12-Te amo

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Unas semanas después  finalmente se cumplían sus tres meses de relación.

Últimamente había tención entre ellos, al estar solos no se controlaban y se lanzaban hacia el otro para demorar sus labios, siempre eran interrumpidos por alguien y, sinceramente,  por dentro, Magnus lo agradecía, el necesitaba tener algo especial y romántico para su Alexander.
Además en todo el arrebato Alec se veía decidido a hacer algo con él pero llegaba a un punto donde se ponía tembloroso por los nervios.

Ahora mismo Alec era casi arrastrado por Magnus, lo llevó por muchas calles de nueva York sin decirle a donde se dirigían, quiso preguntar pero sabía que esa era la sorpresa que Magnus le tenía.

Días atrás Alec insistió en que quería tener su cita pero Magnus dijo que estaba bien y algo le decía que éste mes iba hacer el mejor.

- ¿Ya casi llegamos?.- preguntó cansado, no acostumbraba a caminar por mucho tiempo y su condición física no era buena para ello.

- Ten paciencia.- pidió.- Solo unas cuántas tiendas más y listo, ¿ Okey?.

- Esta bien.- sonrio embobado.- Yo también queiro darte un regalo luego.

- Perfecto... pero esto es más importante.

- Que sería más.....- se calló cuándo entraron a una tienda de libros y había una gran fila de chicos que hablaban afanados mientras sostenían libros y cosas entre los brazos, quería llorar de felicidad, ya sabía que era todo eso.

- El domingo pasado me enteré que Cassandra Clare vendría a Nueva York.- explicó Magnus.- Tengo contactos.- sacó unos papeles y Alec solo quería morir ahí.

- No puede ser.- susurró.- ¿ De verdad son pases para hablar directmante con ella?.

- Así es mi Garbancito.- le dio un pequeño beso y le ofreció un pase.- Me di cuenta que es tu escritora favorita.

- Oh por el angel.- sentia que su corazón se saldría. Desde que salió el primer libro lo marcó de por vida, jamás había leído algo tan claro y confuso a la vez, amaba cado uno de los personajes que ella inventó, el como hablaba del amor como algo preciado.
No tenía ningún prejuicio por parejas lesbiana o gays, para ella no era más que amor verdadero, dos personas que se aman y ya.

- ¿No diras nada?.- Magnus tenía una sonrisa pícara en su cara, sabía perfectamente que Alec moriría cuando viera la sorpresa. A veces da gracias al señor Belcourt, la mayoría de sus contactos es gracias a él.

- Magnus yo...- no sabía si soltar lo que traía atravezado en su garganta desde hace mucho, se ponía a pensar y daba con la idea que era muy antes para decirlo, pero él lo sentía, sentía que era correcto y muy válido. Ya han pasado tres meses de su noviazgo, cuatro de conocerlo y más todo el tiempo que atrapaba su mirada y sus pensamientos. Volvió su atención a Magnus, aún seguía viéndolo con adoración y cariño y no pudo guardarselo más ,necesitaba decírselo. El alegraba sus mañanas, sus noches, en general, su día. Era atentó y lo conocía perfectamente, y ahora, ahí de pie, simplemente no pudo retenerlo.- ... Yo te amo.

No dejo que hablara y lo beso a todo lo que dio su alegría, emoción y amor. Magnus se quedo paralizado,  y no es que este mal lo que dijo Alec,  al contrario sentia exactamente lo mismo, pero no creyó que en algún momento de su vida llegaría una persona y le dijera que lo amaba,  no en el sentido que el amaba a sus amigos e incluso como amo a Camille. A Alec lo amaba de una manera alocada, quizá era la primera vez que se enamoraba, quizá todo fue muy rápido, pero estaba muy seguro de lo que sentía.

Alec dejo de besarlo para abrazarlo por el cuello, no podía hacer más que estrecharlo entre sus brazos y ver a las personas a su alrededor, todos los miraban pero no le importo en lo absoluto, no se iba a esconder de ellos ni de nadie mientras tuviera a Alexander con él.

Poder De  Las Palabras( MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora