Crazy Over You ||Aruannie||

II

Mina y Annie se encontraban en la cafetería de la Universidad, la cuál se encontraba en el primer piso del edificio dos, dónde se estudiaba gastronomía, confitería, ingeniería de alimentos, nutrición, entre otras carreras al respecto.

Si bien la ramificación de ambas eran distintas, habían clases que debian compartir juntas, y lastimosamente para Annie también era el caso con Eren, con quién compartía más clases ya que iban en la misma ramificación.

Ella había logrado huír de Eren, pero no de Mina cuándo la encontró de camino a la cafetería.

—Y fue entonces que yo le dije que terminabamos, pues no le iba a perdonar que me haya engañado —Con molestia, Mina contaba la historia de su último romance para luego relajarse— Oye, ya hablé mucho, cuéntame algo de tí.

Apesar de que la rubia parecía no prestar atención, ella había escuchado lo que la pelinegra contaba de principio a fin, notando que era bastante perceptiva al notar la traición de su ex y bastante segura a la hora de terminarlo sin dudar, muy distinta a lo que Annie llamaba su mejor amiga.

No sabía de qué le serviría esa información, pero ya la había almacenado en su cerebro.

—¿Qué quieres que te diga?, mi vida no es interesante —Comió un bocado de su sándwich.

—Por más que digas eso, todos tenemos anécdotas —Animó la de coletas— ¿Cómo terminaste con tu último novio?

—Nunca tuve uno —Admitió con poca vergüenza la ojiazul.

—¡¿Qué?! —Con sorpresa habló Mina— No conozco a ninguna chica de nuestra edad que no lo haya tenido —Fulminó con la mirada a lo que ella consideraba su nueva amiga cómo si tratara de ver a través de ella— ¡Ya sé!, ¿Eres lesbiana? —Soltó una risita— ¡Claro!, ¡No tuviste novios pero si novias!, igual cuentame, ¿Cómo terminaste con la última?

Annie rodó los ojos— No he tenido pareja en general —Habló con fastidio.

—Ow —Mina la miró con desilusión, sin embargo una nueva pregunta se le ocurrió y volvió a animarse— ¿Eres asexual?

Annie lo pensó un momento, ella ya se había preguntado eso de adolescente, sin embargo el deseo sexual podía sentirlo, lo que no era el romance o el amor al punto de querer pasar su vida al lado de la otra persona.

Negó con la cabeza para luego dar otra mordida a su sándwich.

—¿Entonces que eres? —Preguntó Mina confundida.

—No lo sé, diría que bisexual —Se encogió de hombros— Pero realmente sólo siento atracción sexual hacia las personas, no llegué a sentir ganas de tener un romance de película con alguien o algo así.

—Comprendo, eres una loba solitaria —Bromeó Mina.

Terminaron sus respectivos almuerzos y salieron a caminar por el extenso patio, pues aún no conocían bien el lugar y siempre era bueno explorar.

Todo marchaba relativamente bien, hasta que Eren las vió pasar.

—¡Hey chicas!, ¡Por aquí! —Exclamaba mientras movía sus brazos para que lo vieran, el estaba sentado junto a dos personas más en el césped bajo la sombra de un árbol.

Annie estaba dispuesta a seguir su camino y hacer cómo que no lo había visto, pero Mina tomó su muñeca y la arrastró hasta el lugar.

—¡Hey Eren!, ¿Dónde te habías metido? —Con una sonrisa se acercó al trío mientras Annie aguantaba las ganas de suicidarse.

Mina se sentó con ellos y obligó a Annie para que lo haga también, cerrando un mini círculo.

—Los voy a presentar —Ofreció Eren— Mikasa, Armin; ellas son Annie y Mina Carolina, compartimos clase —Explicó— Annie, Mina; ellos son Mikasa y Armin, amigos de infancia.

Todos asintieron, Annie fijo su mirada en el chico de lentes, su aspecto parecía bastante infantil. Tenía el cabello rubio hasta la mandíbula, por el frente con flequillo y algo despeinado. Su remera roja de mangas largas parecía quedarle algo grande al igual que sus lentes cuadrados de montura negra, sus zapatos y jeans si parecían normales.

—¿Eres asiática? —Con curiosidad cuestionó Mina dirigiendose a la seria pelinegra llamada Mikasa.

—Mi madre es japonesa, mi padre en cambio sí es nativo de aquí —Explicó sin cambiar su expresión.

—Oh, ya veo, ¿Llegaste a vivir en Japón?, ¿Cómo es allí? —Seguía preguntando con emoción.

—No lo hice, cuando mis padres tenían pensado ir a vivir allí el avión se accidentó y murieron, yo no lo hice porque estaba en casa de mi tío —Mikasa esperaba que con eso la chica se contentara, pero no lo hizo.

—Wow, ¿Y por qué no estabas con ellos? —Seguía interrogando.

—Mina, no creo que debas seguir preguntando sobre eso —Regañó Annie.

—Tienes razón, lo siento —Se disculpó la de coletas— ¿De dónde se conocen? —Apesar de que ya no preguntaba sobre Mikasa, siguió con su búsqueda de respuestas.

—Armin y yo nos conocimos en primaria —Contó Eren— A Mika la conocí cuándo se mudó con el Señor Kenny, su tío, el cuál es mi vecino, eso ocurrió cuándo teníamos nueve.

Annie escuchó con aburrimiento su conversación, realmente no prestaba atención.

Giró para mirar al rubio que se encontraba sentado frente suyo, notando que éste ya tenía la mirada en ella, el de lentes sonrió amablemente cuándo sus miradas chocaron.

Annie sintió esa sonrisa demasiado angelical para ser real, no era cómo las sonrisas socarronas que soltaba su padre al conseguir algún objetivo, tampoco cómo las sonrisas burlonas que soltaba Hitch al encontrar un poco de diversión, tampoco a las nerviosas que había soltado Eren a través del día, ni se acercaba a las falsas sonrisas que daba Reiner para conquistar chicas o las ladinas que ella misma soltaba de vez en cuándo; la sonrisa de Armin era sincera, amable y linda.

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