Cuidado con el bosque |SAM ULEY|

Capítulo 7

—Leah, ¿qué haces aquí? —Pregunta Sam mirándome de reojo, parece nervioso.

—Te echaba de menos, rompimos hace un mes porque querías tiempo para ti, y me encuentro con que estás con una niña. —Dice Leah con el ceño fruncido, intenta entrar en la casa, pero Sam no la deja. —¿No quieres que pase? ¿Piensas que voy a hacerle algo?

—Vete Leah. —Susurra Sam con el ceño fruncido. —Mia ahora está conmigo, y no me parece bien que vengas a amenazarla, así que vete, por favor.

—¡Te odio Sam Uley! —Exclama con odio antes de cerrar la puerta, Sam apoya la frente en la puerta y suspira derrotado.

—Sam, lo siento mucho, no quiero darte problemas. —Susurro antes de llegar a su lado, acaricio su brazo con cuidado y Sam me abraza con cuidado.

—No ha sido tu culpa, ella es mi exnovia Leah, la dejé cuando me transformé para no hacerla daño. —Dice dándome la mano y llevándome al sofá, se sienta y me arrastra hasta su regazo.

—¿Aún la quieres? —Pregunto antes de que el filtro de mi cerebro funcione, pero Sam simplemente me hace sentarme frente a él sobre su regazo y me besa, pero este beso es con lengua y delicioso.

—Desde que te vi por primera vez ya no siento nada por ella, ahora todos mis sentimientos están centrados en ti. —Dice tras terminar el beso más delicioso del mundo. —Te quiero, Mia.

Escondo mi cara en el hueco de su cuello y le doy un pequeño beso haciendo que se le erice la piel. Nos quedamos así hasta que me quedo dormida sobre él, pero es su culpa, es muy cómodo y calentito. Aunque abro los ojos en su cama, y parece que ya es de día, miro a mi lado y no veo a Sam, solo hay una nota que dice que ha tenido un problema con la manada, y que avisó anoche a mis padres de que no dormía en casa. Me da pena levantarme sola, pero no puedo hacer otra cosa que ir a la cocina y prepararme el desayuno. Y cuando estoy desayunando me doy cuenta de que estoy vestida solo con la camiseta que llevaba ayer Sam, ¿me desvistió él?

¡Qué vergüenza!

Justo cuando termino de desayunar la puerta se abre y aparece Sam, que al verme sonríe y me coge de la cintura para que salte a su cuerpo, me besa dulcemente y vuelve a dejar en el suelo, justo cuando me doy cuenta de que Jared y otro chico que no conozco nos miran con una sonrisa picarona.

—Mia, este es Paul, se acaba de transformar, así que no le cabrees mucho, ¿vale? —Pregunta Sam con una sonrisa, pero luego frunce el ceño y me coloca tras él.

—¿Qué pasa? —Pregunto confundida.

—Al cuarto. —Gruñe Sam caminando detrás de mí, y me doy cuenta de cómo voy vestida frente a Jared y Paul.

—¡Encantada, Paul! —Exclamo mientras mi lobo celoso me arrastra hasta el cuarto.

—Créeme, el placer ha sido todo mío. —Responde Paul con una sonrisa y se van a la cocina a comer. Pero cuando llegamos al cuarto, Sam me tumba en la cama y se sube encima de mi cuerpo, me besa con dureza y cuando creo que me voy a desmayar por el placer, me susurra:

—Eres mía, pequeña.