Ella se sentía muy sola en un mundo que era ajeno al dolor que ella sentía. Siempre rodeada de muchas personas y a la vez de ninguna.
Hasta conocer a ese peculiar grupo de superhéroes.
Donde conocería a personas muy parecidas a ella, donde por prim...
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Ser real o no. Tener que fingir o no. Era lo que Leyla se había estado cuestionando por los últimos días, después de aquel rechazo y la vergüenza que pasó con todos se había aislado más. Eran pocas las veces que salía de su habitación y era solo para ir a la azotea o entrenar, para comer solo agarraba lo que fuera y comía en su habitación.
Todos se habían dado cuenta el cambio de actitud de aquella, sin embargo no decían nada, entendían y les daba lástima por todo lo que ella pasaba. Cosa que a Leyla le molestaba, odiaba que las personas sintieran lástima por ella, la hacían sentir débil y eso le avergonzaba.
A Jason le dolía, le dolía ver como la chica que empezaba a sonreír y vivir la vida se esfumara. Que volviera a su antigua Leyla, la que no hablaba con nadie y parecía odiar a todo el mundo. Las ganas que tenía por ir con ella y hacerla sentir mejor eran inmensas pero desaparecían cada vez que recordaba el beso de su mejor amigo y ella. Le resultaba extraño que Gar no estuviera con ella, después de que al parecer se gustaban pensaba que él debería estar con ella y apoyarla, pero no era así.
Las cosas con el doctor luz no ayudaban en nada para nadie. En los últimos días más ataques fueron sucediendo, lo que más les causaba estrés era el posible regreso de Deathstroke.
Leyla había decido apartarse de ese tema, de todos modos no confiaban en ella. Así que si no le decían para ella estaba bien, si en algún momento necesitaban su ayuda de todas maneras haría lo posible para ayudarlos, después de todo en un inicio ellos la habían ayudado.
Después de un día largo de entrenamiento decidió por fin darse una siesta. Llevaba alrededor de 3 días sin dormir bien, solía levantarse a mitad de la madrugada a causa de pesadillas o de plano no podía dormir.
Mientras todos estaban en las suyas dos chicos -uno más obligado que nada- iban de camino a los túneles de trenes para poder encontrar al doctor luz.
Solo que no tenían en cuenta de la presencia del otro villano...
[...]
Varias emociones se encontraban en aquella sala; miedo, culpa, enojo y preocupación.
Todos estaban enterados de la desaparición de Jason. Las cosas se habían salido de control y ahora no sabían que hacer. Tenían que idear un plan para poder rescatarlo.
Leyla se sentía bastante angustiada, a pesar de todo le había agarrado un gran cariño al chico y le preocupaba lo que pudiera pasarle. Sabia que él era muy capaz, pero también sabía lo testarudo e imprudente que podía llegar a ser, así que eso podría ir en su contra.
