Ella se sentía muy sola en un mundo que era ajeno al dolor que ella sentía. Siempre rodeada de muchas personas y a la vez de ninguna.
Hasta conocer a ese peculiar grupo de superhéroes.
Donde conocería a personas muy parecidas a ella, donde por prim...
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Existen muchos tipos de dolor, pero uno que es inexplicable es el dolor de un corazón roto. Los dos jóvenes tenían un remolino de sentimientos, Jason se encontraba confundido, él la amaba pero parecía que ella no a él.
Entonces se preguntaba... ¿Todo lo que habían pasado fue una mentira?
No encontraba una respuesta y -siendo totalmente sincero- tampoco quería encontrarla. En poco tiempo había logrado sentir muchas emociones, todas las obras de amor que había visto en el teatro a escondidas por fin cobraban sentido, siempre pensaba que aquellos diálogos eran absurdos, sencillamente el amor era una mierda. Pero al conocer a Leyla algo hizo clic en su mente, tenía tantas cosas para decirle, ella era la protagonista en su historia de amor.
Aunque ahora ya no lo era más.
No entendía que demonios había pasado, todo iba bien con ella y ahora ni siquiera sabía dónde se encontraba. Después de que la chica saliera huyendo, él se había quedado alrededor de una hora en la escuela pensando que era lo que acababa de pasar, cuando regresó a la casa provisional no la encontró en ningún lado. Todo seguía tal como lo habían dejado, así que ahora no solo se encontraba triste y confundido, si no también preocupado, temía lo que le pudiera suceder a la chica -aunque sabia que ella podía defenderse perfectamente-, por lo que sin pensarlo mucho se decidió por ir a buscarla, por más que ella le hubiera destrozado el corazón el no permitiría que le hicieran algún daño.
La luz de la luna iluminaba la desolada calle, eran pocos los lugares que tenían luces encendidas, pues para esa hora la mayoría estaba cerrado o apunto de hacerlo. Leyla camina a paso lento por ahí, tenía lágrimas secas por sus mejillas y los ojos bastantes rojos por haber llorado; cualquier persona que la viese podría pensar que era alguna adicta con problemas.
La chica ni siquiera tenía idea de adónde ir, no conocía mucho la ciudad y tampoco es como que tuviera algún lugar a donde ir, no se sentía lista para regresar a la casa donde estaba Jason, ni siquiera podía mirarlo a la cara, se sentía fatal. Ella lo amaba pero sabía perfectamente que su pasado podría llegar a ser un problema, ¿realmente se sentía lista para decírselo? Ni siquiera tenía respuesta para eso. La pelimorada confiaba en Jason pero temía saber su reacción acerca de todo lo que había detrás de ella, todo lo que ella había hecho.
Probablemente era más culpable de lo que ella pensaba, se había sentido mucho peor cuando él chico le había contado su historia, una culpa y remordimiento la había invadido en ese momento, por lo que sin pensarlo decidió lo que creyó era lo mejor para los dos, o más bien para él.
Al no conocer la ciudad tomó un camino que no debió, y se dio cuenta minutos después cuando sintió pasos detrás de ella. Al percatarse de ello, con sumo cuidado metió su mano en el bolsillo de su chaqueta, tomando una de sus navajas, siempre la llevaba consigo a cualquier lugar. De vez en cuando miraba disimuladamente hacia atrás donde vio tres sombras, por lo que suponía eran hombres, acelero su paso y confirmo que la estaban siguiendo.
