(3) Love ME (Feligette)

Capítulo 10

—Ungh...— Bridgette gimió suavemente contra su oreja, sujetando con fuerza los hombros del rubio mientras Félix seguía embistiendo contra aquel lugar dentro de ella.

—¿Te gusta...?— preguntó sin aliento sintiéndose cerca.

—Sí...— La chica bajo él soltó un suave quejido antes de arquear su cuerpo para encontrar sus embestidas murmurando cosas incoherentes.

Y cuando ambos llegaron al clímax, fue tan intenso que ninguno pudo moverse por un momento, solo jadeaban en busca de aire.

—Fue grandioso...— Bridgette ronroneó con tono placentero.

Félix se retiró de su interior y rodó sobre su espalda, descartando el preservativo en el tacho que estaba cerca antes de inclinarse hacia ella y besar su sien.

—Tú lo eres...— Félix susurró y recibió una sonrisa de Bridgette.

Miró a la menor quien estaba recostada a su lado, con los ojos cerrados, luciendo serena a pesar de su cabello desordenado. Había pasado casi un mes desde que Bridgette empezó su break y Félix de alguna forma se preocupaba por cómo Bridgette estaba lidiando ahora con su vida.

—Entonces ahora serás una obediente esposa que espera a su esposo en casa, ¿huh?

Vio a Bridgette mirarlo seria.

—Sé lo que tratas de decir, Félix.

Félix arqueó una ceja.

—¿En serio?

Bridgette sonrió pero luego movió la cabeza y giró, dándole la espalda haciendo que Félix golpeara ligeramente su pierna con su rodilla.

—Hey,— le dijo.

—¿Qué?

Félix solo siguió golpeando su pierna, desesperando a Bridgette, quien gruñó y se colocó boca abajo, dándole una mirada cansada.

El rubio sonrió ante la vista, irguiendo su cabeza en su mano.

—Estoy preocupado por ti Bambi.

Bridgette parpadeó sorprendida antes de sonreír y Félix de verdad pensó que Bridgette lucía hermosa así. Estiró la mano para acariciar con gentileza el mentón de la menor y de forma lenta se inclinó, besando sus labios.

—No necesitas preocuparte por eso,— Bridgette susurró contra sus labios sabiendo bien a lo que se había referido. Ella sonrió y susurró roncamente.

—Lo único de lo que tienes que preocuparte es de esto mismo.

Félix rió roncamente cuando sintió que la mano de Bridgette se apretaba en su miembro.

—Me gusta cómo piensas...

Colocando su mano libre en la nuca de Bridgette, la acercó más y la besó. Sintió que suspiró en su beso y Félix pudo sentir que su corazón se sentía cálido.

Se sentía bien. Le daba mucho miedo pero se sentía demasiado bien como para dejarla.

Más tarde esa misma noche, Félix despertó en una cama vacía. Se irguió y miró alrededor, notando la luz de la sala encendida.

Tras colocarse los bóxers, salió y la vista frente a él lo detuvo. Bridgette estaba sentada en el piso, con los codos sobre la mesa de centro, frunciendo el ceño, concentrada.

—¿Qué haces despierta tan tarde?

Escuchó que Bridgette jadeó suavemente antes de mirarlo.

—¡Casi me infartas!

Félix sonrió antes de ir hacia ella.

—¿Qué haces?