Paso el resto de la semana alistándome para el baile de recaudación de fondos del estadio de los Rangers, los últimos cinco días que espero tener que trabajar para Jason. Además de desperdiciar horas que no tengo sacando copias, sirviendo su café y atendiendo llamadas en la constructora, estoy cansada de pararme frente al espejo y ver mi cabello rubio. Durante los primeros días fue un cambio agradable, diferente, pero ahora solo es molesto y nada de ello tiene que ver con la manera en la que Tanner crispa su rostro cuando se fija en él. Hoy es viernes y sé lo que pasará mañana, así que no puedo evitar sonreír ante el último intento de coqueteo de mi desagradable jefe. El castaño de ojos claros toca mi mano cuando la llevo al pomo de la puerta de su oficina, a dónde entré para darle el resto de su agenda de la tarde antes de irme para nunca más volver. Incluso si Cynthia no testifica en su contra, la grabación que hice es suficiente para que LDSW Inc quiera evitar un escándalo y tome cartas en el asunto, echándolo y compensando a todas sus víctimas antes de que estas lo lleven nuevamente a juicio de forma masiva y pública, incluyéndome.
Con los abogados de Tanner, puedo demandarlo incluso por tocar mi mano como lo hace en este momento. Ante esta conclusión no puedo evitar reír al recordar cómo ha pasado el último par de días preguntándome si quiero añadir algo a la información que le dimos a Ryland y a su equipo. Si demandar a Jason por otras cosas. A pesar de que sé que es capaz de hacerlo y de ganar, no puedo evitar pensar que solo lo usó como un argumento para saber si me había tocado.
De ser así, algo me dice que Tanner se habría encargado él mismo.
─Lo siento ─se disculpa, su tono de voz diciendo que no lo hace.
─No te preocupes. ─Bato mis pestañas hacia él─. ¿Nos vemos mañana? ¿A qué hora pasarás a recogerme?
Jason se relame los labios antes de responder.
─A las ocho ─responde─. ¿Qué tal si luego vamos a mi apartamento a tomarnos algo? Tengo una buena botella de vino sin abrir.
Trago la bilis que asciende por mi garganta.
─Claro.
Dicho esto, termino de salir de su oficina debido a que mi actuación tiene límites y permitir que el hombre que me robó el mérito del diseño de un estadio de béisbol, además de ser un acosador y abusador, se acerque es uno de ellos. Tomo mis cosas del escritorio, cualquier pertenencia que no quiera dejar atrás para aparentar, y camino en dirección al elevador intentando no delatar mi entusiasmo, pero cuando llego a él este se abre y los ojos enloquecidos de Cynthia se encuentran con los míos. A pesar de que es baja y delgada como un palo, logra empujarme a su interior debido al shock que sus acciones me generan. Acaricio mi hombro dolorido por haber golpeado una de las paredes metálicas mientras descendemos a planta baja.
─Sé lo que pretendes ─dice y por un momento creo que se refiere a destruir a Jason, pero luego recuerdo su amenaza sobre acercarme a él con otras intenciones─. Y no te lo permitiré. Pensé que eras como las otras, pero hoy los vi y has estado todo el día sonriéndole.
Hago una mueca.
Sonriedóle no, sonriendo.
─El padre de tu hijo no tiene nada que ver con eso ─digo y se congela, puesto que estoy segura de que casi nadie, por no decir nadie, sabe sobre Jackson. Me mira con ojos amplios mientras se aparta─. Tengo otros motivos por los cuales sonreír así. ─Cynthia no tiene ni idea de cuáles son mis planes. Tanner no la contactará hasta mañana porque no quiere que termine yendo a contarle todo a Jason. Para cuando él lo haga, ya será muy tarde para que lo salve. Las puertas del ascensor se abren y salgo de él. Antes de que se cierren de nuevo, la miro por encima de mi hombro─. Y así como te has tomado la libertad de lastimarme, me tomaré la libertad darte un consejo: Jackson tiene suficiente con que uno de sus padres no lo ame por encima de todo. No seas tú el segundo de ellos. Digas lo que te digas a ti misma, Jason no merece el primer lugar en tu corazón. No cuando te trata con el mismo cariño que le tiene a su alfombra. Entiendo que te mueras por él, de verdad lo hago, pero tu hijo no lo hará.
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Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍAS
Lãng mạn«Yo lo vi primero». «Yo lo tuve primero». Eso es lo que pienso cada vez que veo a mi amiga besar a su esposo frente a mí. Cada vez que él le ha sonreído y murmurado cosas en su oído a lo largo de los años. Conocí a Tanner durante una fiesta universi...