Capítulo 13

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"La sensación de sostener tu mano aún está presente. Recuerdo que las sostenías con fuerza al hacerme bailar y girar. Hay momentos dónde el vacío me invade, pero al recordar tus ojos con vida, destellando alegría es suficiente para saber que me siento acompañado, amado porque sé que sigues aquí. Te extraño mamá"

Con los ojos cerrados sentía que flotaba en el aire. Casi percibiendo que estaba a docenas de centímetros desde el suelo, era algo singular. Nunca había tomado la opción de meditar tan profundamente y no era que lo haya querido. Allí concentrado una vez más en sus pensamientos, se concentró en ir hasta los últimos y capturar cada momento de alegría. Lo había logrado. Vagando perdido, en realidad parecía que todo estaba bien.

Sus ojos tuvieron que abrirse, miró a su alrededor encontrándose con su habitación. Se había quedado en la misma posición que antes, mirándose. Como si sus ojos aún no recapitularan, no sabía si su piel aún seguía transparente o era su mente engañandola. Sin embargo, al estar más consciente y de alguna manera al mirar hacia abajo se dio cuenta que todavía llevaba su camisón favorito que casi le resvalaba por los hombros.

Abrió sus ojos aún más al darse cuenta que sus brazos rodeaban la parte baja de su torso. Se sorprendió de sus propias actitudes, así que confuso las retiró acomodándose sentándose con las piernas encogidas, suspiró. Estaba solo nuevamente.

Sentado pensó en haber podido aprovechar los momentos que pasó con sus amigos. Ellos se había ido hace unas semanas de su casa, pero no ignoró el hecho que fue una semana llena de risas. Aunque la tristeza aún no se iba valoró los instantes en que sus amigos lo hicieron reír a carcajadas. Esas risas no cubrieron su realidad.

Dirigió la vista hacia la puerta rogando silenciosamente a que alguien se preocupara o al menos preguntase por él. Al menos a su padre, pero tenía en claro que no vendría.

Una punzada en su estómago lo hizo estremecer de un vuelco. "Es como si hubiera alguien allí" se puso de pie, de nuevo regresó el dolor, se encogió. "Duele" sus brazos abrazaron su estómago, sus rodillas se doblaron sentándose inmediatamente de cuclillas. Sus ojos cerrados se apretaron con fuerza conforme el dolor iba en aumento mientras que sus mejillas se sonrojaron. "Tal vez... está regresando mi ciclo de calor"pensó, pero poco a poco dolía menos. Se levantó y secó su frente que empezaba a sudar. El alivio lo invadió.

Fue un dolor constante, se iba y regresaba, siendo repentino pues cuando colocó una mano sobre su pequeño vientre curveado, ese dolor se fue por completo.

Quedó hacia enfrente de la gran ventana con cortinas que como si bailaran se movían por el viento. El frío recorrió su nuca y aún temoroso por el extraño comportamiento de su cuerpo, colocó la otra mano encima de la otra. ¿Lo sentía?

Empezó a cantar, las notas salieron de sus labios. Fue impulsó. Cada palabra no salía por completo pues siendo tan suave su voz y única quedaban allí a centímetros de su boca. Con la mirada en sus manos. Solo notas perfectas cubriendo apagado lugar.

Quizá es la única fuente de alegría para poder aliviar un corazón que quiere desfallecer.

Quizá encontró por fin a alguien a quién cantarle.

La última vez que cantó, ya había olvidado. Y si lo recordaba no quería mirar el pasado, pues solo lo ataba para no poder continuar y él quería seguir. Si ganaba o perdía ante lo que se le oponga con todo su dolor seguiría adelante.

Solo canto para ti, mamá.







Saliendo de un edificio, con un cigarrillo entre los dedos como era costumbre. Michael esperaba a una persona en especial. Arreglado con corbata en cuello y limpios pantalones como sino hubiera echo movimiento alguno, pulcro miró la hora en su muñeca. Estaba desesperado y lo hacía notar por las leves pisadas de sus pies.

Promise me [Maylor]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora