Little Boy | Male Reader |

Capítulo 4: Dulce

Finalmente el hombre era quien en menor pensaba que era, el padre de Jung Kook, resultó trabajar para la empresa de construcción de su padre como parte de el personal de creatividad, pero, había tenido unos percances hace unos meses con esos hombres, les debía dinero y aún no tenía para pagar.

Seung—Conozco a su hijo.—Anuncio mientras seguia mirando hacia el frente.

Sr.Jeon—¿Enserio?, ¿Conoces a Jung Hyun?.—El más alto nego.

Seung—Jung Kook.—Corrigio y el hombre suspiro.

Sr.Jeon—Jung Kook es tan buen chico, pero, podemos darle tan poco, hoy llego emocionado, dijo que había estado en el auto de lujo de uno de sus compañeros, lo describía con tanta emoción.—Rio levemente mientras aguantaba el dolor.

Seung—Por favor, ya no hable más, llegaremos a el hospital a qué traten sus heridas y revisen si esos hombres no le dañaron.—Pidio con seriedad.

Sr.Jeon—Bien.—¿Así de fácil?, No le iba a regañar por ser grosero con sus mayores.

El resto del camino estuvo en silencio, solo se podía escuchar el barullo de las calles y avenidas por dónde pasaban, asta que llegaron a el hospital, el más alto ayudo a bajar al hombre y después de entrar a el hospital les llevaron con un doctor inmediatamente.

Para su mala suerte ese doctor termino siendo el que atendía a sus padres, a el y Soul Hyun cada vez que algo les pasaba, en pocas palabras, el doctor de la familia Anh, Lee Yoo Sik.

Doc.Lee—Me sorprende que me pidas tratar a una persona fuera de tu amigo.—dijo al verles entrar.

Seung—Lo se, pero, ¿Podrías curar a el hombre y hacer un chequeo interno?.—El hombre simplemente asintio y llamo a una de las enfermeras.

Doc.Lee—Enfermera, de un cuidado a el chico y un chequeo físico.—La chica asintio llevando consigo al más alto.

Después de unos minutos en los que la chica utilizo distintos líquidos y cosas a las que el morocho estaba acostumbrado regreso a la sala donde se encontraba el hombre de mediana edad y el doctor Lee.

Doc.Lee—No hay daños, solo, debería relajarse un poco señor, no más tension excesiva.—Le recomendó con amabilidad.

Después de algunos procedimientos de rutina salieron del hospital y volvieron a entrar en el auto para dirigirse hacia en edificio.

Sr.Jeon—Chico, juro que pagaré lo que me diste el día de hoy, les pagaste a esos hombres y además te metiste en una pelea por mi culpa.—dijo el hombre mientras se acomodaba correctamente en el auto.

Seung—No estoy pidiendo que lo haga, solo, cuidese, si necesita algún préstamo no dude en contactarme, quiero formar lazos con mis empleados para un futuro y no ser como mi padre.—Sonrrío mientras seguia conduciendo.

Sr.Jeon—Ohh, en algún momento mis recuerdos me dijeron que había visto tu cara en otro momento, eres Anh Seung Jung.—El hombre río levemente.

Seung—Si, pero, no dude que cuenta conmigo para lo que necesite.—Aparco el auto fuera del edificio y salió junto a el hombre.

Seung—Un gusto conocerle señor Jeon, espero verle de nuevo.—Hizo una leve reverencia y entro a el auto.

La figura de un chico poco poco más alta que el hombre apareció ayudándole a cruzar la puerta del edificio, el menor suspiro y comenzó a conducir, su mente estaba perdida en su propio mundo, debatiendo entre si lo que había echo estaba bien o mal.

El chico le había llamado la atención incluso antes de que Kim le hiciera esa apuesta que más que absurda le pareció fuera de lugar, ¿Por qué tratar a un humano como un trofeo?, Además, no jugaría con los sentimientos de un chico.

Jeon aún era un niño ante sus ojos, aunque su cuerpo contradecía a sus gestos y actitud, el chico era tan dulce como la miel y demaciado tímido, no podía hacerle algún mal, le recordaba a Soul Hyun de niña, cada vez que sus profesores la felicitaban y corría animada a contarle a su madre lo que había echo en la escuela. 

Al llegar a casa de nuevo apagó el auto y se dejo caer cómodamente en el asiento, su celular sonó y reviso la pantalla sin ánimos, Soul Hyun.

En la llamada

Soul—¿Puedes venir a casa de Seok Jin?.—El tono de la chica le preocupo.

Seung—¿Qué ocurrió?.—Pregunto interesado.

Soul—Nam Joon llegó ebrio a casa de Jin, golpeó a los chicos y lo dejamos encerrado dentro de una habitación, está golpeando fuerte la puerta y Yoon Gi esta algo mal para detenerle, le quebró un maldito jarrón en la espalda.—

Seung—No te preocupes, voy para haya, por el momento, vayan a otra habitación y hagan lo mismo, quédense dentro.—pidió con un tono calmado.

Fin de la llamada

Al parecer Joon era más idiota de lo que creía, después de engañar a el chico y utilizarle le golpeaba, ese chico terminaría en la cárcel por agrecion si no controlaba sus impulsos.

Salió nuevamente mientras aceleraba todo lo que el auto le permitía, siguió la ruta menos transitada y al llegar a casa de Kim bajo del auto rápidamente, había escuchando un grito de Soul Hyun. La puerta estaba abierta, probablemente había estado así desde algunos minutos, tomo una de las botellas de Soju de la sala de estar y subió las escaleras de dos en dos.

Otro grito, apresuró el paso y se encontró con Joon encima de Min que trataba de protegerse de los puños del menor, lanzo la botella hacia el moreno y está impacto en su espalda llamando su atención, al voltear la cara resivio un puño en la mejilla que le hizo salir volando fuera de encima del chico.

Seung—Serás imbécil.—Le recriminó mientras ayudaba a levantar al palido.

La sangre salía de su nariz y boca, seguramente su cara parecería un cuadro de arte renacentista después de algunos días.

Nam—¿Qué haces aquí?.—Pregunto confundido.

Seung—¡Maldita sea Kim!, Vamos, fuera de la puta casa.—Le tomo bruscamente y empujó fuera de la habitación.

¿Cómo había llegado a tal extremo?, Definitivamente no iba a dejar pasar eso, ¿Golpear a Yoon Gi?, Si, debía admitirlo, no sé llevaba muy bien con el chico, incluso se podría decir que era una patada en el culo para el, pero fue quien le facilito obtener lo que quería de Seok Jin.

Al salir al jardín delantero el moreno cayo gracias a un golpe en la mejilla, no fue un puño, si no una palma, el más alto le había abofeteado fuertemente.

Seung—Eres un idiota mal agradecido.—Escupió casi con asco.

Nam—Y tu un imbécil resentido, sabes que sin mí te quedas solo, incluso a tu hermana le desagrada estar contigo.—Bien, eso fue lo que colmo la paciencia del mayor...

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