Capítulo 1

30.9K 1.5K 367
                                    

Cuando abro los ojos veo que el clima que tenía en Miami se ha quedado totalmente atrás, ahora puedo ver el cielo cubierto, con grandes probabilidades de lluvia, tormenta, o algo parecido, pero no estoy triste por haber dejado atrás Miami.

­—­Mia, mira cielo. —Dice mi madre desde el asiento del copiloto, me señala el cartel de bienvenido a Forks, y no puedo evitar hacerle una foto y enviarla al grupo de mis amigas.

—Es muy bonito, ¿verdad? —Pregunta mi padre sin apartar la vista de la carretera, y tiene razón, veo todo envuelto en el bosque, es simplemente precioso.

—Si, cariño, cambiamos las vistas de la playa por las del bosque. —Bromea mi madre con una sonrisa.

Mudarnos a Forks simplemente ha sido por capricho de mi madre, que se había cansado de la playa y ahora buscaba algo más "sacado de un cuento de hadas", y mi padre, como el tonto enamorado que es, buscó por internet hasta dar con este pequeño pueblo rodeado de bosque que cautivó a mi madre con solo ver unas simples fotos. Siempre nos mudábamos cuando mi madre se cansaba de un lugar, y yo no tenía problemas en hacerlo, me gustaba hacer nuevos amigos, y siempre podía ir a visitarlos en las vacaciones. Lo único malo era que este instituto no tenía las actividades extraescolares que yo solía hacer, por lo que las tardes las dedicaría a otras cosas fuera del instituto.

—Hemos llegado. —Canturrea mi madre con una sonrisa llena de emoción y baja del coche la primera. Al salir, veo una casa victoriana preciosa, está rodeada del bosque, y simplemente parece mágica, si mi madre quiere algo, mi padre simplemente se lo da.

—Nuestra casa está muy cerca de una reserva india. —Informa mi padre, mi madre sonríe como una niña de cinco años en la mañana de navidad ante las palabras de papá.

—¡Vamos a verla! —Exclama dando saltitos mientras aplaude totalmente eufórica, y mi padre simplemente sonríe. Como ya habían traído los muebles y estaba todo listo, mi padre decide que hagamos una excursión.

—La reserva tiene playa. —Informa mi padre con una sonrisa, y mamá sube al coche totalmente eufórica, mi padre y yo la seguimos y, en quince minutos estamos aparcando en el aparcamiento de First Beach.

—Es hermoso, cariño. —Dice mi madre saltando en los brazos de mi padre, y siempre que los veo actuar así muchas veces se me olvida que solo tienen 32 años. Me tuvieron a los dieciséis años, pero nunca se arrepintieron de ello, siempre me han querido y se han querido entre ellos. Les dejo que paseen por la playa como un par de enamorados y me alejo de ellos para darles privacidad, los veo disfrutar del clima frío de agosto.

Si, es agosto y hace frío, pero mi padre ya nos había advertido del clima que había aquí, y simplemente me encantaba, a mí me gustaba más coger una manta y ver nevar que asarme de calor frente a un ventilador. Camino por el límite del bosque y no puedo evitar entrar, soy demasiado curiosa, y hay algo dentro de mí que me llama a ir, así que, antes de que me vean, me adentro en el bosque y camino.

Es simplemente precioso y sacado de un cuento de hadas, troncos llenos de musgo, helechos creciendo sin límites, animales correteando sin miedo. Me siento en uno de los troncos caídos, y pego mi espalda en un tronco, este lugar me ha enamorado, y me siento en paz y tranquila.

Mi tranquilidad desaparece cuando veo frente a mí un lobo negro gigante.

Me levanto despacio, para no asustarlo, pero no me mira mal, simplemente parece que me observa con cautela. Se acerca a mí y veo que mide más de dos metros, pero agacha la cabeza y mete su hocico en mi cuello, olisqueándome.

—¡Mia! —Exclama mi padre a lo lejos, y aprovecho que el lobo ha girado la cabeza y corro lejos de él. Hago una carrera hasta que veo la entrada del bosque, y en la entrada a mis padres con el ceño fruncido.

—Cariño, ¿qué hacías? —Pregunta mi madre preocupada, a modo de respuesta me encojo de hombros y volvemos al coche porque, ¿cómo demonios se explica algo así?

Al llegar a casa, mis padres me mandan a mi cuarto para colocar la ropa de las maletas, ya que mañana tengo que ir al instituto para terminar el papeleo. Las clases comienzan en una semana, pero aún hay varias cosas por hacer, como entregar mi expediente del anterior instituto y demás cosas.

Colocando mis cosas, me fijo en mi cara, siempre he pensado que soy guapa, no es por echarme flores ni nada así, pero no tiene nada de malo quererme a mí misma. Tengo el pelo largo y negro, me llega por la cintura y siempre me ha encantado tenerlo liso, mis ojos marrones y mis pecas son lo que más me gusta de mí misma. Pero lo que me ha llamado la atención, ha sido una marca sobre mi mejilla, haciendo que mis pensamientos vayan directamente a ese lobo.

—¡Mia, baja a cenar! —Exclama mi madre desde la planta baja, y bajo corriendo a cenar antes de seguir pensando en el lobo. Después de cenar, me tumbo en mi cama y me quedo pensando en Forks, es realmente mágico, y ese lobo era lo más extraño, aunque eso no evita que sueñe con él.

Cuidado con el bosque  |SAM ULEY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora