*31. El cuarto año

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Al día siguiente, exploraron los vastos terrenos de la mansión. Draco aprovechó la ocasión para impresionar a su compañera con los detalles mágicos y la historia que impregnaban el lugar. Otro día organizaron una nueva reunión con sus amigos. Todos se divirtieron como no lo hacían desde hacía meses, e incluso Pansy y Daphne se mostraron amables con ella.

—No entiendo cómo no nos encontramos en el mundial —se quejó Millicent mientras disfrutaban de los últimos rayos de sol—. Te busqué por todos lados, o al menos donde mis padres me permitieron moverme.

—Llegué con los Weasley y luego estuve con los Malfoy. ¿Puedes creer que ellos compartieron tribuna?, no sé por qué nosotras no nos cruzamos pero ellos que se detestan sí.

—Atraes lo que odias —declaró Pansy— ¿De qué otra formas explicas que Draco se viva cruzando con San Potter?

—No lo sé, pero lamento no haber podido compartir esa ocasión con ustedes —suspiró—, esto me gusta, espero que se repita.

—¿En serio tus padres no saben que estás acá? —preguntó Theo.

—No, pero bueno... una pequeña mentira en pos de un buen tiempo con amigos vale la pena.

—Realmente hemos influido en tu forma de ser —esta vez habló Blaise.

—Algo así —aceptó—. Solo es raro que mis padres no me dejen reunir con mis amigos cuando siempre fui la sociable de las dos, yo llevaba a mi hermana a todas partes y ahora siento que... es como si esperaran que ella me devuelva el favor sin ni siquiera preguntarme primero.

—Raro... —acotó Millicent.

—Sí, pero los motiva el hecho de que se llevaron bien con los Weasley y no conocen a ningún adulto relacionado a ustedes... más que al señor Malfoy y no tienen un buen recuerdo de él...

—¿Por qué? —preguntó Daphne.

—Lo conocieron, por así decirlo, antes de iniciar nuestro segundo año, cuando se peleó con el señor Weasley en la librería... no fue una buena impresión y en esa época no éramos cercanos por lo que no alegué a favor de él ni de Draco —sonrió apenada.

Días antes de viajar a Hogwarts Narcissa entabló una conversación con los dos adolescentes:

—Mañana debemos ir al callejón Diagon en busca de los últimos detalles antes de que vuelvan al colegio, Alexis ¿ya tienes tu traje de gala?

—Lo tienen mis padres, en cuanto llegó la carta mandamos a hacer unos vestidos para la ocasión —contestó—, pero me intriga saber para qué los necesitaremos.

—Un acontecimiento especial va a darse lugar este año en el colegio —comentó el señor Malfoy.

—En todo caso iremos por el traje de Draco —siguió su madre—, me gustaría que nos acompañes, quizás te pueda hacer algún regalo.

—Los acompaño con gusto pero no es necesario que me regale nada. Creo que ya estoy abusando demasiado de ustedes.

Esa noche Draco y Alexis se quedaron hasta tarde jugando con naipes explosivos en la habitación del chico. Al otro día, después de desayunar, Narcissa y los dos adolescentes utilizaron la red flu para trasladarse a una tienda donde había muchas muestras de telas, trajes y vestidos en exposición. Alexis quedó asombrada por los colores y las texturas que allí presentaban. Narcissa le permitió que recorriera el lugar mientras Draco se probaba su traje y ultimaban detalles.

—Parece que te ha gustado esa tela —comentó Narcissa tras ver a la joven detenerse en un estante.

—Sí, creo que me hubiese gustado llevar este color para mi vestido —comentó la menor admirando la tela de un color verde oscuro, muy Slytherin—, mis padres insistieron en que con mi hermana debíamos llevar vestidos a juegos. Una en tonos rosas y la otra en azules.

La otra Granger *en Edición*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora