ᴇɴ ᴇᴍɪsɪᴏ́ɴ
Los Choi, conformada por tres personas, una familia muy normal a simple vista pero si llegas a conocerlos te darás cuenta que no es así...
─ ¡Choi Soojin no saltes en los sofás! ─
─ ¡Choi San deja de pellizcarme el trasero! ─
─ ¡Ustede...
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Soojin se encontraba sentada en medio de sus padres, estaba muy entretenida viendo su serie favorita "Star vs. the Forces of Evil" ella amaba a la protagonista incluso San le había comprado la bolsa de púas, la diadema de cuernitos—en ese momento la tenia puesta— y el centro.
Cuando término de ver el capítulo una duda llegó a su mente ¿porque sus papis no le daban un hermanito?
Su papi fresita tomaba su jugó de fresas mientras leía una revista y su papi gatito estaba trabajando en su computadora.
—Papi, Sani... —trato de llamar la atención de los mayores, estos dejaron de hacer lo que estaban haciendo y le prestaron atención a su pequeña.
— ¿Que pasó duraznito? —San preguntó.
—Quiero un hermanito. —
— ¿Por qué quieres un hermanito, Soojin? —Wooyoung preguntó con curiosidad.
—Cuando Jongho cuida y juega con Yuqi a mi me dan celos, yo también quiero a alguien a quien cuidar, a veces me siento solita. —la rubia jugaba con sus deditos, esperando la respuesta de sus padres.
—Yo he intentado darte un hermanito, pero tu papi no me da su florecita por completo. —San hizo un puchero.
Wooyoung que estaba tomando su jugó de fresas, al escuchar aquello se ahogo y escupió el líquido.
— ¡Choi San deja de decir esas cosas delante de nuestra pequeña! —su rostro se veía enojado y con mucha fuerza golpeo el hombro del alfa haciendo que este se quejara en el instante.
La pequeña ignoró todo y giro a ver a su papi omega.
—Papi, dale tu florecita. —Wooyoung estaba boquiabierto cuando escuchó eso. —Si quieres yo te ayudo, vamos al jardín y buscamos una florecita bonita para que se la des a Sani. —
El alfa no pudo más y estalló en risas, retorciéndose en el sofá, se tomaba el estómago y algunas lágrimas estaba en sus gatunos ojos.
— ¡Alfa pervertido, ves lo que provocas! —Wooyoung tomó un cojín y empezó a golpearlo con fuerza, Soojin solo se reía de ellos dos.
— ¡Ya! ¡Cachorro, duele! —San trataba de defenderse. — ¡Mierda, suelta mi brazo, no lo dobles! —el alfa trataba de zafarse del agarre del rubio.
— ¡Sani dijo una mala palabra se quedará dos días sin donas! —gritó Soojin uniéndose al omega, tomó un cojín y también golpeo a San.
Minutos después todo se calmó, dejando a San con su cuerpo adolorido y Wooyoung con su ceño fruncido. Los tres volvieron al sofá, para poder hablar con calma.
—Duraznito precioso, nosotros no quisimos otro bebé, ya que queríamos disfrutar el mayor tiempo contigo, eres nuestro primer cachorro, pero tal vez en un futuro se una otro miembro a la familia. —San acariciaba los cabellos rubios de la menor. —Que dices fresita ¿le damos un hermanito a Soojin? —
