II

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Luffy estaba raro. Se acercaba a casi todos en busca de mimos. Empezó con Thatch, lo que pensaron era normal porque le daba comida. Le siguió Sanji, aunque también pensaron que era por lo mismo. Pero a ellos se les sumó Zoro, Marco, Izo, Haruta, incluso los propios Sabo y Ace. Fue Sabo el que se dio cuenta de lo que ocurría a las pocas horas.

--Entró en celo --le dijo a su hermano pecoso.

--Eso explica su actitud --vio como su hermanito no se separaba del peliverde, teniendo sus orejas y cola fuera, tumbado en el regazo del espadachín mientras este estaba recostado contra uno de los costados del barco y acariciando detrás de las orejas del pelinegro, quien aceptaba las caricias gustoso.

--Parece que como su cuerpo ya está acostumbrado a esa etapa sí le afecta estar con otros hombres --suspiró pesadamente, realmente era un tema que no le gustaba tratar.

--Eso parece --se unió el Portgas a su declaración.

Luffy ronroneaba sobre el regazo de Roronoa, quien, a pesar de estar extrañado por ese comportamiento de su amigo, seguía dándole caricias. Pero algo no había pasado desapercibido para él. El rostro de Luffy era más fino, su cadera ligeramente más hancha mientras que la cintura era más estrecha. En otras palabras, rasgos femeninos. No era el único que lo notó, Sanji también se había dado cuenta, no era algo que para su fino ojo detector de bellezas pasara desapercibido. Los propios Ace, Sabo, Marco y Thatch fueron los primeros en saberlo, y rezaban por que nadie más se diera cuenta.

Esa misma noche, cuando todos se fueron a dormir menos al que le tocaba guardia, el felino salió de la habitación donde dormía con sus hermanos y avanzó con agilidad hasta la del Fushichō. Abrió con lentitud la puerta, viendo al rubio tumbado boca arriba durmiendo, sus zapatos al pie de la cama. Entró en la habitación y cerró con silencio, su cola danzando juguetona a su espalda. Sin salir de su posición animal se acercó a la cama y se aseguró que el mayor estuviera dormido, el suave ronquido que dio se lo confirmó. Con cautela retiró sus sandalias y subió sobre el pecho ajeno, acurrucándose sobre él sin detener el movimiento de su cola, comenzando un suave ronroneo. Marco sintió un ligero peso sobre él, pero no le dio importancia e intentó volver a dormir, pero un suave ronroneo terminó de despertarlo. Abrió ligeramente los ojos y pudo ver de frente a Luffy, quien estaba tumbado sobre él, agitando ligeramente la cola y con una suave sonrisa.

--¿Luffy? --preguntó realmente extrañado.

--Lo siento, no quería despertarte --elevó la mirada y amplió su sonrisa, dejando ver su dentadura perfecta con pequeños colmillos sobresaliendo un poco más que normalmente.

--¿Qué haces aquí? --no era que le molestara, pero normalmente los hermanos duermen juntos, y en el estado en el que está ahora el menor no es bueno que esté cerca de otras personas a altas horas de la noche.

--Me apetecía estar contigo --se volvió a acomodar encima del amplio pecho sobre el que estaba, abrazándolo por esa zona con los brazos mientras las piernas estaban a cada lado de la cadera del otro.

--¿Estás bien? --no lo estaba, era obvio, pero lo último que quería era ponerse al lobo y al dragón en su contra.

--Claro que sí --hizo un puchero, volviena elevar la mirada con cierta indignación, enrollando la cola en la pierna del comandante.

--No, no lo está --pensó incómodo por la posición, intentando convencerse de que Luffy no era cien por cien consciente de lo que hacía.

El D. agachó las orejas y frunció el ceño, seguido de acercarse a la oreja del mayor y morderla ligeramente. Marco contuvo un jadeo sorprendido por esa acción.

--¿Qué haces? --no fue fuerte, no le dolía, pero el comportamiento de Luffy se estaba saliendo de control.

--No me acaricias, eres malo --volvió a colocarse sobre él, sentándose sobre su cadera y volviendo a agitar la cola, esta vez molesto con el rubio.

--¿Y por eso me muerdes? --acarició la zona afectada, no estaba sangrando pero aún así la molestia prevalecía.

--Sí, es tu castigo por no hacerme caso --infló las mejillas con reproche.

Marco suspiró, comenzando a acariciar detrás de la oreja animal del menor, quien cerró los ojos y relajó su expresión, aceptando las caricias, volviendo a enrollar la cola en la pierna ajena.

--¿Mejor? --sonrió quedamente por la extraña actitud del Monkey.

--Sí --afirmó con voz tranquila.

Fue recostándose poco a poco de nuevo en el pecho del Fushichō, volviendo a ronronear por las caricias que le eran proporcionadas.

El mayor se rindió, no podía hacer nada contra ese comportamiento a menos que se quiera poner a Luffy en su contra. Pasó a acariciar el cabello del pelinegro, pasando también su otro brazo por la espalda del contrario. Luffy durmió sobre Marco con un ligero ronroneo constante. En cambio, el rubio no durmió casi nada, aunque al final se rindió a la comodidad de tener al menor sobre él.

La mañana no fue muy buena. Sabo y Ace se despertaron paranoicos al no encontrar a su hermanito con ellos en la habitación. Buscaron por todo el barco pero nada, hasta que vieron a Marco aparecer con el felino en brazos, quien tenía sus brazos alrededor del cuello del comandante junto a una amplia sonrisa, aunque sin mostrar los dientes, junto a tener su cola sujeta al brazo desde donde sus piernas era sujetadas. Al verlo prácticamente Ace se lo arrancó de los brazos mientras gruñía con fuerza.

--¿¡Qué hacías con Luffy!? --rugió el pecoso con palpable enojo.

Luffy soltó un pequeño lloriqueo en brazos de su hermano.

--Se metió en mi habitación --respondió con su mirada aburrida.

--Aaaaceeee --se quejó el Monkey, agitando la cola con disgusto.

--Luffy, en tu estado no debes estar con tantas personas --replicó el Portgas, intentando tener paciencia.

--¡Pero quiero estar con Marco! --intentó soltarse del agarre.

--¿Por qué? --se unió Sabo a la pelea.

--No sé, quiero estar con Marco, solo eso --agachó las orejas y se cruzó de brazos disgustado.

Los hermanos miraron al fénix con ojo crítico.

--No hice nada --levantó las manos con inocencia, imaginando lo que le iban a preguntar.

El menor enseñó los colmillos, enfadado con Ace por no dejarle estar con el Fushichō. Esto le dolió al otro D., que bajó la mirada entristecido.

--Mi hermanito no me quiere --susurró con aura oscura, momento que Luffy aprovechó para soltarse y escalar la espalda del otro comandante, acomodándose y volviendo a sonreír contento por salirse con la suya.

--Entiende Ace, es más gato que pantera --colocó una mano en un hombro de su hermano para consolarlo.

--¡No soy un gato! --rugió enfadado por esa declaración, gruñendo disgustado.

Marco le acarició la cabeza para calmarlo, consiguiéndolo en poco tiempo.

Ace entró en una pequeña depresión mientras que Luffy estaba por fin feliz. Sabo consolaba al pecoso y Marco mimaba al de la cicatriz. No se separó de él todo lo que le duró el celo, durmiendo todas las noches en su habitación.

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Capítulo hecho con la ayuda de palomakitzune

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