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Iban a darnos un día de descanso ya que habíamos hecho juegos dos días seguidos, y les parecía bien darnos un momento más relajado. Varios de los papás decidieron ir a pescar y nos preguntaron si queríamos ir, Daniel acompañó a sus padres mientras que Jungkook se quedó, Mark también se fue junto con Aisha, Jiwoo, Jihyo, Félix, Chaewon y Yoongi. Así que sólo quedamos Jungkook, Chan, Jinsol, Sooyoung, Jisoo y yo.

Ya que estábamos solos, nos juntamos en la cabaña azul y nos fuimos a la sala donde estaba un enorme televisor, buscamos una serie en conjunto y al estar todos de acuerdo la empezamos a ver. Sinceramente a mí no me gusta ver televisión así que me tomó poco tiempo empezar a aburrirme.

Quién sabe cuánto tiempo después, decidí levantarme y salir de la cabaña. Jinsol y Jisoo me miraron extrañadas pero Jungkook y Chan estaban más que acostumbrados a que hiciera eso.

Salí a caminar por el sendero hasta que escuché que alguien me llamaba así que volteé con curiosidad y vi a Jinsol corriendo hacia donde estaba. Sentí que mi estómago se revolvía al recordar el cariñoso momento que vi entre ella y Yoongi pero alejé ese pensamiento de mi cabeza cuando la vi parada justo frente a mí.

Estuvimos unos segundos en silencio en los que su mirada parecía atravesar mi alma y la veía analizandome con minuciosidad. Cuando pareció satisfecha con lo que sea que haya notado me brindó una sonrisa brillante y me jaló suavemente del brazo para seguir el camino que estaba recorriendo antes.

—No pude felicitarte ayer. Lo hiciste realmente increíble, de nuevo.— Señaló con sincera admiración. —Ha sido increíble como has cargado con Jiwoo y con Jungkook tu sola.— Agregó, alegremente.

—Ya, gracias.— Dije, un poco evasiva pero sonriendo levemente para sacarle hierro al asunto.

—Suga estuvo echando humo.— Comentó casual.

—Nunca ha sido un buen perdedor.— La corté un poco brusca por lo cual me miró desconcertada.

—¿No?— Preguntó con una duda que parecía sincera.

—No conmigo.— Dije sin pensar, por lo cual me arrepentí inmediatamente. Apreté un poco el paso sintiéndome repentinamente tímida por su presencia y escéptica por el rumbo de la conversación.

—¿Estás huyendo de mí?— Escuché que cuestionaba desde una distancia considerable, no me había dado cuenta de que la había dejado atrás.

—Deberíamos volver.— Pedí algo más distante que antes y un poco más tensa.

—Ya. Sí. Volvamos.— Aceptó sin un tono específico.

Para cuando llegamos a la cabaña todos habían vuelto de la pesca y Jinsol recibió a Yoongi con un casto pero sincero beso, lo cual sólo me hizo sentir más rígida.

Jiwoo se acercó hacia mí y me saludó con un sonoro beso en la mejilla junto con un abrazo extremadamente cercano, sonreí ante sus acciones y le devolví el abrazo cálidamente. Luego tomó mi mano y me dirigió hasta nuestra habitación.

—Quiero mostrarte algo.— Dijo emocionada mientras rebuscaba en su pequeño pero caro bolso de mano. Después de unos minutos de tortuosa búsqueda, sacó un labial de una marca excesivamente cara.

—Ven aquí.— Pidió mientras le quitaba la tapa.

—¿Estás loca? No usaré eso.— Exclamé dramáticamente fingiendo asco mientras intentaba huir de ella, luego de un pequeño forcejeo decidí cumplirle su fantasía y la dejé maquillarme libremente.

Estuvimos tanto rato jugueteando y hablando sobre cosas interesantes que olvidé el desagradable sabor de boca que me había quedado por lo de Jinsol.

Te debo una, Kim.

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