Con Tanner ayudando, termino mi proyecto para el concurso en la mitad del tiempo de lo que lo habría hecho sola. Me preguntarán en qué puede ayudar el capitán del equipo de fútbol de la universidad, estudiante de último semestre de la escuela de negocios, a una estudiante de los primeros de arquitectura, pero la verdad es que el solo recortar por mí todo lo que necesitaba ser recortado y mantener las piezas en orden, en lo que resultó extremadamente bueno creando listas e inventarios de ellas para que ninguna se perdiera, significó una ventaja significativa.
Así que después de ausentarnos un día entero de nuestras clases para terminar y de pasar ya dos noches enteras trabajando con pegamento, cinta adhesiva y en los últimos retoques de mis planos, acabamos.
El resultado es hermoso.
La maqueta de un metro por un metro es la personificación del espíritu de los Longhorns, de lo que estuvo en mi mente al momento de dibujar. La amo y aunque no gane, sé que nadie llevará una pieza igual a la mía porque es simplemente única y majestuosa. El jurado también deberá admitirlo. Además, cuidamos cada detalle a la perfección. Desde el césped alrededor de la construcción y los árboles a las medidas del edificio.
Es limpio, hermoso y profesional.
El brillo intenso en los ojos oscuros de Tanner cuando termino de caminar alrededor de nuestra obra de arte buscando errores que no existen me lo confirma. Estoy usando una camiseta del equipo de fútbol que me queda ancha y pantaloncitos cortos de seda, mis gafas sobre el puente de mi nariz y mi cabello desordenado en la cima, por lo que no puede estarme apreciando a mí. Aunque sus manos tienen marcas en sus palmas en el sitio donde sostuvo el mango de la tijera y las mías están llenas de quemaduras de pegamento, hemos hecho un buen trabajo.
─Si la decisión fuera mía, invertiría en este edificio sin dudar.
Le ofrezco una sonrisa ancha.
Estoy tan feliz en este momento que ni siquiera recuerdo los motivos por los que lo odio y él se ve de la misma manera. Aunque muchos pensarían que Tanner habría dicho eso incluso de haber participado en un fiasco porque él dejó su huella en él, la verdad es que es lancerantemete sincero y no habría dicho algo bueno hacia mi proyecto si no lo sintiera así.
Su cumplido me llena de esperanza.
Tal vez mis sueños están más cerca de hacerse realidad de lo que pensé.
─¿Por qué no salimos a celebrar?
Mi pregunta lo toma por sorpresa. Al igual que yo, lleva ropa casual, solo que menos casual que la mía. Vaqueros que me enseñaban el borde de su ropa interior cada vez que se estiraba en mi suelo mientras trabajaba, inclinado sobre las pequeñas piezas de cartulina de una manera que sé que ha hecho doler su cuello por cómo ladea la cabeza de vez en cuando, y una sencilla camiseta blanca con cuello en V que realza sus músculos sin ser ceñida. Está arrugada porque no se ha cambiado desde esta mañana, ni hemos salido de aquí desde esta mañana, así que no se ha cambiado y rechazó mi propuesta de manera no amable cuando le pregunté si necesitaba que lo ayudara a plancharla para que no tuviera ansiedad causada por su TOC.
Hemos comido todo el día comida del mejor restaurante de Austin que sus novatos han traído para nosotros en un intento por complacer al jefe de su hermandad, pero Tanner los hizo regresar y volver a venir cada vez que algo no le gustaba u olvidaba haber pedido un platillo extra o un sobrecito de un determinado condimento que le gustara.
Habría sentido compasión por ellos de no haber estado tan concentrada en mi maqueta o si la comida no fuera tan buena. Además, si pertenecer a su hermandad es lo que más desean, lo mejor que pueden hacer es trabajar y arrastrarse por ello. La vida no es fácil y si lo fuera no habría tenido que hacer mis planos de nuevo porque una pareja de psicópatas lo arruinaron para mí solo porque sí. Tanner claramente piensa igual que yo al ser un tirano con ellos, pero la cosa con los tiranos es que normalmente siempre fueron dominados por uno antes de convertirse en uno de ellos.
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Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍAS
Romance«Yo lo vi primero». «Yo lo tuve primero». Eso es lo que pienso cada vez que veo a mi amiga besar a su esposo frente a mí. Cada vez que él le ha sonreído y murmurado cosas en su oído a lo largo de los años. Conocí a Tanner durante una fiesta universi...