Mi nuevo dormitorio no es tan malo. Después de organizar mis cosas y hacerle una limpieza, dejó de lucir como el viejo depósito de un cementerio. Anahí tampoco resultó ser tan mala como pensé que sería. Hans se quedó luego de que Tanner se fue para presentarnos. Ambos son estudiantes del programa de biología marina, pero Anahí también es jugadora de voleibol. Con su cabello rojo, ojos verdes y hermosa figura, es la típica chica mala y superficial acostumbrada a tener lo que quiera cuando quiera. Es el tipo de persona a la que estoy acostumbrada y que sé manejar, por lo que empecé nuestra relación de compañeras de dormitorio regalándole un suéter dorado de lentejuelas que todavía tenía su etiqueta. Por la sonrisa que eso trajo a su rostro fruncido ante mi presencia, fue un excelente movimiento.
Nos entendimos al instante.
A cambio de mi presente, no se molestó cuando arrastré mi escritorio al balcón. Anahí no pasa mucho tiempo en nuestro dormitorio debido a sus clases de voleibol, por lo que por lo general tengo el silencio y el espacio que necesito hasta avanzadas horas de la noche. También sale mucho con su novio, casi como Pauline, quién es miembro del equipo de fútbol americano de la universidad, por lo que en ocasiones ni siquiera llega. A diferencia de mi anterior compañera, Anahí nunca lo trae aquí. Sé quién es él, Gordon, debido a que Tanner nos invitaba y arrastraba a las fiestas del equipo, pero afortunadamente nunca tonteé con él en ninguna fiesta.
Eso habría sido un poco bastante desagradable y repetitivo.
Mi frente se arruga mientras termino mis bocetos para un nuevo concurso. El modelo de un nuevo edificio de ciencias para la Universidad de Texas. La escuela de arquitectura abrió un certamen para elegirlo entre los estudiantes. He ganado varios tanto de la universidad como de afuera, pero si gano este sería la entrada perfecta a mi carrera como arquitecto. Me gusta la decoración de interiores, encajo bien en ella, pero mi verdadero sueño es dejar mi huella en la historia formando parte de la creación de edificios emblemáticos. Sueño con que un día una familia vaya en su auto por las calles de una ciudad y el hijo pequeño presione su mano contra el cristal, sus labios entreabiertos con asombro, mientras mira mis planos hechos realidad. Él le preguntaría a su madre por él y ella mencionaría mi nombre, puesto que lo que pasé horas dibujando, o en ocasiones minutos, dependiendo de la inspiración, resultó trascendental.
Quizás es narcisista, pero es lo que quiero.
Aunque antes lo hacía, pensando que era superficial y tonto, ahora no me siento mal al respecto. He pasado mucho tiempo sintiéndome mal por mis deseos y he descubierto que no tiene sentido hacerlo cuando no estás dispuesta a cambiarlos. En lo que termino de trazar mi última línea de hoy, mis dedos temblando debido a que he pasado todo el día haciendo borradores, por fin me encuentro satisfecha con el resultado. Estamos en el estado del fútbol, mi universidad es una universidad del fútbol, así que me inspiré en los Longhorns, el equipo al que veo trabajar todos los días en el campo durante mis pausas. Dibujé dos torres inclinadas de cristal con la forma de cuernos, conectadas por un edificio horizontal a la lejanía, pero sobresaliente hacia adelante cuando te acercas. Es perfecto para dejar una huella y encontré la forma de hacerlo lucir estéticamente hermoso. Las personas no solo dirían que es impresionante, sino que se sentirían orgullosos.
Yo me siento orgullosa de él.
Tras observarlo un poco más, deslizo el papel entre mis dedos y lo dejo sobre mi escritorio lleno de hojas hechas bola y materiales de dibujo. Ahora que tengo mi idea lista, es el momento de pasar a los planos y de preparar una maqueta, pero mis manos no pueden permitirse a sí mismas continuar, puesto que mis dedos arden y tiemblan por el esfuerzo. Tras soltar un suspiro, cedo a la tentación y me asomo en la ventana de mi dormitorio.
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Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍAS
Romance«Yo lo vi primero». «Yo lo tuve primero». Eso es lo que pienso cada vez que veo a mi amiga besar a su esposo frente a mí. Cada vez que él le ha sonreído y murmurado cosas en su oído a lo largo de los años. Conocí a Tanner durante una fiesta universi...