UNA NUEVA HISTORIA. (rusmex)

ROMANTIKA

La chimenea estaba apagándose  y el cuarto estaba quedando en completa oscuridad para ver a dos jóvenes en aquella cama, dándose beso tras beso mientras seguían unidos de las manos, era tonto y tal vez cursi pero ellos así lo deseaban, ambos con los labios ya rojos y con las miradas perdidas el uno del otro.

- México....

- Rusia, sabes que yo ....

- se que eres más grande que yo, y que no eres de aquí, y que hay muchas cosas que aún faltan por saber, tal vez solo tenga 19 pero eso no significa que no pensará  antes de decirte, pero lo que siento por ti México es más de lo que puedo expresarte con simples palabras que borren nuestras edades o el hecho de que tal vez me puedas ver cómo un niño

- Rusia si te viera visto como un niño no viera hecho esto desde un principio, yo no soy asi- se acercó acariciando  la mejilla y susurrándole - aunque no te voy a negar que si era lo que te iba a decir, vaya mira que bien le as atinado a mi pensamiento  - rio bajo para volverle a dar otro beso - pero también noto cuando alguien es una persona muy madura y sapiente de lo que hace

- entonces - le susurro acercándose más a sus labios- mexico en mi país no se dice eso pero leí que en el tuyo si,  así que, me dejarías cortejarte?-

Dejando que el latino soltará una pequeña risa que preocupo un poco al menor  tal vez por la forma de expresarse.

- déjame darte la respuesta con una acción - volviendo a besarlo  ahora con más libertad.

Los días estaban pasando y cada que podían  se escapan ambos, tanto de la casa de URSS  aquel joven; como de el campamento en dónde estaba México para poder estar cerca el uno del otro.

Notandose como el ruso estaba esperando atrás de un árbol bastante grande que estaba lejos de su casa para mirar a lo lejos y ver acercar a aquel mexicano   que sin más, se lanzó a él para ambos caer en la nieve.

- Ru!!- se escuchó del mexicano que le dió un beso de inmediato y el contrario lo acepto - tenía tantas ganas de verte - levantándose y mirandole para ver la sonrisa de aquel joven que al igual se veía sumamente feliz a su lado

- yo igual... taquito- sonrió mientras notaba como el mayor se sorprendió por el apodo que le dió - te dije...algo malo?

- no- se sentó en la nieve y sonrió - al contrario, se me hace un  muy lindo apodo además que jamás pensé en que alguien me llamara así - tapándose un poco las mejillas con sus manos le miro - ahora que me doy cuenta eres el primero en darme un apodo cariñoso como pareja.

- enserio? Eso es ...bueno? - se sentó acariciando aquel cabello café y acercándose aún más a él -

- enserio... Y si, lo es - susurro acercándose igual para recargarse en el pecho del contrario y descansar un poco.

Aveces solo necesitaban estar juntos, hablar, o sentir el tacto de sus manos con el contrario, tal vez parecía una burla pero a ellos dos les gustaba estar así por horas y platicar más allá de lo que otros pensarían se pudiera hacer.

Por su parte el soviético apesar de poner más empeño en sus estudios no dejaba de pensar en el mayor y saber cómo poder obtener más para algún día poder dárselo a su dulce taquito

Mientras el mexicano cada que salía a combate solo suplicaba volver a verlo, sano y  salvo pues ahora no solo lo estaba haciendo por ayudar a un amigo, si no por proteger a aquel joven que estaba amando cada vez más y más.

- y así, es como mis alas regresan a la normalidad - decía mientras estaban sentados en la sala de aquella casa

- vaya no tenía idea que tu igual que Kazajistán tenias alas, deben ser muy hermosas, aunque bueno, solo espero que tus alas no salgan y no porque no quisiera verlas si no porque no quisiera verte en peligro ta....