Capítulo 11: Aprendiz

648 46 11
                                    

El pasado nunca está muerto, ni siquiera es pasado.

William Faulkner

Ai

Cuando iba de compras me encontré con Ran y una chica de coleta llamada Kazuha, terminé reunida con Shinichi y un detective de Osaka de nombre Heiji Hattori, por culpa de ese nuevo detective terminamos envueltos en otro caso, el mayordomo de la familia Morizono, nos invitó a la mansión familiar, pero por la noche lo encontraron asesinado en una habitación cerrada, mientras volvía del baño me encontré con un extraño comportamiento en Sherlock.

—¿Qué te sucede? —le pregunté.

—¿Eh? No, no, nada, ¿qué debería pasar? —me respondió rápidamente de forma nerviosa.

—¿Qué te pasa? —le volví a preguntar con cautela.

—Sí, ¿por qué estás tan nervioso de repente? —preguntó Hattori arrodillándose.

—¿Que? ¿Yo? De qué hablan, vamos a resolver el caso mejor. —respondió el detective nervioso. —Muévete Hattori debemos probar con el balcón de al lado.

—¿A qué te refieres con probar? —preguntó el moreno confundido, bueno no más que yo, seguro ya tienen la mitad del caso resuelto.

—¿Que no lo sabes? —preguntó Conan volviendo a la normalidad. —Tenemos que comprobar si alguien pudo bajar fácil o no al balcón de abajo.

—¿Quién va a hacer eso? —preguntó Hattori cauteloso.

—Tu eres el único en quien confió Heiji-kun. —habló Conan de buen humor.

Esto me da mala espina.

—Oigan ustedes dos, más les vale no hacer unas de esas bromas de mal gusto, agarren bien la cuerda y no la suelten, ¿vale? —recalcó Heiji mirándonos desconfiado mientras se amarraba firmemente una cuerda a su cadera.

—No hace falta que me lo recuerdes. —dijo divertido Kudo cruzando sus brazos detrás de su cabeza.

—No prometo nada. —respondí seriamente mirándolo a los ojos, a lo que puso una expresión de terror para luego bajar al balcón de abajo inseguro, haciendo ruidos al saltar por los balcones.

—¿Bueno qué tal ha ido Hattori? —preguntó Shinichi tratando de ver al chico apoyándose en la baranda más despreocupado de lo que debería.

—Muy bien, más fácil de lo que pensaba. —aseguró Hattori desde abajo.

—Eso quiere decir que el asesino pudo bajar por aquí. —escuché hablar a Shinichi seriamente.

—¿Eh, qué es eso? —escuchamos decir a Hattori a lo lejos. —¡Puedo ver algo en aquel árbol! —gritó.

—¿Dónde, dónde? —preguntó Sherlock ansioso por tener una pista, parándose en la baranda inestablemente, mis nervios iban a destruirse con este chico.

—En el árbol que hay en frente de la habitación donde encontramos el cadáver. —aseguró Hattori señalando un lugar entre los árboles.

—¿Qué están haciendo? —dijo una voz a nuestro lado haciendo que nos sobresaltemos debido a la sorpresa, Shinichi quien estaba parado haciendo equilibrio en la baranda dio un salto en su lugar cayéndose.

—¡Conan! —grité acercándome y tratar de subirlo, gracias a Dios se había alcanzado a sujetar de una barandilla.

¡Estúpido pequeño cuerpo! —pensé desesperada tratando de que no se soltara de mi mano, lo cual era inútil... irremediablemente se estaba resbalando y yo no podía hacer nada al respecto con esta fuerza de niña.

Hope and DreamsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora