Ayudame.

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- Si claro ve -

- No hagas nada malo, no te quieres meter en problemas. - dijo dándome una beso y saliendo.

- Claro...

Espere a que se fuera me pare y recorrí la casa normal por si me lo encontraba, me senté en el sillón sabía que durante el viaje estaría viendo las cámaras.

Vi una película y cuando pasó bastante tiempo supe que era momento del plan.

Primero lo que hice fue mandarle este mensaje a Juanpa:

- Juanpa, estoy bien pero el de seguridad no deja de verme en donde sea que esté.

No contestó así que supe que ya no estaba en el carro. Me paré y me adelanté con un guardia le toque el hombro y este volteó a verme.

- ¿Dónde está en chico que trajo Sebastian? - hable claro.

- No es información que le deba dar. - contestó volteándose.

- Mira tienes tres segundo para decirme donde lo tienen y ayudarme a entrar hacia allá, sé que está aquí.

- Supongo que al señor JuanPablo no le gustaría que esté haciendo esto. - contestó burlón.

- Y tampoco creo que dures en tu trabajo - Conteste volteándole mi celular con el mensaje que le envíe. -

- Per-

- Si no me dices ahora, date por muerto. Si algo llega pasar porque se que se va a enterar prometo que yo diré toda la verdad para que no te despidan.

- ¿Como confiar en alguien como tú?

- No lo se solo necesito que me ayudes verdad, Puedes llamarle ahorita no te va a contestar y cuando se entere decirle qué tú le llamaste porque después ya no pudiste porque te tenía amenazado.

El guardia agarró su celular y le llamo, obviamente no le contestó así que me ayudo.

Me llevo hasta donde estaba, le pedí que me trajera comida y ropa. Muy amablemente lo hizo después de abrirme la puerta.

Leo se encontraba amarrado con cadenas en las manos que lo sostenían al techo. No traía playera y se le veían varios golpes en su cuerpo y cara.

- !Ay por Dios, Leo! - hable tratando de hacer algo con las cadenas.

- Shey, ¿qué haces aquí? - habló parándose.

- Nada, no te preocupes. - hable - ¿Te han dicho algo? ¿Ya te sacarán?

- No lo sé, Shey. - contestó.

- Señorita...aquí está la comida. - respondió el guardia dándome varios platos.

- Ten, come - hable poniéndole los platos mientras agarraba el botiquín que también me trajo - muchas gracias de verdad - conteste viéndolo.

Mientras veía a Leo comer con rapidez empecé a limpiar sus heridas, les puse pomada y espere a que se secara para aplicar un poco más.

- Es muy probable que ya te saquen... solo prométeme que cuidarás a Maddy ¿si? - dije agarrándole la cara.

- Shey, preciosa...¿por qué nos pasa esto? Soy su amigo... debí estar para ustedes y...y

- Ey...pasó lo que tenía que pasar no por es tu culpa, no es la culpa de nadie ¿si?.

- No lo creo Shey. - contestó desganado.

- Solo cuídala, es muy probable que te entreguen hoy... el jefe de todos ellos está desaparecido. - conteste tocándole la cara. - Te amo, ya me iré. - hable quitándole los platos y abrazándolo por probablemente la última vez...

Deliria.  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora