wrong number；「lukun｡」

✧ cincuenta + 6.

[7:49]

Eran las cuatro cuarenta de la tarde del lunes, una mosca se posaba en el sucio reloj de aquél restaurante sueco, un niño coloreaba el mantel infantil con crayones cortesía del restaurante, un mesero en prueba dejaba caer un plato de sopa y una pareja de chicos en la mesa catorce discutían sobre lo que había sucedido en la relación de sus amigos.

-No tengo idea de qué hacer, Kun está muy mal, estoy tan preocupado por él, jamás había visto algo así en él. Ayer fue tan caótico, quiero llorar de confusión.

-No me interesa en lo mínimo, fue asqueroso lo que hizo.

-Cariño, las personas cometen errores y conozco a Kun desde que teníamos dieciséis, jamás lastimarla a alguien con intención. Sí, se equivocó pero jamás lo hizo con fines de humillaciones o burlas a Lucas, él realmente está enamorado y lamenta mucho lo que hizo. Siempre le dije que fuera honesto pero tenía miedo.

-¿Qué? ¿Tú sabías esto?

Hendery miró con sorpresa y repulsión a su novio, Ten suspiró y asintió con la cabeza.

-Sí, lo sabía pero jamás estuve de acuerdo con lo que estaba haciendo, desde que supimos de la verdad le insistía y obligaba constantemente a Kun para que dijera la verdad, quería evitar todo esto y bueno, fueron demasiadas coincidencias que terminaron siendo extrañas y horribles para todos.

Hendery rodó los ojos y no dijo nada, simplemente continuó comiendo lo que había pedido y Ten sabía que estaba molesto, así que no dijo nada más y ambos chicos se dispusieron a comer entre un ambiente de tensión entre ambos chicos. Quería preguntar por su enorme amigo, pero sabía que las cosas con Hendery podían complicarse y perder a su pareja con su amigo de corazón roto no era algo que podría soportar.

qian kun:

Eran las seis treinta y siete de la mañana, el cielo comenzaba a aclararse, dos estudiantes de universidad despertaban con rapidez para un examen final, una ave dejaba su nido para buscar comida a sus polluelos y un el chico de cabellos negros originario de Tailandia corría entre las calles en pijama para llegar con rapidez al hogar de su amigo.

Qian Kun se encontraba llorando y gritando maldiciones mientras golpeaba la pared de su habitación con rabia al recordar el bello rostro de su amado ser pintado con tristeza, tristeza que él mismo le causó al no ser honesto.

Se tiró sobre su cama y abrazó la almohada izquierda, dónde aún quedaban rastros del olor a fresas del cabello de Lucas, se abrazó con más fuerza mientras murmuraba lo único que quería decirle, al menos por ultima vez rogarle: Por favor perdóname, Lucas. Por favor no me dejes.

Ten entró a la desordenada habitación de Kun, parecía que un tornado había pasado por ahí, la tía de Kun le había llamado pues dijo que cuando llegó, se encontró a su sobrino tirado en la entrada llorando y pidiendo que por favor llamaran a Ten, quiso abrazarlo pero solamente corrió a su habitación dónde comenzó a gritar y lanzar sus cosas.

-¿Kun?

El tailandés escucho los amargos sollozos de su amigo, tiró del edredón y pudo ver el rojizo rostro de su amigo empapado en lágrimas, sus manos estaban sangrando de los nudillos y solamente lo veía aferrarse a su almohada, como si su vida dependiera de eso. Ten sintió su corazón romperse, jamás había visto a su amigo tan mal, la última vez que le vió llorar en ese calibre por importancia fue cuando no entró en la universidad de Seúl debido a qué hubo un error en la entrega de papeles, lo había visto llorar por ex parejas pero jamás se había puesto así.

Ten no pudo hacer más que abrazar por la espalda a su amigo, quién se hizo bolita y gritó maldiciones a sí mismo, desconsolado y con una amargura que podía sentirse hasta los huesos.