𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐭𝐢𝐯𝐞 ;; Jason Todd.

𝒄𝒖𝒂𝒕𝒓𝒐;;

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     En una habitación de la torre titans se encontraba acostada sobre una cama una chica bastante débil y adolorida. Apenas el castaño la había traído los chicos la ayudaron a curarla, también le habían cambiado la ropa que traía ya que estaba bastante sucia y manchada de sangre. Afortunadamente Rachel compartía el mismo gusto de ropa que al parecer tenía aquella desconocida por lo que le había dejado una muda de ropa para cuando se levantara, por mientras se encontraba con una sudadera bastante grande y su ropa interior.

      La joven empezó a despertar, al instante pudo sentir todo el dolor en su cuerpo, era horroroso. Como pudo abrió los ojos y se dio cuenta de que estaba en un lugar desconocido para ella, por lo que se alteró un poco. Con mucha dificultad se bajó de la cama y se acercó a un espejo que estaba en ka habitación. Tenía puesta una sudadera que le tapaba hasta un poco antes de la rodilla, tenía vendada una de sus piernas y algunas curitas en la frente. También observo como tenía unos cuantos moretones.
Poco a poco empezó a recordar lo que le había pasado, pudo haber pasado que aquel tipo que la había salvado la trajo a este lugar o alguien más la había secuestrado y quien sabe que le iban a hacer. Lo último le dio bastante miedo y empezó a temblar un poco.

Escucho un ruido y se giró hacia la puerta, eran pisadas, probablemente alguien venía hacia la habitación. Se escondió detrás de un mueble que se encontraba en aquella habitación esperando a que la persona entrara y ella pudiera defenderse.
En segundos un chico pelinegro entró y al ver que ella no estaba en la cama la empezó a buscar. Rápidamente con el poder que poseía lo aventó hacia la pared y lo sostuvo por el cuello a lo lejos. Estaba segura que sus ojos se habían vuelto morados y que sus venas estaban resaltando bastante.
Aquel chico la miro con un poco de miedo y a la vez enojo, en su mente solo pensaba que la habían curado y salvado de que muriera y así era como le pagaba.

— ¡Dick! —grito el muchacho mientras trataba de poder soltarse de aquel agarre invisible.

Rápidamente un hombre entró por la puerta, pero ella rápidamente lo sostuvo igual que al chico. No sabía si aquellos querían hacerle daño pero prefería prevenir que lamentar.

— oye tranquila, no queremos hacerte daño —dijo suavemente el hombre que había entrado —de verdad, solo queremos ayudarte...

El hombre le transmitía confianza, se veía buena persona. Pero no sabia que hacer, estaba confundida y aterrada por lo que le costaba creerle, muchas personas también le habían dicho lo mismo y no lo cumplieron por lo que nadie le aseguraba que él no fuera igual que los demás.

Dice la verdad. Por primera vez alguien lo hace, y si no lo cumple lo matamos y ya querida.

Su mitad habló en su mente, por lo que dejo a los dos tipos en paz. Su mitad sabía cuando alguien decía la verdad o mentía, iba a hacerle caso, en el pasado ella había cometido el error de no escuchar a su otra parte y todo había ido muy mal.