CIELO

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Que hacía el ahí?

Me prometió que estarían a salvó?

Quién lo lastimo?

Creí en sus palabras....

Puse todo mi empeño y mi esfuerzo para acabar con mis misiones y correr a sus brazos.

Le suplique a mi virgencita que me los cuidara de todo mal.










Y el....










- México- susurraba un joven que lo jalo - parece que ya todo seso, solo hay humo en el campamento.

Tenía que ir, quería correr a buscarlo pero ahí estaban varios de aquel campamento que necesitaban más ayuda de los míos

- David ve a por los demás para ayudar a todos los heridos, yo me quedo aquí vigilando, apúrate wey- notando como esté se iba a urtadillas, mirando a todos los que cuidaban a los heridos o quienes vieran sufrido algún corte.

Los minutos pasaban y el no llegaba....

Una silueta se acercaba, y sin tanta espera el soviético un poco cansado se acercaba.

Sin más corri hacia el mirando su uniforme de soldado, la sangre y las cortadas en su cuerpo me hicieron pensar en su dolor- Ru...- levanto la mirada y me extendio los brazos, para de inmediato aquel latino correr a el- que haces aqui?- queriendo gritar pero hablando muy bajo para tomarlo del cabello y plantarle un beso de inmediato.

- tenía recados que dar- menciono el soviético volviendo a abrazar a México para que no lo mirara a la cara.

- que...

- si tenemos hijos nunca los dejaré caer en una guerra.- sentenció el soviético haciendo ruborizar al mayor con aquel comentario, separándose para mirarle- bueno, solo es un decir, ya que nosotros no podemos tener hijos ¿ Verdad?- sonriendo con las cejas hacia abajo

Ahí estaba otra vez esa sonrisa de mi pequeño Rusia, esa sonrisa que me dolía hasta el alma cuando la mostraba.

Desde que lo conocí su semblante era neutro y pocas veces expresaba las cosas, pero en particular había una sonrisa que hacía cuando URSS lo regañaba o quería decir algo, guardándoselo para si solo, eso me preocupaba tanto que lo único que hice fue abrazarlo de nuevo, un abrazo que el correspondió con mucho gusto.

No sé si era por el poco tiempo que no lo viera visto pero creo estába más alto, o tal vez es la vestimenta que trae, de ante mano amaba sentir sus abrazos y algo en mi interior surgía para hacerme sentir bien

- debemos alejarnos- se separó de mi un poco - cuántos llegaron?- me preguntó con un poco de ilusión es sus palabras, pues era claro que era su primera guerra y por más que quiso ayudar a los suyos los resultados no le agradarían.

- como unos 10- le mire notando su desilución pero al mismo tiempo el hecho de no bajar la cara ante esto y seguir adelante, eso era lo que siempre me impresiono de el.

Escuchamos a mi escuadrón llegar, queriendo llevarlo conmigo sentí una tensión para voltearlo a ver

-- tengo que llegar con los generales y ya casi es el alba -

- pero ...estás herido, tienes que descansar y...- sentí un beso bien plantado que hizo que me paralizara cerrando los ojos y volviendo a abrazarlo, sabía que no se quedaría, me dolía hasta el alma por el temor a dejarlo ir, sentía que las lágrimas escurrían sin aparente razón alguna por mis mejillas, oprimiendo mi corazón intenté ser fuerte, aunque en cuestiones del amor, sabía que no lo era.

UNA NUEVA HISTORIA. (rusmex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora