Auge:
Estoy en el suelo, con un pie en mi espalda. Con dificultad para respirar. Cada hueso gritando. Cada cabello doliendo.
Y, ¿Qué estoy pensando?
Pienso en que quiero quitar a todos estos hombres de mí y quitar las manos de un chico del cuello de Zephyr.
Asesinar.
Borrar sus nombres de la lista de personas que alguna vez merecieron vivir.
Cuando Dánae peleaba. El mismo hombre que revisó a Marella me pidió mi tatuaje. Se lo mostré y lo rastreo. Sentí como la luz picaba con la tinta, como si hicieran arder algo en mi brazo, hervir. Luego, lo siguiente que recuerdo, fue que el hombre había roto mi ventana y me sacó por ella, sin darme tiempo a respirar. Me sostuvo con el arma en mi cien, ambos brazos detrás de mí. En ese segundo, fue que logré inhalar algo de aire.
- Nivel 4, querida – me dijo al oído y acercó al arma más a mí, lo puso justo en medio de mis dos ojos, no me permití temblar. – Debes de ir al otro lado, al derecho, no nos sirves aquí
Eso me preocupo. Pero, no tuve tiempo de pensar en eso. Un tercer hombre que no me esforcé en ver su apariencia, tenía a Zephyr con un cuchillo en su estómago. Y luego, lo vi intentando llevárselo. Eso me hizo algo, tenía miedo, más miedo del que nunca supe que podría tener, mi corazón tenía punzadas incesantes de miedo. Me di cuenta, que ni por mi vida había temido antes.
- No – grité
El muchacho que me tenía a mí, miro en la dirección que yo lo hacía.
- Interesante – se burló - ¿quieres ir con él? Vamos a llevarte con él
No refuté.
Unos minutos después es que yo estaba con su pie en medio de mi esternón. El otro tipo ahorcaba a Zephyr, lo veía a cómo podía porque mis ojos estaban casi cerrados contra el piso. Su piel se tornaba pálida y sus pies daban saltos involuntarios. Sus ojos inyectados en sangre me miraron. Con miedo, pidiendo ayuda.
- Traidores – escuché decir a alguien, pero no vi quien
El miedo me amenazaba.
No podría verlo morir. No.
Reuní valor, de donde me faltaba. Cerré mis ojos mí me concentré. Con mucho deseo, deseando con toda mi alma y mis fuerzas. Un deseo que era más grande que mí misma.
Escuché un grito y casi muero al pensar que era de él. Pero cuando abrí mis ojos, el hombre que tenía las manos en el cuello de Zephyr, yacía contra una pared. Como si algo lo comprimiera. Lo miré y me di cuenta de algo, que yo lo había hecho sin saber cómo, pero lo había hecho. Mientras yo miraba al hombre confundido. Zephyr había corrido al otro hombre que me tenía contra del piso, lo tomo de la ropa y lo tiro al suelo. Luego, me tomo de un brazo. Y corrió conmigo.
El tiempo se detuvo en ese instante. Muchas cosas ocurrieron ante mis ojos. Cuando dejé de concentrarme, el hombre dejo de estar pegado a la pared y tomo un arma. Mientras el otro de levantaba del suelo y repetía la acción de su compañero. Mis pies eran arrastrados sin mi permiso, porque Zephyr tenía fuertemente sostenido mi brazo y corría alejándose en línea recta de los tipos, me di cuenta que yo no ayudaba al chico así que, quité su mano de mi brazo y me di la vuelta. Corrimos hacia adelante, el edificio era más largo que ancho, pero si podía ver la puerta al final, abierta. Corrí con más fuerza. Dejando de lado el hecho de que debía de respirar, había dejado a Zephyr un poco detrás, solo unos pasos, pero eso bastó. Los disparos comenzaron. Estallidos en mis oídos. En las paredes dejaban agujeros, sin darme a mí, pero voltee con el quejido de Zep, una bala había atravesado su hombro. El me miro y grito
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Auge
FantasyEl futuro, tan incierto puede tener muchos caminos. Hoy conocerás uno de muchos. En un mundo destruido, no ganará el débil. Oblígate a cruzar la barrera que te impide sobrevivir, porque aquí cada día es así, no hay gobiernos, no hay límites. Estar...