Capítulo 25

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El resto del día, nos quedamos junto a Jared en cualquier momento que vemos que su lobo lo domina y quiere correr hacia la pequeña Black para hacerla suya.

—Jared. —Susurro perdiendo la paciencia, pero es que estoy agarrando su antebrazo con fuerza, pero él no para de querer andar hacia donde se encuentra ella.

—¿Por qué demonios Sam está tardando tanto? —Pregunta Paul poniendo los ojos en blanco, solo quiere llegar a casa y correr por el bosque lejos de Jared, y si yo fuese loba, también lo haría, porque ahora me dan ganas de asesinar a mi amigo. Esperamos más de veinte minutos y por fin Jared se relaja, pero solo ha sido porque Ellie Black ya se ha ido.

—¿Dónde demonios está el alfa? —Gruñe Paul sin paciencia, todos nos estamos empezando a preocupar, pero el móvil de Paul suena y mira la pantalla con el ceño fruncido, pero luego sonríe de lado y lo vuelve a guardar. —Mia, en que lobo quieres ir.

—Oh, no. —Gimoteo, odio ir sobre los lobos por el bosque, siempre juegan a fingir chocarse con los árboles y en el último segundo apartarse, haciendo que grite de miedo y ellos suelten carcajadas lobunas. —Prefiero a Embry.

Sé que él no me va a dejar caer, aún se siente culpable por la herida que tengo vendada, así que los sigo hacia el bosque y agarro sus mochilas, espero a que vuelva Embry y me subo con cuidado de que no se me caigan las mochilas de los chicos. Mientras corren hacia casa, me pregunto porque Sam no ha venido a por nosotros, o porqué ha avisado a Paul y no a mí, sé que no le ha pasado nada, pero me esconde algo, algo malo. Al llegar a casa, bajo de Embry y les doy a cada uno sus mochilas, donde dentro están sus ropas, espero a que se vistan y entramos en casa, los chicos suben a cambiarse mientras les hago unos bocadillos antes de que se vayan. Me agradecen la comida y en menos de cinco minutos estoy sola en casa, llamo a Sam, pero no me responde, ni a las llamadas, ni a los mensajes.

Hago los deberes en la mesa de la cocina, la cual está frente a la puerta de entrada, pero después de cenar sola, pierdo las esperanzas. Aunque cuando salgo de la ducha, escucho la puerta de entrada, corro y veo a Sam con la cara repleta de culpabilidad, al verme simplemente desvía la mirada y se va al cuarto sin tan si quiera darme un beso o decirme una sola palabra. ¿Qué ha pasado para que me trate así?

Cuidado con el bosque  |SAM ULEY|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora