Promise me [Maylor]

Capítulo 4

Dormía, sus pequeños ojos azules estaban cerrados ante la calma del nuevo día que se acercaba. Aún sentía un pesar en su cabeza como si tuviera alguien presionándola. Abrió los ojos dándose cuenta que en su frente tenía un paño blanco húmedo. Todos los recuerdos de aquella madrugada vinieron a su mente. Recordó que no podía dormir pues todo el cuerpo le picaba además de tener la cara ardiéndole también recordó a sus padres preocupados vinieron en su ayuda al escuchar las quejas de él.
Todo había sucedido muy rápido.

Miró alrededor de la habitación, las ventanas estaban abiertas dejando que el cuarto se ventile. Un tazón lleno de agua al costado de su cama le llamaba la atención pues no sabía por qué estaba ahí. Ya se sentía un poco mejor.

Se removió de las sábanas quitándose el paño húmedo que tenía en la frente. Se sentía un poco sudoroso, pero no había de que preocuparse pues aún estaban en época de verano. Estaba apunto de levantarse cuando escuchó unas voces conversando detrás de su puerta. Sus ojos azules se achinaron al no saber de quién se trataba o tal vez por parte del sueño escuchaba mal. Intentó ponerse de pie de un salto sin embargo un leve mareo hizo que se tropezara y al tratar de sujetarse de la mesita al costado de su cama botó el tazón lleno de agua.

Las voces que momentos antes conversaban callaron al escuchar tal alboroto. Michael y Winifred preocupados junto a un médico entraron a la habitación del niño rubio que se encontraba en el suelo junto al agua desparramada apunto de llorar pues no sabía que le pasaba.

–¡Dios mío, Rog!–gritó la madre que al verlo al borde de la las lágrimas fue corriendo a cargarlo para que se calmara. No le importaba que su vestido se moje a causa del niño que minutos antes había caído al agua desparramada. Dio palmadas en su espalda para que no llorara. Tranquilizándolo.

–Lo vi todo borroso y me caí no boté el agua apropósito no fue mi culpa– explicó Roger pues sentía que sus padres le regañarían por eso.

–Nadie te está culpando mi amor. Sabemos que fue casualidad– lo calmó Winifred con voz dulce colocándole de nuevo a la cama. Sentándose a su lado el niño la miró con ojos asustados pues no sabía que fue lo que ocurrió–Mira cariño hemos traído a un médico para que te revise si algo está mal contigo– le habló con la voz más tierna para que el niño pudiera comprender– Como tu sabes en la noche estabas malito por eso lo trajimos para que te ayude.

Roger acostado en la cama vio primero a su madre que con una mirada tierna acariciaba su cabeza. Luego dirigió la mirada hacia su padre que con los brazos cruzados observando a su hijo, tenía pensamientos negativos ante el diagnóstico que el médico muy pronto le iba a dar. Michael se encontraba con el rostro molesto esa misma mañana de ayer claramente le había dicho a su esposa que su hijo no debía estar cerca de Brian, pero como siempre Winifred al ser la persona más bondadosa lo dejo libre corretear con Roger. Se obtuvo a quejarse pues sabía que su esposa le iba a sacar la contra como a toda discusión.

–Bien doctor necesitamos que revise atentamente a nuestro hijo, el comportamiento que tuvo a noche nunca había ocurrido en su cuerpo– interrumpió Michael para que empezara con el análisis.

–Seré muy cuidadoso señor Taylor no se preocupe– habló el doctor quien era una persona de edad, que claramente al verlo podías apreciar que tenía muchos conocimientos de medicina– necesito que salgan de la habitación para conversar con el niño y para que no se distraiga en unos minutos diré si ocurre algún problemas.

Los padres salieron de la habitación no sin antes que Roger llamara a su mamá pues tenía miedo al médico ya que nunca lo había revisado uno. Michael alzó los ojos pues el pequeño tras esta actitud hacia perder tiempo al doctor que de repente tenía otras citas pendientes. Winifred ignoró el comportamiento de su esposo, diriguiendose a su hijo le dio un beso en la frente haciendo que el pequeño cerrará sus ojos como si está acción fuera un poder para que no le pasará nada. Asimismo salió después de la habitación cerrando la puerta con cuidado.