8-Doble amenaza.

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Hoy Alec iba a toda prisa por los pasillos, sus hermanos no lo habían levantadon, necesitaba preguntarles el porque.
En la mano llevaba unos cuadernos que iba a ocupar para su segunda clase, a la que ya iba tarde, ni siquiera le dio tiempo de poder desayunar así que se compró un café.

Al llegar a su casillero le puso un mensaje a Magnus para que supiera que estaba ahí, como pudo, abrió el casillero y metió todas sus cosas, iba a cerrarla pero alguien lo hizo por él.

- Alexander.- sonrió Camille.- Hace tiempo te quería ver a solas.

- No tengo tiempo.- dijo rápido, era la verdad y tampoco quería hablar con ella, solo lo hacia sentir mal.- Así que vete.

- Hay que pesado .- se río, paso los dedos por su muñeca, Alec la bajo con rapidez.- Que tímido.

- No tengo tiempo.- volvió a insistir. Dio la vuelta pero Camille lo jalo hacía ella y le presiono las uñas, si se movía un poco serían enterradas en su piel.

- Te quiero contar algo, Cariño, no seas pesado.- sonrio.- Te vengo a dar la oportunidad de que te alejes de Magnus, todos saben que el es mío...

- No te quiero oír.- la calló.- Magnus ahora esta conmigo, dejalo en paz, el no te quiere.

Ella le soltó una cachetada pero el no le bajo la mirada, eran novios y protegería eso. - Largate Camille, se buena perdedora.

- Eso no dirás cuando lo tenga para mí y tu no lo puedas ver.- dijo entre risas. Alec bajo su mano de la mejilla y se acercó más a ella, si algo le había enseñado sus hermanos era a defender lo suyo, y defenderse el mismo.

- No entiendo por que lo buscas a él, Magnus es demasiado para ti, demsiado para todos.- la miró y se acercó un poco más, ella cedió un pasó pero no lo dejo de ver con odio.- Las ratas buscan en la basura, ve y busca en otro lado.

- Alec.- dijo Magnus tras ellos, Se alejó un pasó.

- Te arrepentirás de cada una de las palabras que me acabas de decir.- dijo en un susurro.- Y tu seras que busque en la basura.... y no precisamente un hombre.... buscaras la salida.

Él la miró sin decir nada, Camille sonrió con alegría y se fue moviéndose con energía.

- Gusto en verte Magnus.- dijo cuando se iba alejando.

Magnus llegó a él y lo abrazo, ya había perdido toda la confianza que tenía hace rato, se aferró al abrazo, quería sentirlo, sentir a la persona por la que se acaba de pelear, pero es que Magnus Bane lo valía junto con su propia felicidad.

- Alec, ¿ Estás loco?.- dijo enojado.- ¿ Por que dijiste eso?.

Alec abrió la boca, ¿ por que reaccionó así?.- Magnus, tú no haces nada con ella, no me defiendes y creo que era hora de que lo hiciera yo.- caminó pero fue alcanzado por Magnus.

- No espera, no es por eso exactamente.- cogio sus manos, parecía tener una necedad con sus manos.- Lo que pasa es qué , como dije, el papá de Camille tiene mucho poder y a ella no le temblará la mano usar esa ventaja para dañarte. No estoy preocupado por ella, si no por ti, Mi nefilim

Alec sonrió acercandose a él, ¿ mi?..- ¿Nefilim?

- Ya sabes... experimento con algunos apodos.- le dio un cortito besó de saludo.- ¿ Por que has llegado tarde?.

- Los chicos no me han levantado y mi alarma no sonó.- se quejó, caminaron juntos, tomados de la mano, ahora solo asi andaban, el colegio se admiraba de ver a su tan codisiado tímido chico, con alguien como Magnus, eran totalmente diferentes. Para ellos aplicaba la ley de los apuestos se atraen.

Poder De  Las Palabras( MALEC)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora