el evento es a las cinco y ya son las cuatro y cincuenta y seis.
- Estamos cerca, no hay por qué estresarse.
- ¿Y si no llego a tiempo?
- Tendrías que hacerlo de la forma cruel.
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algo más que un grammy.
FanfictionLa locura de la industria musical trasciende mucho más allá de nuestro concepto de realidad e imaginación.