Auge:
- Belleza, dime ¿por qué siempre que te logro encontrar estas en peligro? - escuchó una risita juguetona - ¿quieres que venga tu caballero a salvarte?
Abro mis ojos. Nunca antes me sentí tan feliz de ver los ojos de la persona que ha provocado tanto mi muerte como mi salvación. Me gusta encontrarlo bajo la segunda opción.
- Hola - digo y me duele hablar, mi garganta me arde. Estoy en sus brazos, él va caminando, lo sé porque siento cuando mueve sus piernas y además porque mi cabeza se encuentra guindando, mi cabello está a centímetros del suelo y sigue mojado
- Cierra los ojos - dice susurrando - simula ser un cadáver, no pueden verte viva
Comprendo a lo que se refiere. Dejo caer de nuevo mi cabeza, me doy cuenta que me gusta sentirme protegida de alguna forma, claro ser la damisela en apuros no es mi sueño ideal, pero al menos sigo viva. No sé si los brazos de él son muy fuertes o yo peso muy poco, porque me mantiene a una misma altura todo el tiempo. Quiero sonreír por lo ridículo que es, que he intentado suicidarme algunas veces, pero no lo logro, pero para estar viva debo simular estar muerta, no sé si es ironía, pero me da mucha risa.
El dolor en mi clavícula agradece el hecho de que no me mueva. Escucho el sonido de una puerta y abro mis ojos confiadamente. Veo el techo lejanamente, quizás porque estoy un poco cerca del suelo o quizás porque el techo es alto. Sea como sea, la figura de mi salvador es lo que veo, casi me atraganto cuando el pasa por la luz y literalmente parece que una luz celestial ilumina su cabello rubio. Me doy cuenta de que enserio me gusta ser una falsa muerta, siento que puedo descansar, siento que estoy segura.
Atravesamos una habitación, supongo la sala y llegamos a un cuarto, él me coloca como si estuviese hecha de porcelana en una cama. Hace tanto que no estoy en una cama suave, que en el instante en que mi cabeza roza la almohada sonrío. '
- ¿Qué te da risa? - me pregunta, se sentó a mi lado mirándome
- Nada - digo, pero no contengo la risa y sale, duele mucho que salga, mi cuerpo no agradece forzar a mis musculos - gracias - digo cuando la risa para
- No agradezcas hasta que haya quitado la bala ¿sí? - a Drang se le ha pegado mi sonrisa, me doy cuenta que nunca lo vi sonreír, me doy cuenta que su sonrisa no es la peor cosa del universo. Él roza con su dedo mi clavícula - te la quitaré, solo no escapes ¿sí?
- ¿hiciste una broma?
- No - dice, pero no contiene su sonrisa - ya vuelvo
Miro la habitación, es grande, pero igual de vacía como todas lo son. Solo la cama y un armario de madera blanca, que probablemente solo contendrá lo necesario, sin colores, sin vida. Miro al techo, antes de recordarlo todo. Pero, no logro quitarlos del todo, sin embargo, me doy cuenta que mis pensamientos son diferentes, no son solo dolor, son más. Tengo algo en lo que creer y eso ha cambiado la dirección de mi espiral de pensamientos.
¿Alguna vez has deseado cambiar el mundo, pero te sientes impotente?, ¿Qué el mar seguirá sucio, aunque le tires una gota limpia? Cuando veo todo esto, lo que hemos hecho, es como si la palabra pesadilla no bastará, porque no existe el termino el termino adecuado, no les llegaría a los talones. Mis ojos lloran cada noche, cada día, cada segundo porque antes podía tener miedo al menos, de las consecuencias, ya no puedo. Les digo a ustedes que han muerto y que no tienen ni idea de lo que me hicieron, de lo que nos hicieron, ustedes no son humanos, no tienen alma, dicen conocer el amor, pero ni siquiera han intentado conocer su valor. Me arrebataron el derecho a intentar, no puedo decir que haré algo mejor, porque ustedes me quitaron esa opción. Cuando veo hacia afuera, mi mente no asimila nada y quiero que entiendan, que está pasando e intento que lo entiendan, cuando ni yo lo entiendo. Me han arrancado a mí y a millones las ganas de vivir.
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Auge
FantasyEl futuro, tan incierto puede tener muchos caminos. Hoy conocerás uno de muchos. En un mundo destruido, no ganará el débil. Oblígate a cruzar la barrera que te impide sobrevivir, porque aquí cada día es así, no hay gobiernos, no hay límites. Estar...