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Me miro una ultima vez al espejo sintiéndome satisfecha con el resultado. No era de ir a fiestas, por lo tanto, era una gran cosa que yo me arreglara para algo que no sea el colegio. Mi cabello rojo caía en pequeños bucles sobre mi blusa, y había decidido maquillarme, solo un poco, resaltando el verde de mis ojos. Estaba satisfecha, y eso era decir mucho. Freya me avisa que ya esta lista y nos encaminamos hacia la puerta del instituto que nos dirigirá al bosque.

—¿Esta bien que vayamos a esa fiesta? —le pregunto no consiente de si esta dentro de las reglas.

—Si te refieres a si los profesores lo saben, la respuesta es sí, esta fiesta se realiza hace muchos años —dice ella calmándome, y agradezco mentalmente no tener que meterme en problemas—. La verdad es un alivio, te la pasas bien. Se prende una gran fogata y se pone música, por supuesto no hay alcohol, la mayoría de nosotros no podemos emborracharnos.

—¿A qué te refieres?

—Los vampiros y los hombres lobo se curan rápido, el alcohol no les hace efecto, y a nosotros como que nos contamina, no puedo explicarlo del todo

—¿Van a ir los vampiros? —abro los ojos como platos, los nervios abrazándome.

—Por supuesto que si —dice ella y nota mi cara de terror—. Oh vamos, son inofensivos.

Decido no darle mucha mas vuelta al tema, y para cuando quiero darme cuenta ya nos estamos adentrando al bosque que se encuentra en los jardines del colegio. La música se escucha mas fuerte a medida que avanzamos, y un tumulto de estudiantes bailando alrededor de una fogata se abre paso ante mis ojos en cuanto llegamos. La fogata es grande e imponente, y puedo notar que realmente se habían esmerado en esa fiesta. Pequeñas luces colgaban de los árboles y había mesas improvisadas colocadas por cada lado. Por inercia busco al castaño, pero no parece encontrarse allí, quizá no había querido ir o aún no había llegado. Una decepción involuntaria me invadió sin darme cuenta.

—Vaya suerte la tuya, allí esta tu galán —dice Freya, codeándome el brazo. Mi mirada se gira hacia la dirección que ella me señala, y me encuentro con un Trevor mas atractivo de lo normal, observándome—. Ven, vamos a bailar.

La rubia no me da tiempo ni a negarme, que ya me tiene arrastrada hasta la improvisada pista de baile. Nos sumergimos dentro del grupo y Freya comienza a bailar sin un atisbo de vergüenza. Decido seguirle la corriente y dejar de preocuparme, así que bailo y me divierto un buen rato.

Antes no había necesitado de amigos, no me mal entiendan, yo era feliz con mi misma, con mi soledad. Me hacia sentir bien sentarme en mi cama a leer un libro, el silencio de la noche rodeándome, perdía la noción del tiempo. Quizás abría el libro a las nueve de la noche y para cuando quería darme cuenta eran las tres de la mañana y debía irme a dormir. Se me pasaba el tiempo volando, y generalmente eso ocurre cuando te la pasas bien. Nunca necesite más, no era ambiciosa en ese sentido. Sin embargo, llegar aquí y tener que cambiar mi rutina de golpe, tener que relacionarme con mas gente, no tener a mi hermana, y todo lo que venia en conjunto, se sentía inusualmente cómodo. Antes me daba miedo salir de mi burbuja, pero me alegraba de haberlo hecho. Y me alegraba de haber venido a esta fiesta, definitivamente.

—Llego el hijo prodigo —dice Freya sacándome de mis pensamientos, y me volteo para ver a Dylan adentrarse a la fiesta de la mano de Georgia. El castaño no se percata de nosotras, pero la morocha si, y nos lanza una mirada rara que no resalta alegría en absoluto.

—¿Nos ha mirado mal o soy solo yo? —le digo a mi amiga que niega levemente.

—No le des importancia, no creo que estemos con Dylan esta noche—dice y alzo una ceja confundida. Volteo nuevamente para observarlo y Dylan parece estar buscando a alguien en el tumulto de gente, Georgia me mira una ultima vez antes de tomar el rostro de su novio y estamparle un beso forzado. Retiro mi mirada rápidamente y me vuelvo hacia mi amiga que parece estar observando el show ensimismada—. La chica es territorial, realmente admirable.

Delirios [En Edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora