Isabelle estaba en su hogar realizando tareas banales y ya casi era hora de dormir. O estaba estresada en Laodicea preparando las palabras que diría ante el rey. O estaba caminando nerviosa hacia Alloria junto a los demás príncipes. Ya no lo recordaba. Uno de sus guardias acababa de despertarla, había entrado de súbito a su tienda.
Isabelle no escuchó lo que le decía, aún estaba medio dormida. Luego, reaccionó tapándose el cuerpo con la sábana. ¡No estaba propiamente vestida! ¿Cómo se le ocurría? Entrar así mientras dormía no podía acarrearle una pena menor a...
—¿Me ha escuchado? Debe vestirse ahora mismo.
Isabelle estaba aún mas confundida. ¿A qué se refería? Sosteniendo con fuerza la sábana contra su pecho, se irguió sobre el colchón. Se rascó los ojos mientras trataba de aclarar la vista.
—Frigeria nos ataca, debemos movernos ya.
Isabelle abrió los ojos de súbito, miró la cara del guardia frente a ella que hablaba con total seriedad. Ahora estaba bien lúcida.
***
La poca luz que se filtraba por los barrotes dificultaba ver con claridad la grotesca escena. Incluso con la ayuda de una vela, Arthur no podía apreciar bien todos los detalles. Lo único que tenía por cierto, era que allí se había cometido un crimen: un asesinato. El cadáver de quién hubiera sido enemigo de los askanenses yacía en el frío suelo.
—Aterrador, ¿no te parece?
A sus espaldas se encontraba el general Callum. Sin inmutarse, Arthur le preguntó:
—¿Hace cuánto lo encontraron?
—Hace una hora, más o menos. Lo encontró un guardia que venía a traerle el desayuno. El cuerpo estaba completamente frío y su sangre estaba seca. Tiene que haber muerto esta madrugada.
Arthur se agachó para examinar el cuerpo.
—Por lo que veo, la sangre proviene del abdomen.
—La sangre proviene de una sola puñalada, bastante violenta, si es que me entiendes. —Callum se encogió de hombros—. Es imposible determinar si alguna otra de las heridas en su cuerpo fue hecha por su asesino, debido a que este pobre diablo ya había sido bastante apaleado por el ejército.
—Veo que el suicidio está descartado entonces.
—Está bastante oscuro, pero hasta ahora no han encontrado ningún cuchillo en esta celda ni en sus cercanías. El guardia encontró la puerta cerrada, por lo que es imposible que se apuñalara y luego dejara el arma en otro sitio.
Arthur volvió su mirada al cadáver. Levantó la vela para poder ver su rostro. Lo primero que notó fue un pequeño chorro de sangre que descendía por la comisura de sus labios. Sus ojos habían quedado ligeramente abiertos. No podía distinguir sus pupilas en medio de la oscuridad. Aunque su cabeza estaba llena de moretones, estaba casi seguro de que Zev no había muerto durante una pelea. Lucía demasiado tranquilo para haber pasado sus últimos momentos agitado.
Si no había sido suicidio, ¿entonces qué? La puñalada era en su abdomen, no en su espalda, por lo que tampoco había sido atacado por sorpresa. A menos que estuviera durmiendo. O podría ser que...
—Si ya terminaste, preferiría seguir hablando afuera —dijo Callum—; aquí es incómodo.
Arthur sacudió aquellos últimos pensamientos de su mente y siguió a Callum fuera del edificio.
—Espero que no se vuelva costumbre.
—¿El qué? —preguntó Arthur.
—Estos asesinatos misteriosos. —Callum miró hacia el infinito—. Primero el del alloriano y ahora este.
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Entre el Caos y el Orden
Fantasy¿Qué hacer cuando la locura misma se apodera de todo? ¿Cuándo el Caos está a punto de devorar todo lo que amas? La lanza y la espada es lo único que el ejército tiene para defenderse contra los monstruos y horrores. A la humanidad solo le queda luc...