ᴇɴ ᴇᴍɪsɪᴏ́ɴ
Los Choi, conformada por tres personas, una familia muy normal a simple vista pero si llegas a conocerlos te darás cuenta que no es así...
─ ¡Choi Soojin no saltes en los sofás! ─
─ ¡Choi San deja de pellizcarme el trasero! ─
─ ¡Ustede...
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Wooyoung bajo del ascensor, bostezo ya que tenía mucho sueño, a pasos perezosos se dirigió hacia la puerta de su departamento, aun vivía en el mismo edificio, marcó la clave y entró, se le hizo raro no escuchar gritos o ruidos—como siempre—San y Soojin eran un poco escandalosos.
Pero cuando entró a la sala Soojin estaba dormida en el hombro de San, este último también dormía y junto a ellos estaba Shiber. Por lo que se veía el alfa había salido temprano del trabajo y había pasado tiempo con su hija.
Sonrió, los amaba demasiado, apagó la televisión y fue directo a la habitación principal para poder colocarse su pijama. Wooyoung había abierto una escuela de Karate para la defensa personal de los omegas, también le enseñaba a niños, Soojin y Jongho estaban incluidos.
El pequeño duraznito ya tenía siete años, el tiempo había pasado rápido, ahora él era un omega de veintiocho años, casado con un hermoso alfa, con una hija que amaba demasiado, ¿si se arrepentía de algo? para nada él era feliz.
Salió de la habitación encontrándose con un adormilado San y Soojin estaba dormida en sus brazos.
—Hola fresita... —dejó un cálido beso en la frente del menor. —Iré a dejar a Soojin a su habitación. —el omega asintió.
Wooyoung fue a la cocina buscando sus preciadas donas de chocolate, sonrió cuando las vio, esta vez San no se las había comido. Dando pequeños saltitos se dirigió a la sala y encendió el televisor, aun no tenía sueño, así que mataría el tiempo. Pero un gran cuerpo cayó contra el suyo.
—Te extrañe cachorro... —San dejaba besos en el cuello de su omega.
—Yo no, ahora déjame ver mi serie. —se comió el último pedacito de dona.
—Auch, eso me dolió, dame más amor... —
—No quiero... —Wooyoung suspiro cuando sintió las manos del alfa adentrarse bajo su pijama. —San quita tus manos pervertidas de mi cuerpo. —
—No quiero... —respondió.
—Me haces cosquillas... —Woo empezó a sonreír, los dedos del alfa se movían en su cintura. —S-san déjame, no puedo respirar... ¡tonto alfa! —dio un fuerte golpe en el brazo del mayor, haciendo que este se quejara y se separara en el instante.
—Cada día tus golpes duelen más. —sobo su adolorido brazo. —Cachorro... ¡hey! no me ignores. —Wooyoung giró su rostro y San aprovechó el momento para besarlo, empujando al omega en el sofá y se posicionándose encima de él. —Te amo... —
—Te amo... —Tomó con sus manitos el rostro del mayor y lo beso, San acariciaba su cintura los toques del alfa quemaban en su cuerpo. —S-san... —susurro al separarse del beso.
—Démosle un hermanito a Soojin... —empezó a besar el cuello de su omega.
—A-ahora no... —pero el alfa no hacía caso y su cuerpo estaba reaccionando. —S-san...no muerdas, duele. —el mayor mordía su cuello.
