Ella se sentía muy sola en un mundo que era ajeno al dolor que ella sentía. Siempre rodeada de muchas personas y a la vez de ninguna.
Hasta conocer a ese peculiar grupo de superhéroes.
Donde conocería a personas muy parecidas a ella, donde por prim...
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La pelimorada iba dentro de un taxi camino a ayudar a sus amigos. Por la ventana del auto observaba a las personas, personas felices, sin preocupaciones; parejas felices y en armonía. Lo que ella nunca iba a conseguir, la chica no podía evitar pensar en que si ella no hubiera tomado decisiones equivocadas en el pasado Jason sería una de esas personas, con una gran sonrisa sincera.
El pensar en el chico le ponía mal, no podía pasar por alto el malestar que se colocaba en su corazón cada vez que recordaba las últimas palabras que el castaño le había dirigido; "Pues no creo que tu padre me dañe más de lo que tu lo haz hecho..."
En esos momentos de debilidad llegaba a creerse esas palabras, ¿Era su culpa? Probablemente la respuesta era un rotundo sí, pese a estar bajo el mandato de su padre —y el temor que le tenía—, ella seguía creyendo que todo era gracias a ella.
Lo que más temía había pasado, ahora Jason la odiaba, y ni siquiera quería pensar que dirían los demás si se enteraran de aquello. Una rebelde lágrima salió de su ojo, la cual instantáneamente la secó con su mano en un brusco movimiento, era momento de hacer lo que mejor se le daba; fingir.
En estos momentos Gar y Conner estaban en peligro —junto a civiles— y ella no quería ser una carga más para el equipo, no era momento de mostrarse débil ante ninguna circunstancia, aunque su corazón estuviera hecho pedazos.
Miro su GPS en el teléfono y se dio cuenta que estaba cerca de llegar, Rachel le había comunicado lo que había pasado y el plan que llevarían a cabo, era en el parque de diversiones que acababa de llegar a la ciudad por lo que estarían muchas personas en peligro.
Tenía miedo, muchísimo miedo. Pues la chica no quería lastimar a su mejor amigo y tampoco a Conner —aunque realmente no lo conocía mucho, pero estaba agradecida por haberle salvado la vida a Jason—, pero tampoco podía dejar que lastimaran a las personas. Sin embargo, esa no era su única preocupación, en las últimas horas ella había estado sintiendo escalofríos y una incesante punzada en la frente, justo donde se encontraba aquella gema. No era tonta, sabia lo que eso significaba, y le aterraba. Su padre estaba cerca, muy cerca, justo en el peor momento tenía que lidiar con otra amenaza, lo que más le inquietaba era que su padre era bastante poderoso por lo que no quería que sus amigos o cualquier civil fuera herido, y rogaba por que su padre no pudiera entrar en su mente y controlarla, no podría perdonarse dañar a sus amigos.
Una vez llegó, pagó y bajó del taxi, podía observar a las personas corriendo mientras gritaba, se acercó a donde se encontraban sus amigos y se dio cuenta el porqué la desesperación de la gente; un gran tigre verde se encontraba atacando a las personas.
Observo como un oficial se arrastraba con desesperación mientras pedía refuerzos, el tigre iba hacia él mientras rugía, iba a matarlo. Antes de poder acercarse para ayudar una camioneta llegó abruptamente al lugar, la reconoció por el logo de Cadmus, Rachel se había encargado de darle todos los detalles de la historia. De la camioneta sonó una voz por todo el lugar que decía:
