Cita

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Con la espalda desnuda y boca abajo dormía Tiffany después de la noche anterior donde taeyeon se le había confesado. Después de eso habían pasado una linda noche y varias horas haciendo el amor, eso la había dejado exhausta, en cambio la pelinegra ya estaba bañada y preparando el desayuno, estaba toda una dueña de casa, Tiffany le provocaba querer cuidarla y cada que la veía sus sentimientos eran más fuertes y sus lazos más grandes.

-cariño debes despertar, el desayuno está casi listo- la pelinegra se acercó despacio sentándose en la cama a un lado de su esposa y apoyó su mano en su espalda desnuda moviendola suavemente -cariño son las 9 de la mañana, es un lindo día para salir a pasear, no hay que desperdiciarlo- Tiffany de apoco comenzó a abrir los ojos. Quien iba a pensar que de un momento a otro el hielo del que era taeyeon se iba a derretir e iba a pasar a ser un real encanto.

-ummm si- la rubia se removió suavemente y se giró de lado para ver a su esposa, la atrajo de la camiseta uniendo sus labios.

Se besaron suavemente por un momento antes que taeyeon se separara mirándola, tiffany se veía hermosa con ese cabello tan largo y su cuerpo desnudo, era un sueño para la pelinegra.

-buenos días, el desayuno está listo, levanta ese cuerpo hermoso y sexy para ir a comer- la rubia sonreía como una niña pequeña juguetona y coqueta.

-buenos días tae, porque mejor no vienes a una sesión de besos, abrazos y algo más- la pelinegra miraba algo sorprendida a la rubia. Parecía que los papeles se hubiesen intercambiado.

-fumaste algo tiff? Digo porque estás con las hormonas a flor de piel, al parecer la que no tiene llenadera ahora eres tú- taeyeon guió su mano al rostro de la contraria quitando los pelos para verla mejor, le gustaba lo niña que podía ser con ella.

-solo quiero a mi tae- la rubia comenzó a hacer puchero, se veía tan tierna que hacía derretir a taeyeon.

-eres una tramposa, pero por esta vez aunque me cueste diré que no. Podrías tener a tu esposa en otro lugar, después de desayunar saldremos al río que está cerca de aquí, es muy lindo por lo que me dijeron- la pelinegra se acercó y le dejó un suave beso en los labios para luego levantarse.

-esta bien, iré a desayunar contigo, me has quitado la inspiración- tiffany se removió para luego ponerse de pie, su piel blanca y desnuda, con ese cabello rubio la hacía ver como un Ángel.

-te estaré esperando- la pelinegra trago un poco de saliva ante la imagen de su esposa, era una mujer realmente bellísima y lo bueno es que era solo suya. Luego de un momento y volviendo a la razón salió de la habitación en dirección a la cocina, cuando llegó soltó un sonoro suspiro, esa mujer la estaba volviendo loca.

Pasó una hora desde el desayuno y el baño de Tiffany. La pelinegra tomó una canasta entre sus manos y se dirigió la puerta mientras esperaba a su esposa.

-tae ya estoy lista- la rubia se le lanzó entre sus brazos haciendo que la pelinegra soltara la canasta y la recibiera, vestía un vestido veraniego con diseños sencillos y llevaba un pequeño bolso con ella.

-tiff estas muy efusiva últimamente- taeyeon rodeo a la rubia con sus brazos y fue recibida con un suave beso.

-lo lamento, es que la felicidad no cabe en mi pecho. De verdad tae, en toda mi vida me había sentido de esta forma y solo soy así porque estoy a solas contigo, no creas que de otra forma seria igual, se comportarme delante de otras personas- una sonrisa apareció en los labios de taeyeon, al parecer debían seguir conociéndose y tendrían mucho tiempo para hacerlo.

Matrimonio arreglado (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora