Joaquín de encontraba en el regazo de su novio, sus labios se tocaban con rapidez y suavidad al mismo tiempo, disfrutando el sabor que éstos tenían.
Las manos con anillos de Emilio sostenían con fuerza los muslos de su pequeño, pegándolo a él.
–-Amor, Joaco —habló el rizado cuando se separaron con un jadeo —¿estás bien?
Joaquín asintió sin encontrar su voz.
—¿Quieres detenerte?
El menor sólo se encogió de hombros y llevó una de sus manitas a la mejilla suave de Emilio, acariciándola con delicadeza y mirándolo a los ojos.
—Amor-
—Se estaba sintiendo bien, —susurró y bajó su mirada —no sabía que se sentía así.
—¿Cómo llegamos a esto, Joaquín? —rió levemente Emilio, atrayendo a su novio más hacía él.
Joaquín se sonrojó.
No lo sabía. Ellos sólo estaban sentados en la cama del mayor, hablando de cosas triviales, y sólo... pasó.
—Ven aquí —habló suavemente Emilio, y acurrucó al menor hacia su pecho, abrazándolo, éste sólo se dejó hacer y recargó su mejilla en el hombro del rizado, volteando hacia su cuello —Eres precioso, ¿lo sabías?
Las mejillas de Joaquín ardieron e intentó esconderse aún más en el cuello de su novio.
—¿Tienes hambre, amor? —preguntó Emilio después de unos segundos y el menor sólo negó suavemente con su cabeza —Cuando llegue mi mamá va a querer que vayamos a comer a algún lado, ¿quisieras?
—Sí —susurró y alejó lentamente su rostro, mirando a Emilio a los ojos —Aún me pongo nervioso cuando la veo, gracias a dios en la comida todo salió bien pero aún así me pongo muy nervioso, ¿sabes? —mencionó y sus manitas se fueron hacia el largo cabello del mayor, acariciando sus rizos con suavidad.
—Lo disimulaste muy bien, amor —dijo Emilio y recorrió a su novio más hacia él —mis papás estaban muy felices porque te encontré, me dijeron que realmente se notaba que nos queríamos mucho, por nuestras miradas.
Joaquín frunció el ceño.
—¿En serio se nota tanto?
—Creéme que sí, Joaquín —comenzó —por ejemplo, umh... ¿has visto a Roy y a su novia? Cuando los veo parece que tienen lucecitas en sus ojos, te lo juro.
El menor rió levemente y bajó sus manos hasta el pecho de Emilio, haciendo presión para empujarlo hacia atrás y que cayera en la cama, con él aún encima, por supuesto.
—¿Y crees que en nuestros ojos también la gente vea lucecitas? —preguntó tierno y se recargó en su novio —Porque yo te quiero mucho.
Emilio sonrió. Era demasiado ternura para su corazón, no podía con tanto.
—Probablemente sí, Joaco —respondió bajito, una de sus manos estaba en la espalda baja del menor y la otra en su cabello, manteniéndolo ahí —Porque yo también te quiero mucho.
Dios santo. Realmente se querían, más de lo que creían.
Un gran silencio reinaba la habitación, lo único que se escuchaba era el sonido de sus respiraciones, y en ese momento Emilio recordó.
Con mucho cuidado llevó una de sus manos libres al bolsillo trasero de su pantalón, sacando su cartera y mostrándola a Joaquín, este lo miró confundido y la tomó con delicadeza.
—¿Qué pasa, Emi?
—Ábrela —fue lo único que dijo el rizado y el menor obedeció.
Sus pequeños dedos con aquel esmalte blanco en sus uñas maniobraban para abrir dicha cartera, que por cierto, se encontraba muy segura, según Joaquín.
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21 [Emiliaco]
Short Storydonde Joaquín cambia sus boletos del autobús con el número 21 por un beso de Emilio. ¡! fic cancelada