Capítulo XI

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- ¿Cayó? - Preguntó el doctor Miller.

Jake botó la jeringa en el tacho de basura y se acercó con una linterna para verificar el estado de sus pupilas. - Sí, ya está dormida. 

- Perfecto, necesito que la lleves a la habitación 136, Márquez suele estar en ese piso, pero creo que podré distraerla- Al decirlo, el enfermero levantó el cuerpo de Billie y lo recostó sobre una camilla que se encontraba en la oficina.

- ¿Qué hago si alguien pregunta por qué la llevo así?

- Dices que la sesión de hoy le causó un ataque nervioso y que tuvimos que sedarla para que se tranquilice.

- De acuerdo, doctor. - Con un asentimiento de despedida, se dirigió a su destino.


26 de febrero del 2020

Ariana


- Quédate quieta, no puedo hacer bien la trenza si te mueves tanto. - Ordenó Ariana, mientras recogía nuevamente las mechas de cabello que se habían zafado del peinado.

- Lo siento. - Billie intentó mantenerse en inmóvil, pero falló al instante, girándose. - Vamos más de una hora y media sentadas aquí y Luke todavía no llega, me aburro.

La morena finalmente se rindió y desarmó la trenza del cabello de la chica. - Ahora que lo mencionas, es bastante raro, Luke siempre suele ser puntual.

- ¿Crees que esté bien?

- No lo sé, debió haber tenido algún tipo de inconveniente en el camino hacia acá.

- Quizás deberías llamarlo para confirmar.

- Tienes razón. - Cuando Ariana prendió su celular y sus ojos se enfocaron en la fecha de ese día, sintió el color de sus mejillas desaparecer.

Al observar el cambio en el temple de Ariana, cuestionó - ¿Qué pasó? 

- Ya sé por qué no está aquí. - Entró en un estado de agitación. - Yo misma le pedí que no viniera, hoy es veintiséis.

- ¿Y qué pasa con que sea veintiséis? - A la mitad de la pregunta, Billie cayó en cuenta de cuál era el problema. - Lo olvidaste.

Los hombros de Ariana cayeron con preocupación. - Lo olvidé. 

- ¿Pero no puedes hacer nada al respecto? ¿No hablaste con Hayley?

- No, para nada, apenas comenzamos con la canción, mi mente no ha tenido espacio para más, pero... - Recuperó su calma al recordar la hora del evento. - Pero todavía hay tiempo. - Rápidamente se levantó del asiento en el que se encontraba. - Necesito que me acompañes al restaurante Rosings, ahora.

- ¿Los vas a detener? - Inquirió mientras se levantaba del piso.

- Tengo que hacerlo.

Debido a que el restaurante Rosings se encontraba en las afueras de la ciudad, les tomaría bastante tiempo acercarse.

Faltaban pocos minutos para llegar y a Ariana la estaban comiendo sus nervios.

- Billie, el evento es a las cinco y ya son las cuatro y cincuenta y seis.

- Estamos cerca, no hay por qué estresarse.

- ¿Y si no llego a tiempo?

- Tendrías que hacerlo de la forma cruel.

algo más que un grammy.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora