Capítulo 46:

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Barbours Cut es el nombre del terminal más transitado del puerto de contenedores de Texas, el cual es el más importante de Estados Unidos en lo que se refiere a tonelaje extranjero. Está situado en Houston y no tiene ningún tipo de competencia a nivel nacional. Es allí a dónde se dirige el buque de carga de Reed Imports anclado en medio del Golfo de México que Tanner hace detener en su trayecto en aguas profundas para que los ganadores de la excursión tras el partido de fútbol con los Kings puedan visitarlo. Cuando el yate se sitúa a una distancia prudente de él, no puedo evitar sentirme intimidada por su gran tamaño y el resplandor del metal, lo que él nota.

Sonríe mientras agita el contenido de su vaso, jugo de naranja, y se detiene a mi lado para contemplarlo. Lleva bermudas, un polo blanco, zapatos para navegar y un par de gafas oscuras que han ocultado su mirada de ojos oscuros de mí desde que salimos de su casa por la mañana. Yo utilizo la parte superior de un bikini negro de tiras largas que rodean una y otra vez mi torso hasta atarse sobre mi espalda y pantalones anchos blancos en conjunto con sandalias y un pañuelo de estampado floral en la cabeza. Los chicos que nos acompañan usan sus trajes de baño o cualquier prenda de ropa en compañía de esas lindas sudaderas de natación con el logo de Reed & Campbell program. A pesar de que acabo de conocerlos, la mirada esperanzada en sus ojos me hace desear hacer cada uno de sus sueños realidad.

Me hace querer comprometerme con esto como nunca he estado comprometida con nada a parte de tener una carrera exitosa.

─No te asustes. No es tan grande e intimidante por dentro como parece ─dice mientras toma un salvavidas y me hace señas para que alce los brazos. Después de que los levanto y encaja el salvavidas en mi cuerpo, ajusta las correas. Debido a su cercanía no puedo evitar inhalar su aroma y suspirar porque tengo buenos recuerdos de la noche anterior, en la que me recompensó por cuán mal me sentí durante la inauguración del sport bar. Eso trae una sonrisa engreída a su rostro─. Pero si aún así tienes miedo, puedes sujetarte.

A pesar de que no entiendo a qué se refiere, no se toma la molestia de explicarme. Se dirige a los chicos tras sacar cinco salvavidas más de una bolsa. Se los ofrece. Se asegura de que lo ajusten sobre su cuerpo de la manera correcta y si no lo hacen les indica cómo. Después de que pasa uno por su cuerpo y ajusta el intercomunicador en su oído antes de hablar, comprendo sus palabras. El sonido de movimiento metálico sobre nosotros hace que alce la cabeza y vea dos pequeños, pero sofisticados botes bajar a través de poleas. Cuando estos conectan con el agua, dos conductores los conducen a la entrada del yate. Olivia, una linda chica rubia extremadamente delgada que va en el bote con nosotros, se abraza a Xander, el atractivo jugador de fútbol americano con el IQ de un genio.

De todos nuestros becados, he notado que es con el que Tanner se siente más identificado debido a que Xan no solamente deberá cumplir con las exigencias de nuestro programa, sino también con las de su papel dentro de Longhorns debido a que cursará en la Universidad de Austin. Él intenta separase de Olivia ya que sus ojos marrones han estado puestos en una chica bajita y de cabello azul, Salomé, que es una prodigio en arte y nos entretuvo a todos de camino aquí haciendo retratos de cada uno con acuarelas, inclusive de Tanner, pero ella está tan asustada o finge estarlo que el agarre de sus dedos sobre su brazo es de acero. La imito cuando la polea nos sube, gritando y riendo al mismo tiempo mientras clavo mis dedos en la piel de Tanner.

─Cierra los ojos ─dice por encima del ruido que hace uno de sus cientos de buques, no lo sabría decir con exactitud, mientras aprieta mi rodilla con suavidad─. Si sientes miedo, solo ciérralos.

Lo hago y me concentro en la sensación de sus dedos acariciando mi piel. En la brisa salina impactando contra mi rostro. Las cosquillas en mi estómago me hacen sonreír y no puedo evitar sentirme como una niña pequeña en a bordo de una atracción en un parque de diversiones. Me estremezco cuando nos detenemos con una abrupta sacudida que hace que el bote se tambalee. Cuando separo mis párpados, Olivia y Xander están saliendo de él. Ella entre risitas y él con la mirada desviada hacia la otra nave en la que Salomé se haya con Gabrielle, una chica de piel oscura que puede resolver cualquier operación matemática que pongas ante ella, y Quebec, un adolescente de cabello rubio desordenado y mirada perdida con antecedentes penales. Acaba de salir de un reformatorio por clonación de tarjetas de créditos, pero es un indudable experto en tecnología.

Tanner Reed © (Impostores #1) EN LIBRERÍASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora