CAPÍTULO 16

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Mi jefa se vuelve loca cuando Taehyung la informa de que yo lo acompañaré en su viaje a las delegaciones. Jackson se alegra de no ser él.
Mi jefa intenta convencerlo de mil formas para que yo no lo acompañe. Argumenta cosas como mi falta de experiencia o mi poco tiempo en la empresa, pero al final desiste. Tae manda y ella debe aceptarlo.

Llamo a mi padre el miércoles y le explico mi retraso de las vacaciones por el viaje. Le parece bien y me anima a hacer un buen trabajo. Si él supiera el trasfondo de todo, me metía en una caja y la embalaba para que no pudiera salir. Mi hermana, en cambio, se enfada conmigo. Marcharme durante varias semanas fuera
de Seúl para ella es desquiciante. ¿A quién le va a explicar sus problemas?

El jueves, Tae pasa a recogerme con su chófer a las seis de la mañana. Viajamos en su avión privado y tanto lujo me escandaliza. Parece que acabo de salir del pueblo. Miro todo con tanta curiosidad, que creo que Taehyung hace esfuerzos por no reír.
Cuando llegamos a Chungcheong del Norte, un coche nos recoge en el aeropuerto del nos lleva directos al hotel. ¡algo muy sencillo! Solamente es el mejor de la ciudad.

Allí nos alojamos en la última planta en dos suites. Ha cumplido su promesa: habitaciones
separadas. Cuando el botones cierra la puerta tras de mí y me quedo en medio de aquella enorme habitación, miro a mi alrededor. Todo es grande, espacioso. Y lo mejor, hay unos grandes ventanales que me permiten una vista hermosa.
Alucinado por el lujo que me rodea, suelto mi maleta y me acerco a la ventana.
¡Increíble! Tras disfrutar durante un rato del paisaje, comienzo a buscar y a
curiosear. Abro la nevera y veo chocolate. Me lanzo a por él. Cuando descubro la zona de mi habitación donde se encuentra la cama, un silbido de camionero sale de
mí. ¡Es precioso!
Grandes ventanales que dan lo mejor del panorama. La cama es enorme y me tiro sobre ella. El baño es otra maravilla. Madera clara y una bañera rodeada por espejos.

¡Que Morboso!

Al salir del baño, el teléfono suena. Es Tae.

—¿Qué tal tu suite?

—Alucinante. Enorme. Es como cinco veces mi casa —le contesto.

Oigo cómo ríe al otro lado de la línea.
—En media hora te espero en recepción —me dice—. No olvides los documentos.

Llego a recepción puntual y veo a Taehyung hablando con una mujer. Alta, glamurosa y rubia. Rubísima. Cuando él me ve, me invita a acercarme a ellos y nos presenta:

—Amanda, el es mi secretario, el señor jeon.

La tal Amanda me hace un escaneo en profundidad y me da mal rollito, pero, en un gesto de profesionalidad, los dos nos damos la mano y Tae añade en japonés:

–Señor jeon, la señorita Fisher ha venido desde Berlín. Ella estará unos días con nosotros. Amanda es la encargada de ver si podemos suministrar nuestro medicamento en el Reino Unido.

Sonríe mientras la rubia de piernas largas mueve su cabeza en gesto afirmativo.
Sin embargo, percibo algo raro en su mirada. No sé lo que es, pero no me gusta. Un hombre se acerca a nosotros y nos indica que nuestro vehículo nos espera.
Los tres caminamos hacia una enorme limusina negra. Taehyung se sienta junto a aquella mujer y
se olvida de mí. Eso me inquieta. Pero lo que más me molesta es percibir que entre ellos hubo o hay algo.
Me lo dicen las miradas de la rubia. De todas formas, como soy un profesional, mantengo la compostura mientras miro por la ventanilla e
intento pensar en mis cosas.
Cuando llegamos a las oficinas centrales de Chungcheong, nos recibe el jefe de la delegación, Lee jinwoo. Nada más verme, me sonríe, y luego saluda al jefe y a Amanda.

—Hola, Jungkook—se dirige a mí, después de saludarlos—. ¡Qué alegría volver a verte!

—Lo mismo digo, señor Lee.

Mi Jefe El Sr. kim       (TAEKOOK) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora