Capítulo 6

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La mañana de ese día fue diferente a todos los anteriores. Si se comparaba la fuerza del aire, con la temporada anterior denotaba un sentimiento de tristeza y decadencia. A la mayoría le es común sentir el invierno como una época deprimente pues los pocos rayos de sol no se ven y el alegre cielo azul no está para poder animar el día.

En la casa de la familia Taylor su mañana era un ajetreo pues los sirvientes iban de un lado para otro para poder servir el desayuno de ese día. Como era de esperarse los padres Winifred y Michael se levantaron temprano ese día, el trabajo los llamaba y obligaba a cumplirlo.

Michael se encontraba con su diario de cada mañana esperando ser servido mientras que Winifred trataba en lo posible ayudar a la servidumbre. Ganándose una mala mirada por parte de su esposo, trataba de ignorarlo en lo que fuera posible.

–Querida, siéntate en la mesa por gusto no hemos contratado un personal que nos sirva– refunfuñó el hombre obligándola con la mirada a que su esposa se sentara.

La mujer paró en seco e inmediatamente se sentó no quería problemas con él más tarde– Solo trataba de ayudar un poco... no es necesario que me hables así.

–Winifred lo digo por tu bien no quiero que desperdicies fuerzas haciendo cosas inútiles cuando hoy tenemos un día ocupado por el trabajo– aclaró tomando una taza de café cargado que estaba servido en la mesa.

La mujer se quedó callada y pensó que en parte tenía razón, sin embargo poder ayudar le era necesario, quería hacer algo en su casa. Desde que llegó aquel grupo no se sentía muy cómoda a que le sirvieran. Por ello, tomando un vaso de jugo de frutas, solo asintió.

–Por cierto, Roger nose ha levantado... no sé cuántas veces tengo que repetirle que se porte como un hombrecito y se despierte a las horas adecuadas– renegó dando un golpe en la mesa.

–Calmate Michael, déjalo dormir. Hay muchas veces en que lo encuentro en altas horas de la noche, despierto– lo tranquilizó tomando su mano– Ya sabes que últimamente tiene mal sueño, por eso comprendelo al menos un poco ¿si?

Dando un fuerte respiro como si estuviera cansado asintió– Solo quiero que mi hijo sea un buen hombre, que estudie bien y que sea uno de los mejores y si no lo es al menos en ese aspecto poder corregirlo sabes cómo es su conducta.

–Lo sé, pero es un niño– habló la madre tranquila– déjalo al menos divertirse...

–¡Basta! Siempre dices lo mismo, tu hijo no será un pequeño para siempre acostúmbrate a ello. Y hablando de nuestro hijo ¿Qué hay de ti?... ¿Qué es lo que te retiene cada noche para ver a nuestro hijo en altas horas? ¿De dónde vienes?

Winifred rodó los ojos no quería meter ese asunto y le molestaba pues su esposo sacaba cualquier tema que le incómodara. Ella muy bien sabía que lo hacía adrede– No estamos hablando de eso, Michael.

–Dimelo, o mejor déjame adivinar– habló con una sonrisa socarrona– Vienes de la casa del frente o no.

–Si ya lo sabes por qué insistes en preguntarme– habló molesta–  No hablemos, déjame desayunar tranquila.

–Ya estoy cansado de repetirte una y otra vez que no me gusta que hables con ellos–

–No encuentro el problema– contestó despreocupada limpiándose la comisuras de la boca con una servilleta– Siempre los iba a visitar, ya sabes por Ruth, mi amiga, siempre me encuentro para una charla. Los días de trabajo en la empresa son demasiados cansados.

–Aún no confío en esas personas, no recuerdas lo que hicieron a nuestra empresa hace algunos años. Por sus entrometidas narices decaimos, todo se fue abajo, pero sino fuera por mí que ser controlarlo todo no hubiéramos recuperarnos.

Promise me [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora