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Tres de los cuatro jóvenes se encontraban en la barra de la cocina; la chica oscura, el peliverde y la nueva.
No se encontraban haciendo nada especial más que desayunar, el silencio reinaba en el lugar. Realmente era algo incómodo, pero para Leyla estaba agradecida de que ninguno hablara, no quería que le preguntaran nada acerca de lo que había sucedido la noche anterior. De parte de los otros jóvenes, se estaban aguantando las ganas de preguntar acerca del tema, pero sabían que debían darle espacio y no meterse en un tema delicado como ese.Después de que Leyla hubiera tenido una decaída en la sala de entrenamiento y hubiera casi derribado el saco por todos los golpes que dio intento suicidarse. Realmente no estaba para nada bien y el día que había tenido no había ayudado, lo que la llevo a esa triste decisión. Sin embargo, por suerte, había un chico que la había estado espiando todo ese tiempo, había logrado ver lo que tanto escondía la misteriosa chica, Jason había logrado ver una de las peores versiones de ella.
Pero gracias a eso pudo impedir el catastrófico acto de la pelimorada. Logro llamar a los demás e intentaron ayudarla, aunque lo negaran a todos se les partió el corazón al verla en ese estado, llevaban pocos días conociéndola, pero aún así ellos pensaban que tan mal debería de estar, que cosas podían haber pasado en su vida para llegar a esa decisión. Para el punto de vista de ellos, no era justo que alguien tuviera que pasar ese tipo de cosas solo, por lo que cada uno se habían prometido no dejarla, y ayudarla lo más que pudieran. Era el tipo de promesa que nunca decías, que en tu interior solo tu sabías y que si no lo cumplías tu solo te derrumbabas por dentro.
Leyla logró incomodarse más cuando el joven que la había encontrado la noche anterior hizo acto de presencia. Los presentes lo miraron al mismo tiempo pero aquel solo veía a una sola persona; a ella.
La chica solo desvió su mirada, estaba avergonzada de lo que había hecho, para ella eso fue un acto de cobardía pero simplemente no había logrado aguantar más.— Buenos días —hablo por primera vez Gar para liberar un poco la tensión.
El que acababa de llegar se limitó a responder lo mismo y servirse su desayuno.
A pesar de que sus otros compañeros habían sido más prudentes y habían respetado el espacio de la chica. Él tenía demasiada curiosidad, ¿Porqué? ¿Qué tan mal estaba para siquiera pensar acabar con su vida? La chica no era de su total agrado, pero el por mucho tiempo también estuvo solo y hubiera deseado que alguien estuviera para el en sus peores momentos. Y por lo que parecía ella también había estado sola por mucho tiempo, así que quería intentar ayudarla aunque sea un poco, solo que él no sabía cómo y tampoco era muy bueno presentando sentimientos como esos hacia alguien más.
— ¿Porqué? —se atrevió a preguntar con voz calmada. Los demás lo vieron un poco confundido pero captaron rápido a que se refería ya que tenía sus ojos puestos en Leyla.
Ella sabía que esa pregunta era para ella, sin embargo no se atrevía a mirarlo a la cara, él fue el que la había visto en su peor momento y es que después de que el le confesó que la había estado mirando desde antes la vergüenza se apoderó de ella.
Al ver que ella no respondía, Jason mencionó su nombre e intentó tomar su muñeca, pero no pudo ya que la chica se levantó con rapidez y salió de ahí.
Las lágrimas habían empezado a salir de sus ojos y no iba a permitir que la vieran, había sido suficiente. Le sorprendía que aquellos se preocuparan por ella, y más le sorprendía que Jason fuera el que la había detenido. Pensaba que no era de su agrado en lo absoluto y se preguntaba porqué la había detenido y la cuidó después de eso.
Pero también le asustaba, no quería que ellos se encariñaran con ella y viceversa, estar con ella significaba que podía hacerles daño, y no quería lastimarlos.Cuando se dio cuenta estaba en la azotea del edificio, así que se sentó en la orilla de ella mientras miraba el lindo cielo, se permitió dejar caer las lágrimas.
Mientras en la cocina, Jason hizo amago de ir tras ella, pero fue detenido por su amigo Gar.
— alto, iré yo. La verdad no creo que en este momento quiera hablar contigo y no es por nada... pero soy mejor escuchando —dijo con una sonrisa de lado.
El pelinegro solo asintió con una mueca, su amigo tenía razón. Si iba el posiblemente lo echaría a perder más. Se quitó del camino y Gar fue tras la chica.
Cuando llegó a la azotea pudo verla en la orilla, por lo que por un instante se preocupó. Pero se calmó al escucharla sollozar y no hacer ningún movimiento.
Se acercó a ella y se sentó a un lado, no sabía que decirle pero sentía que lo mejor era solo estar ahí apoyándola. Paso un brazo por el hombro de la chica y la trajo hacia él en un abrazo, al principio ella se tensó pero después se relajó y se permitió llorar más.Estuvieron así unos minutos hasta que logró calmarse y alejarse un poco de él.
Leyla se limitó a observar las calles desde arriba y decidió no hablar, sabía que el chico quería preguntarle muchas cosas así que esperaría a que el empezara.— Escucha, se que no es el mejor momento para preguntarte, solo queremos saber porqué lo hiciste. Si no quieres hablar lo entiendo. —dijo con calma.
— yo... —empezó la chica— estoy cansada ¿sabes? Mi vida siempre ha sido una mierda, y todo esto me parece tan irreal. Cuando llegue así fue, que por fin pudiera comer bien, sentirme segura, por un momento me sentí bien. Pero lo que dijo Jason realmente me dolió, fue como si la nube en la que estaba se deshiciera y cayera lentamente, así es como me sentí —dijo con un deje de tristeza— aunque duela, lo que el dijo es verdad, no pertenezco aquí y nunca lo haré. Soy un maldito monstruo y estoy condenada a estar sola por siempre, así no daño a nadie más.
Por un momento Gar se quedó sin palabras, sabía que detrás de esas palabras había algo más, había un dolor muy grande. Le dio lástima el como ella misma se despreciaba, y también le dio un poco de impotencia y enojo el hecho de que si no fuera por Jason probablemente nada de eso hubiera pasado.
— No digas eso... Jason es un imbécil. Tu no eres un monstruo, ¿Qué haz hecho daño a alguien? Todos lo hemos hecho, de forma inconsciente o consiente —dijo amargamente— pero eso no nos hace un monstruo. Si antes estabas sola, ahora no lo estás; me tienes a mí, a Rachel, a Dick y aunque no lo creas a Jason, al inicio es un completo idiota pero créeme al final le caerás bien.
Leyla sonrió por lo último y le dio una mirada tierna, se sentía bien hablar con alguien de verdad. Habían más cosas por las que sentirse mal pero prefirió callarlas, con soltar algunas se sentía más liberada, pero nunca lo estaría al cien por ciento.
Se quedó hablando con el chico un tiempo más, de verdad se sentía bien a su lado, no sabia que era ese sentimiento pero le gustaba y le asustaba al mismo tiempo.
Sin duda no se había equivocado al pensar que era un buen chico, había logrado que se olvidara un poco de sus penas y dolor.¿Porqué se sentía así?
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Holaaa, ya volví jeje.
Quiero mencionarle que tengo algunas fanfics más por si gustan leerlas, y también pronto sacaré una historia que tenía desde hace tiempo pero la republicare.
Así que espero pronto puedan pasarse por ahí 🥺 (no será un fanfic)¿Qué opinan del capítulo de hoy?
Me gusto como quedó jejej, Garley para ustedes ahreEspero les guste muchísimo, recuerden votar para que actualice 💗🥰
Hasta la próximaaaaa
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𝐃𝐞𝐬𝐭𝐫𝐮𝐜𝐭𝐢𝐯𝐞 ;; Jason Todd.
FanfictionElla se sentía muy sola en un mundo que era ajeno al dolor que ella sentía. Siempre rodeada de muchas personas y a la vez de ninguna. Hasta conocer a ese peculiar grupo de superhéroes. Donde conocería a personas muy parecidas a ella, donde por prim...