Capítulo 1

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"Hay algo que nos mantiene unidos"

Era una cálida noche. La luna llena brillaba acompañada de las estrellas que alegraban el cielo oscuro. La brisa fuerte recorría todo el lugar, sacando algunas hojas de los árboles acumulándose de esta manera formándose montañas de hojas secas. El clima de esa noche al parecer sabía lo que estaba por suceder.

Estos árboles con hojas caídas eran perteneciente a una gran casa. Una casa de dos pisos con la fachada lujosa. Era habitada por una pareja joven pudiente.

La tranquilidad abundaba el lugar. Un hombre atractivo, pero de apariencia relajada, con cabello rubio,piel muy blanca y ojos azules casi grises miraba la ventana. Vestía un elegante traje echo a medida, claramente se  podía observar que era de una familia adinerada. Se sentía feliz, pero la preocupación que lo invadía de a poco nublaba aquella felicidad, pues su esposa en la habitación de al lado estaba a punto de dar a luz.

Los gritos se desataron luego de unos minutos. Ya era hora.  Podía sentir lo que a su vez su esposa experimentaba. Por un lado el miedo se hallaba allí, pero a la vez era acompañado de  fuerza y esperanza. No sabía que hacer quería ayudarla, aunque sabía que ya faltaba poco. Ese sentimiento de que todo acabaría estaba cerca.

Después de unos minutos que parecieron eternos para ser exactos a las diez de la noche un llanto invadió la sala. Había nacido al ser que tanto habían esperado por meses. Con las piernas temblando se adentró a la habitación, los nervios le recorrían todo el cuerpo.

Su esposa aún echada en la cama sostenía una sábana blanca. El joven padre se ubicó al costado de ella y lo que vieron sus ojos lo dejó perplejo. Las palabras no podían salir de él.

–Es muy bello ¿no crees?–dijo con voz suave la mujer que aún con el rostro sudado mecía al pequeño ser humano que dormía plácidamente.

–Es más que eso, es perfecto– mencionó el joven, besando la frente de su mujer.

Su primer hijo había nacido a los que sus padres orgullosos y felices lo llamaron Roger. Era un pequeño muy lindo, su piel era blanca como el mármol, el poco cabello que crecía de él era muy claro, era igual a sus padres una perfecta combinación.

La familia Taylor ya estaba completa. Como buena familia reconocida por tener grandes cantidades de dinero, dieron a conocer a su pequeño hijo a las demás familias. Pero una preocupación abundaba en esos días. Por ser muy jóvenes ambos padres aún estaban a la tutela de sus padres, por ende no les dejaba que se juntaran con cualquier familia que no sea de su mismo nivel económico.

Todas las personas de Londres de alta gama, rumoreaba que está familia, si hablamos de clase de persona, era completamente alfa.

En un mundo lleno de dificultades debido a ser alfa, beta u omega era muy complicado ser observado desde arriba, sin embargo esta familia trataba de lucir como si fuera una.

Las cenas entre las familias de Michael y Winifred desde que nació  Roger la mayoría de veces estaba llena de discuciones porque debatían que género sería el bebé cuando creciera.
La probabilidad de que sea alfa no era muy baja, los padres estaban muy conscientes pues ambos eran alfas a si que tenían la sensación de que fuera como ellos querían.

–Y... supongo que ya pensaron que género podría ser el niño– preguntó el padre de Michael, como puro alfa que era.

Promise me [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora