Capítulo 18

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Roger se quedó casi hipnotizado viendo al ver a su pequeño ser en la cesta. Dormía como si no hubiese un mañana. Era imposible dejar de admirar cada detalle aunque ya lo había echo demasiadas veces. Los pequeños cambios en la criatura, como esos pies arrugados que no dudarían para siempre y esas manitas en forma de puño, trataba de guardarlos en su memoria.

Eran semanas comunes en su mayoría, pero había una pequeña gran diferencia. En comparación con la primera semana, notó que su niño estaba más atento y activo a pesar de ser prematuro. Tenía en claro que dormía demasiado y era una oportunidad para poder apreciarlo, porque en cuando despertaba era un mar de lágrimas.

 Le causaba fatiga, sabía que era parte del cambio. "No sé si lo estoy haciendo bien"

Esa mañana luego de dejar a su bebé dormido nuevamente. Esperaría a que despertase otra vez después de varias horas. Lo dejó un momento descansar en paz. Mientras que él fue hacia la sala.

No había mucho que hacer.

La casa estaba prácticamente limpia, Lena muy entusiasta lo había limpiado esa mañana temprano. No quería ocupar al rubio de tareas. Roger miró a su alrededor y a veces hubiese querido que le deje al menos algo para ocuparse y gastar su tiempo.

Se sentía culpable al dejar que ellos hicieran todo y él nada.

Estaba feliz después de todo, pero esa sensación donde te presionan el pecho topando en el corazón, como si no estuviera haciendo algo bien, permanecía. Quería hacer algo.

No bastaba solo cuidando a su bebé. ¿Si pensaban que era un estorbo?

Se dirigió hacia la ventana subiendo a un banquito. Al abrirla sintió de golpe el olor fresco de esa mañana. Desde allí logró alcanzar a ver personas ocupándose en realizar sus actividades diarias como a los niños ir a al escuela y a los adultos dirigiéndose a sus propios trabajos, todos preocupados en un buen futuro. Sin embargo, se veía así mismo y pensaba"Necesito ponerme en marcha, realizar las cosas por mi mismo, necesito salir y seguir"

Melancólico, colocó sus brazos al borde de la ventana apoyando su cabeza en ellos. Inclinó su cabeza a un lado con la vista al cielo. Tantas cosas habían sucedido en su vida, si alguien le hubiera dicho que tendría un bebé a comienzos de una estación, se moriría de la risa. Era verdad. Creó un ángel. Un ángel al que ahora debía proteger, acompañarlo y brindarle lo mejor. "¿Seré capaz de ofrecerle un mañana prometedor?"

"Dame fuerzas, mamá" pensó.

Al atardecer, Roger, sin saber el pasar de las horas, se quedó allí mirando por la ventana y de vez en cuando daba un vistazo a su bebé que aún dormía. Las pocas veces que lograba despertarlo jugaba un momento con él. Para él era muy divertido puesto que la criatura aún manteniendo los ojos cerrados, movía de manera leve sus manitas como si estuviera despierto por dentro e incluso la envolvía alrededor de su dedo apretándolo. Esto generaba una sonrisa en él, pero en cuanto más quería contacto a veces el niño se lo negaba.

Al sentirlo se le formaba un nudo en la garganta, aún le faltaba cuidados que aprender. 

Atento a la hora y después de dejar en paz a su criatura como era costumbre puso la cena en la estufa para poder calentarla para todos. Lena llegaría en cualquier momento y su padre también.

Justo cuando se limitaba a servir los platos  la puerta se abrió. Lena con el cabello peinado en una coleta entró cansada, pero como siempre sonriendo. Roger la vio llegar y supo que en el fondo detrás de esa sonrisa había un cuerpo casi adormilado. Trabajaba mucho para ambos hace dos semanas, hasta a veces le decía en que llegaba momentos en que pensaba en conseguir otro empleo y dejar de lado el teatro. Ella no lo decía de mala manera sino con toda la actitud, pero Roger se hacía un lío en la cabeza.

Promise me [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora