En el portón de la Universidad, Annie divisó al rubio hablando alegremente con dos chicos más, uno de negros cabellos y pecas, mientras el otro tenía el cabello bicolor.
Se acercó y cuando Armin la notó, sonrió dulcemente cómo siempre lo hacía con ella.
—Chicos, ella es Annie, una… conocida —Explicó el chico— Annie, ellos son Jean, un estudiante de leyes, compañero mío; y Marco, estudiante de medicina, ambos estudian aquí.
—Un gusto —Saludó la rubia.
—Bueno, no parece serlo —Habló Jean al notar su serio rostro, a lo que Armin le dió un golpe en la cabeza.
—¡No seas así, Jean!, luego te quejas de no agradarle a las personas en el primer instante —Lo regañó el rubio, suspiró y miró a la ojiazul— Me acompañaran a casa, tenemos proyecto juntos, ¿No te molesta, verdad?
Annie negó, sin embargo, preguntó— ¿No es muy pronto para que les encarguen proyectos ya?
—Mujer, estudiamos leyes, esa mierda cuesta más que soportar un golpe en el meñique del pie —Habló Jean mientras los cuatro salían de la facultad.
—Lo había escuchado, también es bastante costosa, ¿No? —Cuestionó con la mirada en los tres chicos.
—Así es —Asintió Jean— Lastimosamente no alcancé a conseguir una beca, pero en economía mi familia no está tan mal, con la mesada que me darán mis padres más mi sueldo en el trabajo de medio tiempo me alcanza —Explicó el chico de rostro alargado.
Cuándo Armin notó la mirada de Annie sobre él notó que quería conocer su caso— Yo sí conseguí la beca —Expresó el chico— En parte es porque en la secundaria ya fuí becado y mis profesores me recomendaron, además de mis buenas notas, claro está —Comentó.
—¿Becado en secundaria? —Preguntó Annie arqueando una ceja.
—En el intituto privado ''María'', el que queda a unas cinco cuadras de aquí —Armin fue testigo de la boca abierta de todos los presentes.
—¡Ese lugar vale un jodido riñon! —Exclamó Jean.
—Según oí sólo dejan entrar a diez alumnos cada grado —Marco habló con asombro.
—En realidad son doce —Armin soltó una risita.
—¿Cómo es el lugar?, ¿Vale la pena gastar tanto?, ¿Cuáles son las diferencias entre una secundaria estatal y una privada? —Preguntó con extrema curiosidad Jean.
—Uh, bueno, creo que no vale la pena —Empezó Armin— Yo pagaba la mitad de lo debido, así que si me convenía, hay otras materias que no se dan en colegios estatales cómo francés y portugués, además de que los materiales para proyectos que se llevan a cabo te los pone la institución y son de buena calidad. Sin embargo el precio es demasiado elevado, no lo vale.
—Ahora comprendo por qué tu compañero era el hijo de un empresario, en esos cargos se gana a montones —Annie habló.
—Así es —Asintió el rubio— La otra mitad de la beca la pago con mi trabajo.
Todos miraron a Marco— Yo no estudio leyes —Habló el de pecas.
—No te hagas el inocente, medicina tampoco es una carrera barata —La rubia habló.
—También soy becado, sin embargo vengo de un colegio más normal —Soltó una risita— Soy del colegio Trost, allí conocí a Jean —Agregó— Mis padres tampoco tienen una mala economía, ellos me pagan la mensualidad, ¿Qué hay de tí, Annie?
—Estudio ciencias de la educación, no es una carrera demasiado costosa, así que la puedo pagar con mi sueldo —Con la mirada de siempre, respondió a su pregunta.
—Entramos aquí —Armin habló, pues llegaron a la calle que llevaría a su hogar.
—Entiendo, nos vemos mañana —Se despidió, sin embargo volvió a detenerlo— Un momento, ¿A qué hora sales camino a los estudios? —Preguntó, notó la sonrisa burlona de Jean, pero la ignoró.
—A las seis —Respondió, ya esperandose lo que la chica diría después.
—Mañana espérame, también vengo a esa hora.
—Está bien —El chico aceptó y la rubia continuó su camino.
Al llegar se puso a limpiar su hogar, por alguna razón no tenía sueño. Su padre llegó a la tarde con su misma cara de ''odio la vida'' de siempre, antes de que reclamara algo, sacó la excusa de ''hoy me necesitan más temprano en el trabajo'' para salir de su hogar y librarse de sus posibles quejas.
Sus pies la llevaron automáticamente a la lujosa casa de Hitch, la cuál parecía descolocada en aquel barrio con hogares pequeños y descuidados.
Le dejó un mensaje y la chica no tardó en aparecer para abrirle la puerta del portón.
—¿A qué se debe tu interrupción a mi morada? —Preguntó la chica con una ceja enarcada.
—¿Una no puede visitar a su amiga millonaria acaso? —Preguntó mientras pasaba al lugar.
—Tengo la sensación de que sólo te juntas conmigo porque te pago el vodka —Habló la mayor.
—No, lo hago porque tu cumpleaños veinte será enorme y quiero que me invites en el —Contradijo.
Pasaron por la enorme sala y subieron las escaleras, caminaron atravez del pasillo y, casi al final de éste atravesaron la puerta blanca que daba a la, según Annie, horrible habitación rosa de Hitch, aunque realmente envidiaba la ventana con hermosa vista al patio que tenía un semi-sofá para sentarse a admirar el exterior.
—Siéntate y cuentame el chisme antes de que lo haga yo, tengo mucho tiempo sin hablar sobre la vida de los demás y necesito soltarlo —Hitch se sentó en el semi-sofá de la ventana y palmeó el espacio sobrante a su lado.
—¿Por qué asumes que tengo algo qué contarte? —Cuestionó la rubia.
—Annie, el 80% de nuestra relación se basa en chisme, el otro 20% en consolarnos cuando estamos tristes —Hitch habló.
—Eres una exagerada —Bufó la rubia— Sin embargo… hoy conversé más profundamente con el chico de ayer.
—¿El que está en tu clase y tiene inseguridad al hablar con personas nuevas? —Preguntó extrañada la castaña.
—No, tonta, su amigo Armin —Rodó los ojos la rubia— ¿Sabes?, es más interesante de lo que creía.
—Oh, ya veo por dónde vas —Una sonrisa pícara asomó sus labios.
—Entonces creo que no es necesario que lo diga, ¿No? —Preguntó la rubia.
—¡Dilo!, es satisfactorio oírte decirlo luego de tanto tiempo —Hitch sonrió con picardía.
—Eres una pesada —Rodó los ojos— No me molestaría acostarme con él, ¿Está bien? —Con tranquilidad expresó la chica.
Hitch aplaudió con emoción— No lo dijiste cómo esperaba que lo hicieras, pero estoy satisfecha.
—Ya, ¿Me vas a contar sobre lo que descubriste luego de nuestra última conversación?
—¡Oh, por supuesto que sí!, ¿Recuerdas a Marcelo, el que salía con Karol?, ¡La engañó! —Comenzó a narrar Hitch.
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Olah.Annie no se anda con mamadas, ella sabe lo que quiere JAJAJA
Me despido con éste capítulo por hoy, espero que les haya gustado
No tomen drogas, cus vai uwu
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Crazy Over You ||Aruannie||
FanficAnnie Leonhart siempre fue reconocida por sus cercanos cómo una persona seria, distante y organizada, nunca tuvo intereses románticos y no planeaba tenerlos. Pero las cosas nunca salen cómo uno planea, y Annie fue testigo de ello cuándo se volvió co...