capitulo 28

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Auge: 

- ¿por qué tengo que vestirme para ir al 35? – me quejé

- Si es el fin del mundo, más vale que nos vistamos para eso – contestó Marella, ella me estaba llenando de cuero negro. Me puso un vestido de cuero pegado al cuerpo con el cuello alto y sin mangas, largo hasta las rodillas y el resto de mis piernas eran cubiertos por mis botas

- Además, es una forma de ocultarnos – me decía Europa, las cuatro chicas nos vestíamos en la oficina de la morena.

- ¿en qué es diferente esta ropa? – pregunté

- Vamos al circuito más privilegiado de todos, las personas dentro suelen presumir mucho más – se explicó

- ¿Cómo? No se supone que los circuitos tienen la misma cantidad de recursos

- ¡oh Auge! – se burlaba un poco Marella – inocente niña, eso no ocurre

- Pues, yo también escuché eso durante toda mi vida – dijo Dánae

- Eso les dicen y eso hace que al menos a los que no les importa. Le basté para creer que este sistema es justo – hablaba Europa, ella se estaba colocando joyería en su cuello, unos collares que para mi estilo eran muy llamativos

- Entonces, ¿solo vamos a ir hasta la puerta y esperar que nos dejen entrar? – pregunté

Dánae me había hecho una trenza desde la coronilla de mi cabeza hasta la punta de mi cabello. Mi cabello se había vuelto un poco más liviano y corto. Cuando ya estaba lista me miré al espejo. En cierto lado, me sentía peligrosa.

- Nos dejarán pasar, no se preocupen – dijo Europa – el 35 busca el nivel de armas

- Yo ni siquiera tengo tatuaje – gritó Dánae, ella lucía como una verdadera guerrera. Tenía pulseras con púas en ambas manos. Una guarda para su espada. Y la ropa era de color gris claro. Sus orejas tenían colgando unas enormes argollas de oro. Casi parecían rimar con el pircing de su nariz.

- Si, esto no te gustará – dijo Marella con una sonrisa maliciosa escondidas entre su voz nerviosa - te haremos a ti y a Europa un tatuaje codificado

- ¿qué? ¿eso se puede?

- Si se puede, si tienes autorización de algún circuito y en mi caso la tengo. Solo con tener una computadora puedo recibir el permiso y quedarás guardada en el sistema – explico ella

- Pues, más vale tarde que nunca – me reí - ¿empezamos?

Después de toda la risa que me había causado ver a Dánae chillar por el dolor de la tinta en su palma y de ver comparado a Europa en su tobillo porque no pareció asustada. Todos nos fuimos.

Éramos Dánae con su vestidura de guerrera, Marella con su clásico vestido rojo despampanante, Europa que tenía una blusa sencilla azul y un pantalón sencillo también, solamente que tenía muchísimos accesorios con armas y eso aterraría a cualquiera que se acerqué; Drang siendo Drang, con ese cuerpo perfecto y ese caminar que da miedo. Zephyr, al lado del rubio se veía menos impresionante, sin dudas era muy guapo pero la forma de caminar y de ser el jefe que tiene Drang, no es sencilla de imitar, aunque no parecía estar intentando.

Por primera vez en mucho tiempo, me sentía como si tuviese una familia. ¿Quién lo diría? A partir del dolor de todos nosotros, creamos nuestra propia familia. Una familia muy poderosa.

Nosotros caminamos quizás unos cinco kilómetros y fue ahí cuando encontramos una entrada solo para personas. Pero no había nadie haciendo fila, al frente de la puerta de había 2 guardias y no había nadie más.

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