Crazy Over You ||Aruannie||

Epílogo

Suspiré con cansancio mientras observaba mi reflejo, me veía tan mal.... Creo.

Quizá sea el hecho de que el vestido me asfixiaba, o que el peinado estaraba mi cabello demasiado lo que no me terminaba de convencer.

Traté de recordar cómo diablos terminé en esa situación, y entonces lo recordé.

Todo es culpa de Armin Arlert, todo siempre es su culpa.

—Annie —Mikasa entró y sonrió al verme.

Vaya, no sabía que podía sonreír.

—¿Por qué me miras así, idiota? —Pregunté con molestia.

—Te ves muy bonita, hasta pareces civilizada —Sonrió mientras entraba a la habitación, dejando ver su vestido rojo al cuerpo y su larga cabellera suelta.

—Mira tonta, que hayas mejorado a nivel personal y emocional no te hace mejor que yo —La fuominé a lo que ella sólo sonrió de costado.

—Solo cállate, es hora de irnos, Sasha nos espera en el auto.

Fue entonces que los nervios volvieron a apoderarse de mí, ¿Enserio haría esto?, Joder, no se trataba de un juego, era una desición demasiado importante y la posibilidad de huír constantemente aparecía en mi cabeza.

Al notarme dubitativa, Mikasa me alzó a su hombro como costal de papas.

—¡¿Qué demonios haces?!, ¡Bajame maldita Hulk!, ¡Vas a aurrinar el vestido que, para tu información, cuesta más que toda tu casa! —Pataleé con fuerza tratando de hacer que me bajara, pero segundos después me resigné y sólo esperé a que me bajara cerca del coche.

Al hacerlo subí a la parte trasera del auto de Hange con una clara mueca de molestia, mientras que Mikasa subía al copiloto.

—¿Dónde está Levi? —Cuestionó ella.

Levi Ackerman es primo de Mikasa, lo conozco gracias a que mi relación con ella se volvió bastante cercana, de esa manera también conocí a Hange Zoe, quién es novia de Levi.

Era agradable juntarse con ellos, hacían viajes y organizaban salidas de seguido.

—Está con los chicos, ya saben, Jean, Eren, Sasha, Armin, Mina Carolina, Marlo, Hitch, Con-

—Si, Hange, ya entendimos —Habló Mikasa— ¿El lugar ya está listo?

—Así es, sólo faltamos nosotras.

Luego de que Mikasa y yo nos colocaramos el cinturón de seguridad, Hange encendió su vehículo a alta velocidad, haciendo que tanto yo cómo mi pelinegra amienemiga nos agarraramos de dónde pudieramos para no morir.

En cuestión de minutos ya estábamos frente al salón de eventos, Mikasa y yo bajamos lo más rápido que pudimos de ese coche del demonio.

—Nosotras vamos por aquí —Señaló Hange a un costado del salón— Tu puedes entrar por la puerta principal —Explicó a Mikasa, a lo que ella asintió.

—Annie —Giró hacia mí, yo sólo la observé interrogante— Rompete una pierna, literalmente si es posible.

Iba a reclamar pero Hange me jaló del brazo guiándome por otra entrada.

—¿Hola?, ¿Levi?, Ya llegamos, haz al mundo arder nene —Habló Hange con el teléfono en la oreja.

Cómo ella me estaba jalando, hubo un momento en el que casi caigo por culpa del pomposo vestido celeste.

—Oye, ¿Por qué el vestido parece más largo de lo normal? —Preguntó observando los bordes del mismo— Se supone que tus tacones deben estar a la vista.